Resurge la idea de una candidatura Obama-Clinton

Su victoria ayer en Virginia Occidental, que pod¨ªa darse por garantizada dada la enorme ventaja que le conced¨ªan las encuestas, no aumenta las posibilidades de Hillary Clinton de ser la candidata del Partido Dem¨®crata a la presidencia de EE UU, pero s¨ª alimenta un poco m¨¢s las especulaciones de que pueda formar parte del ticket (candidatura) comandado por Barack Obama.

Virginia Occidental es un Estado que se ajusta como un guante a las cualidades que Clinton ha mostrado en la ¨²ltima fase de esta carrera: es uno de los m¨¢s blancos, religiosos y conservadores del pa¨ªs, uno de los de m¨¢s baja renta por habitante, de los ¨²ltimos en cuanto a n¨²mero de universitarios y de los primeros en cuanto a propietarios de armas de fuego. Obama apenas ha gastado medio d¨ªa en hacer campa?a para unas primarias que da por perdidas de antemano.

El resultado no cambiar¨¢ de forma apreciable el recuento de delegados y votos que permitir¨¢ pronto a Obama ser declarado oficialmente candidato. Pero s¨ª volver¨¢ a poner sobre la mesa algunas de las debilidades pol¨ªticas del senador de Illinois -su dificultad para convencer a los trabajadores blancos y conservadores- y algunos de los aspectos en los que Clinton podr¨ªa muy bien complementarle. Es decir, volver¨¢ a poner en circulaci¨®n el sue?o de una candidatura conjunta de las dos figuras que han dividido el coraz¨®n de los dem¨®cratas este a?o y han cautivado la atenci¨®n del electorado.

Un 39% de los dem¨®cratas encuestados por ABC-The Washington Post se pronuncia por Clinton como vicepresidenta de Obama. El siguiente favorito, John Edwards, es preferido s¨®lo por un 10%. Un 25% de todos los entrevistados ve m¨¢s probable dar su voto a una candidatura dem¨®crata si la ex primera dama forma parte de ella.

Una de las voces sagradas del partido, el ex candidato presidencial George McGovern, se pronunciaba ayer en un art¨ªculo en la prensa a favor de esa f¨®rmula como la mejor soluci¨®n para preservar la unidad de los dem¨®cratas de cara a las elecciones de noviembre. Y algunos grupos de influencia pr¨®ximos a la senadora de Nueva York han empezado a movilizarse a favor de la candidatura Obama-Clinton.

Todo eso no convierte, sin embargo, esa posibilidad en la opci¨®n m¨¢s probable. El propio Obama admiti¨® el pasado fin de semana, al ser preguntado al respecto en un acto electoral, que Clinton "formar¨ªa parte de cualquier lista reducida de candidatos a la vicepresidencia". Pero en el seno de su campa?a existen serias dudas -empezando por la esposa del candidato, Michelle- de que la participaci¨®n de Clinton en el ticket no perjudicara m¨¢s de lo que podr¨ªa ayudar.

Obama ha crecido electoralmente con un mensaje de cambio que ha ofrecido como contrapunto de lo que viejas familias pol¨ªticas, como los Bush o los Clinton, representan. Para parte de su electorado, sobre todo los j¨®venes, podr¨ªa resultar ahora decepcionante un ticket conjunto.

En todo caso, eso depender¨¢ de las necesidades. Nadie era m¨¢s opuesto a John Kennedy que Lyndon Johnson cuando le ofreci¨® la candidatura a la vicepresidencia. El veterano sure?o le garantizaba, sin embargo, acceso a un paquete de votantes a los que el joven cat¨®lico de Nueva Inglaterra jam¨¢s podr¨ªa llegar. Si Obama no encuentra qui¨¦n le haga ahora esa funci¨®n, tendr¨¢ que abrazarse a Clinton.