El primo 'fontanero' del presidente
Zapatero coloca a Jos¨¦ Miguel Vidal de consejero en La Moncloa
Un d¨ªa Jos¨¦ Luis llam¨® a su primo Jos¨¦ Miguel.
-Oye, dejo la Universidad. Me presento para diputado. Me voy a Madrid.
-?Seguro que no te precipitas? Yo que t¨² esperaba algo m¨¢s.
Corr¨ªa el a?o 1986 y Jos¨¦ Miguel Vidal Zapatero pensaba que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, por entonces de 26 a?os, deb¨ªa primero apuntalar su reci¨¦n inaugurada carrera de profesor universitario leon¨¦s antes de pensar en aventuras madrile?as. Ya habr¨ªa tiempo despu¨¦s para saltar a la pol¨ªtica.
Pero Jos¨¦ Luis no hizo caso.
Y el 14 de marzo de 2004, la ma?ana electoral del d¨ªa en que iba a convertirse en presidente del Gobierno, volv¨ªa a llamar al primo.
-Oye, ?por qu¨¦ no te vienes? Me gustar¨ªa que ayudaras a preparar el discurso de la victoria.
Hay d¨ªas en que los dos salen juntos a correr por el monte de El Pardo
"Es alguien de quien Zapatero se f¨ªa", afirma un asesor que trabaja con ellos
Jos¨¦ Miguel s¨ª que hizo caso. Y viaj¨® a Madrid. Casi desde entonces, este profesor asociado de Derecho Constitucional en Valladolid trabaja de asesor del presidente, uno de los llamados fontaneros de La Moncloa. Le ha ayudado a preparar los debates del estado de la naci¨®n, a redactar parte de muchos de sus discursos, ha colaborado en el equipo que ha concretado la redacci¨®n final de muchas de las leyes que han marcado la legislatura pasada. Hace unas semanas fue ascendido y nombrado director adjunto del gabinete del presidente, con rango de subsecretario de Estado. Ejerce sobre Zapatero una influencia peculiar dif¨ªcil de medir: "Es alguien del que se f¨ªa por completo, entre otras cosas porque no alberga ninguna ambici¨®n pol¨ªtica fuera del hecho de que le vaya bien al presidente", asegura otro asesor que trabaja en La Moncloa con ellos.
Adem¨¢s, es de las pocas personas en el mundo de la pol¨ªtica que se atreve a decir "as¨ª no, presidente, te equivocas", siempre que lo juzga necesario. Uno no se anda con disimulos con alguien que conoce desde siempre.
Esto no es una frase hecha: sus madres, hermanas, nacidas en Valladolid y casadas con dos leoneses, tuvieron a los dos ni?os con meses de diferencia. As¨ª que pasearon en los cochecitos a los dos peque?os juntos.
Jos¨¦ Luis y Jos¨¦ Miguel se llevan pocos meses de edad. Se criaron juntos. Compartieron juegos, secretos, viajes, familia, libros, amigos, charlas agotadoras sobre pol¨ªtica o chicas o f¨²tbol, y tardes eternas de adolescencia sin nada que hacer en la c¨¦ntrica plaza de la Inmaculada. Ten¨ªan muchos gustos comunes: el f¨²tbol, el mus, Jorge Luis Borges y Marcel Proust, por ejemplo. Y la pol¨ªtica.
"Crecimos en la Transici¨®n. Y eso se notaba. Sobre todo en ellos dos. A veces les ten¨ªamos que pedir que pararan de hablar y que volvieran a las cartas, que los dem¨¢s nos aburr¨ªamos", se r¨ªe un amigo com¨²n leon¨¦s, el abogado Antonio Bermejo.
Se diferenciaban en el car¨¢cter. Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero era m¨¢s lanzado, m¨¢s proclive a jug¨¢rsela y m¨¢s dado a acercarse a las cosas que le atra¨ªan. A los 14 a?os se apunt¨® el solo a k¨¢rate en un gimnasio cutre y viejo que hab¨ªa por all¨ª cerca para aprender defensa personal y, unos a?os m¨¢s tarde, a los 17, tambi¨¦n solo, al PSOE.
Jos¨¦ Miguel Vidal es t¨ªmido, de talante intelectual, aparentemente no muy ambicioso, retra¨ªdo, muy calmado, al¨¦rgico a los focos y a las c¨¢maras. "Se aparta de esos porteros autom¨¢ticos modernos que tienen incorporada una c¨¢mara", dice un amigo suyo. Su compa?ero de facultad Fernando Rey le considera lo contrario a un trepa. Y el antiguo jefe de gabinete de Zapatero, el diputado Jos¨¦ Andr¨¦s Torres Mora, alguien "valioso y humilde".
Jam¨¢s ha militado en un partido pol¨ªtico aunque devora desde la adolescencia la p¨¢gina de Nacional de los peri¨®dicos. Su vida de profesor casado, con una hija, ha consistido en dar clases de Derecho Constitucional, preparar unas oposiciones fallidas a juez y redactar una tesis que a¨²n no ha acabado. Hasta que le llam¨® su primo.
Ahora duerme de lunes a viernes en un piso de alquiler en Madrid. Su familia vive en Palencia, adonde acude cada fin de semana. "Es un trabajo exigente, duro, pero bien pagado y que constituye un lujo para un experto en Derecho Constitucional debido a que puede estar en el centro neur¨¢lgico del poder pol¨ªtico, en el coraz¨®n por donde pasan todas las leyes del pa¨ªs. Adem¨¢s, a un primo presidente no se le puede decir que no", asegura una persona muy cercana a ¨¦l, que a?ade que su influencia "es sobre todo t¨¦cnica, como la de otros asesores pr¨®ximos a Zapatero".
Hay tardes en que los dos primos salen juntos a correr durante casi una hora por El Pardo. Sus familias se van de vacaciones juntas desde hace a?os, entre otras cosas porque las hijas son de la misma edad. En Semana Santa compartieron todos unos d¨ªas en el parque de Do?ana. Fueron jornadas decisivas desde el punto de vista pol¨ªtico, en las que el reelegido presidente aquilataba la formaci¨®n del Gobierno. A pesar de eso, hay quien rebaja el poder del asesor: "En las vacaciones, el presidente no habla de pol¨ªtica, ah¨ª es el primo, y Jos¨¦ Miguel sabe diferenciar el papel de primo y el de asesor", asegura alguien cercano a Vidal Zapatero.
Otro consejero que trabaja con los dos en La Moncloa piensa que la influencia es mayor de lo que pueda parecer. "Es perfectamente normal, comprensible y hasta inevitable. El presidente le llama mucho. Y si un d¨ªa, a las once de la noche, est¨¢ preocupado por algo, invitar¨¢ a un caf¨¦ a su primo del alma, de quien se f¨ªa, para cont¨¢rselo, para desahogarse o para consultarle".
El amigo com¨²n que comparti¨® tardes de aburrimiento en la plaza de la Inmaculada, Antonio Bermejo, lo expresa de otra forma: "Siguen hablando de pol¨ªtica. Como cuando ten¨ªan 16 a?os. Antes lo hac¨ªan en un bar en medio de una partida de mus y ahora lo hacen en el Palacio de la Moncloa".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.