Promesas rotas
He aqu¨ª el paradigma de las promesas electorales rotas, hechas a?icos, para ser m¨¢s precisos. Un partido, en este caso la socialdemocracia holandesa, patrocin¨® a finales de 2006 la gratuidad universal de las guarder¨ªas infantiles. La medida alcanzar¨ªa a todos los padres, cualquiera que fuesen sus ingresos, y contribuir¨ªa a la emancipaci¨®n de las madres al ayudarles a conciliar un horario laboral con el cuidado asequible de los hijos. La propuesta se convirti¨® en la estrella de los m¨ªtines y permiti¨® a los socialdem¨®cratas ganar un buen pellizco de los votos. Suficientes como para formar la actual coalici¨®n en el poder, junto con democristianos y calvinistas, y poder abrir luego exultantes el cofre de los subsidios infantiles.
Ahora resulta que las guarder¨ªas gratuitas son inasumibles
La tarea es rematar las privatizaciones y acabar con los monopolios
Pero, claro, la realidad acechaba a dos de sus abanderados: Wouter Bos, hoy ministro de Finanzas y vicepresidente de Gobierno, y Sharon Dijksma, secretaria de Estado de Educaci¨®n. Ninguno calcul¨® que el poder de atracci¨®n de la medida resultara irresistible para las familias, que las cuentas no cuadraran y que se vieran abocados a proclamar que "la gratuidad de estas ayudas infantiles es imposible de asumir".
Seg¨²n los c¨¢lculos originales, la demanda de plazas para menores de 13 a?os en guarder¨ªas y salas de juego o de estudio para despu¨¦s de clase crecer¨ªa un 2%. Para afrontarla, el Ejecutivo desembolsar¨ªa en 2007 cerca de 1.600 millones de euros en subsidios. La patronal a?adir¨ªa una prima al salario de los padres. En la pr¨¢ctica, las peticiones aumentaron un 35% y uno de cada cuatro ni?os fue inscrito en esos centros. Como los gastos oficiales ascendieron a 2.400 millones de euros, los 522 millones abonados por los empresarios no bastaron. Tendr¨ªan que haber sumado 800 millones, y el Ejecutivo ha tenido que enjugar la diferencia, algo que no desea repetir. En cuanto a las familias, ten¨ªan dos tercios de los gastos de guarder¨ªa pagados.
Para sorpresa del superministro de Finanzas, que ha ordenado cerrar el grifo de los subsidios de forma gradual, el ritmo de demandas no cesa y las ¨²ltimas previsiones apuntan a un aumento anual del 20%. Sobre todo en el mercado de locales que abren al finalizar el horario escolar y solucionan un problema grave de horarios a los padres trabajadores. Aunque ¨¦stos suelen concluir su jornada a las seis de la tarde, los colegios cierran a las tres durante toda la primaria (los mi¨¦rcoles o viernes a las 12.30). Durante la secundaria echan la llave como m¨¢ximo a las cuatro de la tarde. De ah¨ª la proliferaci¨®n de agencias de contrataci¨®n de padres, o bien de abuelos -hasta 80.000 en 2007-, que atienden a su prole y a otros ni?os por dinero. El Estado tambi¨¦n subvenciona esta modalidad y ha encontrado otra cuenta que no cuadra. En este caso, hay una explicaci¨®n m¨¢s prosaica. Seg¨²n la secretaria de Estado Dijksma, "hay gente que declara gastos ajenos al tiempo pasado con los menores y ha convertido el servicio en una forma de ganar dinero".
Mientras ella y su jefe perfilan el recorte de las subvenciones y proponen menos ayuda para los salarios altos y medios, las asociaciones de padres han recordado que los ingresos familiares no son lo que parece. Lo m¨¢s corriente en Holanda es que el var¨®n tenga un empleo a tiempo completo y la mujer trabaje tres d¨ªas. O bien que los dos lo hagan cuatro d¨ªas a la semana. De fallar el apoyo para la guarder¨ªa, la madre suele abandonar el mercado. Justamente lo que se pretend¨ªa evitar.
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