Suicidio en el hotel V¨ªdeo
El videoarte germin¨® durante los setenta en un contexto marcado por las protestas contra la guerra y los movimientos de liberaci¨®n sexual. Su evoluci¨®n ofrece una trayectoria que puede leerse, en t¨¦rminos sociales, como la de un formato de individuaciones cada vez mayores de unos artistas tens¨¢ndose por cortar amarras de lo que les sostiene, el mercado. Despu¨¦s de cuarenta a?os, la nueva narrativa de la videocreaci¨®n ocupa hoy, con el cine y el teatro, el lugar de la legitimaci¨®n filos¨®fica e ideol¨®gica institucional. Si bien es cierto que el trasfondo imaginario de los trabajos de Doug Aitken, Eija-Liisa Ahtila, Shirin Neshat, Douglas Gordon, Alexander Sokurov o Yang Fudong no es el mismo que el de los mejores Bill Viola, Gary Hill, Chris Burden, Michael Rovner, Martha Rosler o Michael Snow, a su favor tienen que en aquellas manos este soporte -reducido primariamente para su visionado en pantallas de televisi¨®n o precarias instalaciones- ha ensayado un tipo de aventura est¨¦tica para un espectador omniabarcante, activo en toda comprensi¨®n temporal de la forma art¨ªstica y capaz de determinar si la espacialidad contiene prioridades tem¨¢ticas genuinas.
Dicho esto hay algo de "desmodernizador" en el hecho de proyectar un v¨ªdeo en peque?os monitores instalados en los cuartos de ba?o de un hotel o en los televisores de anodinas habitaciones atiborradas de hu¨¦spedes ocasionales. En la feria Loop, que tuvo lugar el pasado fin de semana en el hotel Catalonia Ramblas de Barcelona (el festival Loop contin¨²a hasta ma?ana en un centenar de espacios de Barcelona), el espacio reprimi¨® la temporalidad en beneficio de la idea de divertimento y exclusividad, a saber, la de acudir a un c¨¦ntrico hotel a pasar unas horas entre iguales. All¨ª el dinamismo estaba en saltar 44 veces de habitaci¨®n en habitaci¨®n y no en moverse entre pantallas o interactuar. Despu¨¦s de seis ediciones, ser¨ªa conveniente que los organizadores de la feria se plantearan lugares m¨¢s espaciosos y menos estandarizados, de acuerdo con la naturaleza de un formato que, de no presentarse en ¨®ptimas condiciones, puede quedar reducido a meras im¨¢genes que titilan por brev¨ªsimos instantes en nuestra retina. ?stas son las paradojas art¨ªsticas que resultan del nulo ritmo del proceso cr¨ªtico. Con todo, se hace posible salvar tres o cuatro obras entre casi setenta que seguramente gozar¨ªan de un punto de partida m¨¢s prometedor para compradores y periodistas (culturales) si no se emitieran en medio de cortinas ondeando y toallas de ba?o reci¨¦n usadas.
La jovenc¨ªsima artista suiza Marion Tampon-Lajarriette (Gallerie Sollertis, Toulouse) firma una doble proyecci¨®n en blanco y negro con la imagen enfrentada del rostro de dos mujeres que se buscan y se evitan; ambas representan dos momentos cinematogr¨¢ficos: el primero, filmado en 1963 (Avant la R¨¦volution, de Bertolucci); el segundo, en 2003, aunque la acci¨®n est¨¢ basada en el filme de 1968 Les amants r¨¦guliers, de Garell. Con la misma extra?eza discurre el tiempo en el v¨ªdeo de Roger Welch (galer¨ªa Magda Belloti) titulado Hudson River, casi seis minutos que concentran un periodo de 14 horas frente al antiguo faro de Hudson-Athens, como una pintura viva que revisa todo lo que de reconocible hay en las reverberaciones de la luz natural frente de la desembocadura de un r¨ªo (qu¨¦ maravilla ser¨ªa poder ver la cinta en una caja negra, con una pantalla amplia y s¨®lo con el sonido del agua). El viaje por el r¨ªo Mekong que propone el japon¨¦s Jun Nguyen-Hatsushiba (Mizuma Art Gallery, Tokio) es tambi¨¦n el de una sociedad, Laos (y, en general, las del sureste asi¨¢tico), cuyo sistema de valores fluct¨²a entre la asunci¨®n de su herencia cultural y el ¨¦nfasis en el ¨¦xito personal, como ocurre en la vecina China. Una hermosa secuencia de 15 minutos narra el viaje de una cincuentena de estudiantes de una escuela de arte a bordo de unas embarcaciones, desde donde ejercitan sus dotes "plenairistas" y con el s¨ªmbolo vernacular del ¨¢rbol sagrado Bodhi como faro de sus ambiciones individuales. Un faro que tiene en el brillo acerado de la estrella de un coche de lujo (Antoni Muntadas, Mercedes Projection, Mois¨¦s P¨¦rez de Alb¨¦niz, Pamplona) la misma idea de "marcador" con el que decorar nuestras vidas, girando lentamente con las nubes de fondo, una denuncia de la relativamente nula fungibilidad del capital.
Loop 2008. Hasta el 18 de mayo. www.loop-barce lona.com y www.youtube.com/LOOPFESTIVAL
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