Guateque en el Nasti contra el cierre anticipado
La sala de Malasa?a se rebela contra el acoso del Ayuntamiento
Ayer, de nuevo, el Nasti, en la calle de San Vicente Ferrer, volvi¨® a cerrar a las 3.30. Y eso a pesar de que, al menos oficialmente, cuenta con licencia de apertura hasta dos horas m¨¢s tarde y de que frente a la puerta se agolpaban los noct¨ªvagos habituales en busca de refugio. Pero desde hace unos meses, una pareja de polic¨ªas municipales acude puntualmente a la cita para acabar con la fiesta. Seg¨²n sus due?os, "irregularmente". "El Nasti -o tambi¨¦n el Astoria, o Barbarella, la identidad del local cambia seg¨²n el d¨ªa de la semana- cuenta con licencia de sala de fiestas -con permiso de apertura hasta las cinco y media de la madrugada- desde hace m¨¢s de 15 a?os, cuando era la Sala Maravillas", relata entre humos Chema Garc¨ªa, due?o del negocio. "Pero desde diciembre, poco despu¨¦s de que saltara el tema del Guateque, nos mandan a la Polic¨ªa Municipal para que cerremos a las tres y media", cuenta. Seg¨²n su relato, los polic¨ªas les indican que "las licencias han cambiado", aunque ¨¦l dice no tener ninguna comunicaci¨®n oficial por parte del Ayuntamiento.
Por ese motivo, adem¨¢s de haber puesto a trabajar a sus abogados, el Nasti ha lanzado una ¨¢cida campa?a -Free Nasti- a trav¨¦s de MySpace y con una serie de conciertos solidarios. "A alguien de repente se le ha encendido una lucecita en la cabeza y ha dicho: 'Huy, pero si en Madrid a¨²n quedan salas de conciertos. Vamos a cerrarlas todas, qu¨¦ co?o. Lo que realmente necesita esta ciudad son 400 Starbucks m¨¢s. Y resulta que mi cu?ado, bla, bla, bla...'. La historia de siempre", dice el comunicado de la sala.
Con el local lleno, en la noche del mi¨¦rcoles al jueves se celebr¨® el primero de los conciertos Free Nasti. En el cartel, Los Punsetes, Lidia Damunt y Grande-Marlaska, que a ¨²ltima hora fueron sustituidos por The Secret Society. "Un par de polic¨ªas nos separan / ya nos han arruinado el fin de semana", cantaron Los Punsetes, entre el coloc¨®n general. Manu, el punsete pensante, hablaba despu¨¦s del concierto del problema del cierre. "En Madrid se puede tocar en cuatro sitios: el Nasti, el Juglar, el Siroco o el 8 y 1/2. Lo bueno del Nasti es que no tienes que alquilar la sala y es un punto de reuni¨®n de gente interesantona. En realidad es un cuchitril, pero un cuchitril entra?able. Lo malo es que suena como el ojete", asegura. "Pero nosotros no habr¨ªamos sobrevivido sin ¨¦l", remata. El Nasti es una de las pocas salas que quedan en la ciudad con una programaci¨®n regular de conciertos de bandas fuera del circuito comercial.
"Nos est¨¢n haciendo polvo. Sin esas dos ¨²ltimas horas esto no es rentable", cuenta Chema. Si para ellos no lo es, menos a¨²n para quienes alquilan el local y lo convierten en el Astoria o el Barbarella. "Es el ¨²nico garito que queda en Malasa?a con este tipo de gente y de m¨²sica, pero si tenemos la mala suerte de que nos impongan este horario habr¨¢ que readaptarse", dice ?scar, el ide¨®logo del Astoria -el Nasti de los jueves-. De fondo, seg¨²n todos ellos, est¨¢ la idea de hacer de Malasa?a un barrio distinto, m¨¢s fashion y m¨¢s rentable que ahora.
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