La industria pesada presiona al Gobierno para abrir otra nuclear

Consumen un 15% de la electricidad en Espa?a, piden el kilovatio barato y, al igual que en Finlandia o Rumania, afirman estar dispuestas a participar en la apertura de una nueva central nuclear. Las 40 empresas integradas en la Asociaci¨®n de Grandes Consumidores de Energ¨ªa (AEGE) -cementeras como Cemex, sider¨²rgicas como Arcelor o qu¨ªmicas como Solvay- se ofrecieron en septiembre al Gobierno a participar en la construcci¨®n de una nueva planta. "Si las mismas multinacionales lo han hecho en otros pa¨ªses de Europa, es que est¨¢n dispuestas a hacerlo aqu¨ª", explica el director de AEGE, Javier Penacho.

Seg¨²n fuentes del Ejecutivo, la propuesta no se tom¨® en serio y se dieron largas. Si es un farol o no, ser¨¢ pr¨¢cticamente imposible de comprobar. Pero con este anuncio, las empresas reabren a¨²n m¨¢s el mel¨®n nuclear, a falta de que el Gobierno o las el¨¦ctricas se unan. Las empresas son conscientes de que el problema para construir nuevas nucleares no es tanto financiero como pol¨ªtico: la negativa del presidente del Gobierno, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, a reactivar esta fuente de energ¨ªa.

La esperanza del lobby nuclear est¨¢ en Finlandia. Este pa¨ªs mod¨¦lico -los mejores resultados educativos de la OCDE y con tecnolog¨ªa punta- ha optado por construir una nuclear para reducir su dependencia energ¨¦tica de Rusia. La planta, que acumula retrasos y se ha disparado de costes, fue posible gracias a que los grandes consumidores de energ¨ªa han puesto el 50% del capital. En Francia y Rumania, la industria pesada ha optado por soluciones de este tipo. En Espa?a, aunque lo que quiere el sector es electricidad barata -no entrar a construir-, se ha impuesto la idea de que si ¨¦se es el camino, conviene explorarlo.

En septiembre pasado, Penacho se reuni¨® con el entonces ministro de Industria, Joan Clos, y le traslad¨® la opci¨®n de financiar una nuclear. Fuentes del Ejecutivo de entonces explican que se recibi¨® la propuesta "como una tormenta de ideas, un proyecto a largo plazo, m¨¢s que algo concreto". Las mismas fuentes consideran la operaci¨®n arriesgada, porque en un proyecto as¨ª las obras se sabe cu¨¢ndo empiezan, pero no cu¨¢ndo acaban, y los costes a menudo se disparan: "Y se puede ir al garete por 10.000 razones". Penacho se defiende: "Yo digo que estamos dispuestos. Somos multinacionales serias que han hecho lo mismo en otros pa¨ªses. ?Por qu¨¦ no iban a hacerlo aqu¨ª?". Los ocho reactores espa?oles producen un 20% de la electricidad.

La oferta de la industria se produce en medio del temor de que en julio desaparezcan las tarifas que limitan el precio que pagan por la electricidad. "Si pudi¨¦ramos importar electricidad hidr¨¢ulica de Noruega o nuclear de Rumania o Francia, no necesitar¨ªamos esto. Pero en Europa no existe un verdadero mercado el¨¦ctrico", denuncia Penacho.

En Espa?a no se inaugura una nuclear desde hace 20 a?os y, aunque existe la llamada "moratoria", no supone ning¨²n impedimento legal para abrir nuevas plantas. En realidad, es una compensaci¨®n que pagan los consumidores en la factura de la luz a las el¨¦ctricas para que no construyeran las centrales (Valdecaballeros, Lem¨®niz y Trillo II) que ten¨ªan previstas en los ochenta.

Las el¨¦ctricas ahora ganan mucho dinero con las nucleares (hasta 600.000 euros diarios netos con una central de 1.000 megavatios). Pero se endeudaron enormemente para levantarlas.

Nada impedir¨ªa, por ejemplo, que Uni¨®n Fenosa planteara construir una nuclear en el emplazamiento de Zorita (en desmantelamiento desde 2006), ya calificado como nuclear. Pero es mucho menos complicado amortizar una central de gas de ciclo combinado (se construye en pocos a?os) o un parque e¨®lico, por el que reciben m¨¢s dinero.

El anuncio oficial de la industria pesada mete m¨¢s presi¨®n sobre un debate en alza. La seguridad de suministro energ¨¦tico y la lucha contra el cambio clim¨¢tico juegan a favor de la nuclear; los residuos radiactivos o la proliferaci¨®n nuclear, en su contra.