Ponga un famoso en su fiesta

Si quiere tener un famoso en su fiesta, s¨®lo hay que disponer de dinero. Ser una celebrity se ha convertido para algunos en toda una profesi¨®n, y para las empresas que los contratan, en un negocio rentable. Si una marca de coches presenta un nuevo modelo, si una prestigiosa joyer¨ªa abre una tienda y quieren tener asegurada la presencia de la prensa rosa, s¨®lo hay que contratar a rostros populares. Los organizadores consultan con las televisiones y las revistas qu¨¦ rostros est¨¢n de moda antes de organizar la cita.

Conchita Villela lleva 35 a?os preparando actos de este tipo, casi unos 25 al a?o. "Hay diversos contratos: el famoso que va para hacerse una foto en la entrada de la fiesta; el que adem¨¢s atiende a los periodistas y habla de sus cosas; y el que suscribe acuerdos con firmas para ser su imagen durante un a?o", dice.

Tener en una fiesta a Isabel Preysler es una garant¨ªa de ¨¦xito. "Sigue siendo la m¨¢s buscada. Hace pocas apariciones y cobra mucho por ellas", apunta Vilella. Carmen Mart¨ªnez-Bordi¨² tambi¨¦n est¨¢ entre las m¨¢s buscadas aunque no es de las m¨¢s caras: 52.000 euros por su asistencia, y si va con su marido, Jos¨¦ Campos, cobra algo m¨¢s.

Cayetano Rivera Ord¨®?ez, imagen de Armani, es, entre los hombres, uno de los m¨¢s solicitados. Hace pocas apariciones. Por tenerle en un evento hay que pagar 100.000 euros, al margen del 20% que se lleva el representante. Adrien Brody acude por 180.000 euros: los cobr¨® por presentar un coche en Madrid.

Chabeli Iglesias ha sabido rentabilizar como nadie ser hija de padres famosos, ¨¦sa es su profesi¨®n. Por 65.000 euros, posa ante las c¨¢maras y habla de su familia sin cortarse. M¨¢s complicadas resultan las apariciones de Eugenia Mart¨ªnez de Irujo, imagen de una firma de joyer¨ªa. "Ella no quiere hablar con la prensa", dicen. Las mujeres son las m¨¢s demandadas. Tener novio o acabar de cortar con ¨¦l, estar embarazada o a punto de casarse, son valores en alza.

Eugenia Mart¨ªnez de Irujo como otros rostros populares suscribe contratos anuales con firmas que les obligan a posar para las campa?as de publicidad y acudir a fiestas tanto p¨²blicas como privadas. "Suelen ser documentos muy elaborados en los que la celebrity incluso pacta de lo que va a hablar y de lo que no". Laura Ponte, imagen de una firma de relojes, por ejemplo, posa, pero "jam¨¢s habla de su vida privada". La modelo est¨¢ casada con un sobrino del Rey.

Paco Caro, responsable de Equipo Singular, otra agencia de comunicaci¨®n especializada en este tipo de eventos, sostiene que hay famosos que se mueven no s¨®lo por dinero. "Lo pueden hacer por amistad con la marca, porque se trate de un acto muy importante o porque el acto les d¨¦ prestigio. Si no se dan estos tres requisitos, entonces hay que pagar", explica.

Caro organiz¨® la semana pasada en Nueva York una de las grandes fiestas del a?o. Pronovias inaugur¨® unas tiendas de siete plantas en pleno Manhattan que congreg¨® un mont¨®n de populares. "Seguimos el modelo anglosaj¨®n por el que muchos famosos acuden a un acto porque colaboran con alguna entidad ben¨¦fica. Nos pusimos en contacto con la Asociaci¨®n New Yorkes for Children, que tiene un comit¨¦ en el que hay muchas familias importantes de Nueva York. Dimos una cantidad a esa asociaci¨®n y tuvimos a Sophie Auster (hija de Paul Auster), Alexandra Richards (hija de Keith Richards), Dylan Lauren (hija de Ralph Lauren), Dominique Garc¨ªa (hija de Andy Garc¨ªa), Rainey Qualley (hija de Andie MacDowell), Ivanka Trump (hija de Ivana Trump), Helen Rockefeller y Domenica Scorsese. Ese modelo en Espa?a es todav¨ªa muy dif¨ªcil".