90 minutos de sinceridad brutal

Dos caracteres opuestos se encontraron en la tarde-noche del mi¨¦rcoles en un hotel de Vitoria cercano al aeropuerto. El de Mariano Rajoy, un gallego pausado, reservado, herm¨¦tico, que evita el choque directo y al que no le gusta discutir ni mojarse, con el de Mar¨ªa San Gil, una vasca decidida, valiente -se meti¨® en pol¨ªtica cuando era secretaria y asesinaron a su jefe mientras com¨ªa con ella-, que va al choque y dice muy alto y muy claro lo que piensa.

Y la cosa acab¨® bastante mal.

"Yo no cambio nada, pero es mejor que discutamos en privado", dijo Rajoy

"Os reclamo que llegu¨¦is a un entendimiento", dijo el l¨ªder de Vizcaya

En esa reuni¨®n estaban casi todas las personas que mandan en el PP vasco. Antonio Basagoiti, Carmelo Barrio, Leopoldo Barreda, Mar¨ªa Jos¨¦ Usandizaga, Alfonso Alonso, Antonio Damborenea y Carlos Sancho acompa?aban a Rajoy y Soraya S¨¢enz de Santamar¨ªa, la portavoz parlamentaria. Cuatro de ellos coinciden en una reconstrucci¨®n que muestra la enorme tensi¨®n vivida.

-"Tengo un problema de confianza contigo, Mariano. Creo que est¨¢is cambiando los principios del partido. Y creo que te falta liderazgo", le espet¨® San Gil a Rajoy.

Enseguida fue creciendo la tensi¨®n y otros dirigentes -hablaron casi todos- se dieron cuenta de que el enfrentamiento de San Gil con Rajoy era de tal calibre que era imposible resolverlo all¨ª mismo. El propio l¨ªder comprendi¨® la gravedad de la situaci¨®n y trat¨® de tranquilizar a los dem¨¢s.

-"Mar¨ªa y yo trataremos de resolver este problema de confianza en una reuni¨®n a solas".

Ning¨²n dirigente, seg¨²n los presentes, tom¨® partido. Pero hubo varios que se pusieron muy vehementes a la hora de exigir que se arreglen ya las cosas.

-"Yo no tengo ning¨²n motivo para desconfiar de Mariano. Mar¨ªa, creo que es urgente resolver este problema de confianza", dijo Alfonso Alonso, ex alcalde de Vitoria, miembro de la actual direcci¨®n del grupo parlamentario y cuya l¨ªnea pol¨ªtica en el Pa¨ªs Vasco siempre ha sido m¨¢s moderada que la de San Gil, aunque nunca ha planteado batalla contra ella. Alonso quiso pacificar.

-"Tenemos mucha gente en el partido que se est¨¢ jugando la vida y que nos pide que trabajemos todos juntos contigo de l¨ªder, Mar¨ªa. Creo que hay que resolver esto", insisti¨® Alonso.

-"Yo os reclamo que llegu¨¦is a un entendimiento", dijo Antonio Damborenea, secretario general del PP de Vizcaya.

-"Yo tambi¨¦n abogo por un entendimiento. Pero tambi¨¦n echo de menos m¨¢s liderazgo, creo que deber¨ªas dar un golpe en la mesa y responder a todas las cosas que se est¨¢n diciendo, Mariano", se?al¨® Usandizaga, presidenta del PP de Guip¨²zcoa.

-"Mariano no es dudoso, ni mucho menos, pero yo tampoco creo que Mar¨ªa se invente nada", terci¨® Basagoiti, presidente del PP de Vizcaya y que apoya tanto a Rajoy como a San Gil.

Rajoy trat¨® de responder.

-"Mira, Mar¨ªa, yo no entiendo lo que est¨¢ pasando. Yo no estoy cambiando nada, y mucho menos los principios del partido", se?al¨® el l¨ªder, siempre en tono respetuoso y mucho m¨¢s pausado que el de San Gil.

S¨¢enz de Santamar¨ªa explic¨® que es muy dif¨ªcil hacer oposici¨®n cuando s¨®lo se habla de las cuestiones internas del partido, y cit¨® el acoso de El Mundo y Cope al l¨ªder.

Rajoy dedic¨® buena parte de su discurso ante los cargos populares a defender su candidatura.

-"Yo tengo derecho a presentarme y a hacerlo con mi equipo. Pero no estoy cambiando nada. Me presento porque creo que es lo mejor para el partido y porque tengo ganas e ilusi¨®n. Si no, no lo har¨ªa", insisti¨® el l¨ªder.

Fue entonces cuando Mar¨ªa San Gil trat¨® de ofrecer argumentos para demostrar por qu¨¦ estaba convencida de que Mariano Rajoy y su entorno pretend¨ªan cambiar los principios del PP. Habl¨® mucho rato de las supuesta defensa del acercamiento a los nacionalistas que le hizo Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle, hombre de confianza de Rajoy con el que ella negoci¨® la ponencia pol¨ªtica. Se fue calentando, y empezaron los reproches contra Rajoy.

-"Mariano, siempre hab¨ªamos dicho que hab¨ªa que exigir al Gobierno un pacto por escrito en el que se comprometa a no negociar nunca m¨¢s con ETA. Y t¨² dijiste hace un mes que no hac¨ªa falta que fuera escrito, que las formas son accesorias. S¨ª que est¨¢s cambiando", le espet¨®.

Rajoy no quiso entrar en esa pol¨¦mica.

-"Yo no cambio nada, pero es mejor que esto lo discutamos t¨² y yo en privado", se?al¨® para dar por finalizada una tens¨ªsima reuni¨®n y volver a Madrid.