Una goleada como despedida

El de ayer fue un partido de despedida entre dos equipos que hubieran preferido estar de vacaciones. El Murcia ya baj¨® a Segunda y el Barcelona se ha quedado por segundo a?o consecutivo sin t¨ªtulo. Los azulgrana, al menos, se despidieron con una goleada rotunda en un partido muy sencillo, presidido por el hat-trick del mexicano Giovani, muy art¨ªstico y fino.

El Bar?a no ganaba a domicilio desde febrero; seis partidos desde Zaragoza. Un mundo, as¨ª que a estas alturas ya no importaba mucho, tan a deshora y a destiempo. La era de Rijkaard termin¨® anoche de manera oficial, con un buen marcador, aunque intrascendente, sin pena ni gloria, en noche de f¨²tbol sin trascendencia alguna salvo para la afici¨®n, que llen¨® pr¨¢cticamente el campo.

Al partido le dieron vida cuatro cosas de Messi, el intervencionismo de Henry y de los dos ¨²nicos volantes, Gudy y Xavi, y los goles de Giovani. Fracturado y sin tensi¨®n defensiva, el Murcia tuvo llegada al principio y al final, sobre todo por parte de Iv¨¢n Alonso y Aquino, un zurdo de la quinta de Bojan que pinta bien. El Murcia llegaba y remataba m¨¢s que nunca y se encontr¨® merecidamente con un gol de Ochoa a la salida de un saque de esquina.

Al Barcelona, sin embargo, le bastaron dos arreones para darle la vuelta al partido en 10 minutos. Henry, Eto'o y Messi compitieron en ver qui¨¦n terminaba el curso con el mejor registro goleador. No se entienden demasiado fuera del campo, as¨ª que de nuevo les cost¨® encontrarse. Atacaron por inspiraci¨®n y resolvieron f¨¢cilmente, mientras que Pinto guard¨® bien la porter¨ªa hasta que le batieron otras dos veces ante la desatenci¨®n de sus zagueros.

El partido fue tan anecd¨®tico que incluso se estren¨® Giovani con unos goles preciosos, el segundo especialmente distinguido porque fue el n¨²mero 60.000 de la Liga. Si el mexicano se va finalmente del Bar?a, al menos lo har¨¢ despu¨¦s de estrenarse como goleador en el campeonato desde una posici¨®n sorprendente, la de interior derecho ante la falta de volantes. El partido acab¨® con los ol¨¦s de la hinchada, mientras que Rijkaard ni siquiera comparec¨ªa ante la prensa el d¨ªa de su adi¨®s.