"?C¨®mo ha podido hacer esto Mar¨ªa?"
La mayor¨ªa de cargos del PP vasco admite el peso de Mayor en el pulso a Rajoy
"Mar¨ªa [San Gil] agarraba unos globos tremendos cuando Rajoy se ve¨ªa en Madrid con Josu Jon Imaz y no le dec¨ªa nada. Ella siempre ha pensado que Mariano, un d¨ªa, estar¨ªa dispuesto a sentarse con el PNV. Y eso le ha hecho ser desconfiada, incluso cuando recibi¨® la propuesta de escribir la ponencia, porque no lo ve¨ªa". Quiz¨¢ por eso, pero no s¨®lo, esta voz tan pr¨®xima a la todav¨ªa presidenta del PP vasco recuerda que "para entender todo lo que est¨¢ pasando hay que mirar hacia atr¨¢s".
Muchos sostienen que no se podr¨ªa entender a San Gil sin su recuerdo de Gregorio Ord¨®?ez, su estrecha relaci¨®n pol¨ªtica con Jaime Mayor Oreja, su desgarro cuando atisb¨® el presumible desembarco vasco en 2004 de Loyola de Palacio y la mutua debilidad emocional que se profesan "el presidente" Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar y ella.
"Ahora est¨¢ baja. Le han hecho mella las cr¨ªticas en su grupo parlamentario"
Incluso en el PP vasco hay quien defiende que su pensamiento pol¨ªtico, nada vers¨¢til, rezuma antipat¨ªa al nacionalismo sin adjetivos. Y odio profundo a los abertzales radicales tras ver morir asesinado a su entonces jefe, el edil Gregorio Ord¨®?ez. "Fue tan desgarrador, le cambi¨® tanto la vida, que jam¨¢s lo podr¨¢ olvidar".
Por eso, cuando m¨¢s de una vez durante la redacci¨®n de la ponencia del PP ve¨ªa que el canario Jos¨¦ Manuel Soria tra¨ªa la lecci¨®n de G¨¦nova de no incidir en el aislamiento y dejar la puerta abierta a entendimientos, San Gil se encrespaba: volv¨ªa a imaginarse a Rajoy con Imaz. Tanto como cuando Jos¨¦ Mar¨ªa Lassalle intentaba meter el l¨¢piz. De ¨¦ste, adem¨¢s, "no le han gustado sus formas".
A estas alturas, especialmente desde que se conoci¨® el contenido de la ponencia, pocos discuten que el icono San Gil ha perdido encanto. Sobre todo entre muchos de sus pr¨®ximos, como en su grupo parlamentario y entre los cargos de referencia. "No entendemos lo que ha hecho, porque es una ponencia que en algunas cosas es m¨¢s de derechas de lo que nos vendr¨ªa bien", se atreven a asegurar algunos. Y no esconden su teor¨ªa: "Mar¨ªa no da este paso sin hablar previamente con Jaime Mayor y Aznar". Una hip¨®tesis alimentada por las declaraciones del ex ministro hostigando a Rajoy. "Jaime no parar¨¢ hasta conseguir que Rajoy ponga a uno de los m¨¢s duros en un puesto de referencia en el congreso del PP", sentencian estas fuentes.
Quienes en el PP vasco alardean de memoria hist¨®rica encuentran ahora la ocasi¨®n de recordar los tiempos del pacto PP-PNV para sostener el primer mandato de Aznar. "Entonces a Mayor no le importaba beber Ribera del Duero con Arzalluz". Mar¨ªa San Gil lo ve¨ªa de lejos. Ahora ella est¨¢ muy baja de ¨¢nimo. Es consciente de la crisis que ha provocado en un momento duro para su partido. Se siente arropada, pero las acusaciones de que fue objeto en la reuni¨®n con el grupo parlamentario "le han hecho mella".
Este conflicto interno al que los desconcertados cargos populares consultados no ven "ni pies ni cabeza" ha actualizado la guerra, mucho m¨¢s soterrada, sufrida por esta formaci¨®n en 2004, cuando se trataba de buscar un cartel electoral que supliera a Mayor Oreja y Carlos Iturgaiz. Desde Madrid hubo un intento de pujar por Loyola de Palacio, a quien le atra¨ªa el proyecto pero que desisti¨® cuando vio c¨®mo se las gastaban aquellos a quienes podr¨ªa sustituir. S¨®lo tuvo el respaldo del sector alav¨¦s (Ram¨®n Rabanera y Alfonso Alonso), siempre refractario a la dureza de la doctrina Mayor y al que las urnas recompensaron. "Mar¨ªa no se ha acabado de fiar de los alaveses. Nos ve blandos, cuando hemos sufrido como todos", cuenta uno de ellos. Son los mismos, ahora con I?aki Oyarz¨¢bal, que piden unidad en torno a Rajoy y, al tiempo, quieren hacer desistir a San Gil de su pulso.
Con el paso de las horas toma cuerpo la idea de que la presidenta se va en julio. En UPyD, el partido de Rosa D¨ªez, abren los brazos esperando a desenga?ados del PP. "Eso no va a pasar. Hemos sufrido mucho por este partido como para marcharnos", dice uno de los populares. Ser¨ªa, en todo caso, el efecto secundario de esta cruzada personal (o con otros) que lleva camino de causar efectos devastadores. Eso s¨ª, nada comparables a los que Aznar o Rato podr¨ªan causar si median por San Gil en los pr¨®ximos d¨ªas. "Ese golpe s¨ª que no lo supera Mariano", advierten en Madrid.
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