?Seguir¨¢ su batalla Telma Ortiz?
Un sector de los jueces lamenta que el err¨®neo planteamiento de la demanda de la hermana de la Princesa haya impedido debatir los l¨ªmites de la prensa rosa
El debate iniciado por Telma Ortiz, hermana de la princesa de Asturias, sobre los l¨ªmites a la prensa rosa y sobre c¨®mo conciliar los derechos a la intimidad y a la informaci¨®n, se ha quedado a medias. El juzgado que llevaba el caso deneg¨® el viernes a Ortiz y a su pareja, Enrique Mart¨ªn Llop, su petici¨®n de prohibir a los medios que los fotograf¨ªen o graben salvo cuando est¨¢n en actos oficiales, pero sin entrar en los aspectos que realmente importaban. ?Hasta d¨®nde puede llegar la prensa? ?Es l¨ªcito que los paparazzi se aposten frente al domicilio de cualquier famoso y sigan todos sus movimientos? Un deficiente planteamiento jur¨ªdico de la cuesti¨®n por parte de los abogados de Telma Ortiz ha permitido que la juez del caso lo desestime sin entrar en los aspectos sustanciales del asunto. Y la ha condenado a pagar las costas del proceso, unos 50.000 euros. La asociaci¨®n progresista de la magistratura Jueces para la Democracia ha lamentado que se haya desaprovechado la oportunidad de sacar adelante un planteamiento "novedoso" como el de Ortiz, y opina que todav¨ªa hay una puerta abierta.
"Es una pena que no se haya llegado hasta el final porque es un debate abierto e interesante", opina Jaime Tapia, portavoz de Jueces para la Democracia. "Hay abusos que todos conocemos, situaciones de acoso y derribo a ciertos personajes, que hay que limitar. Pero los demandantes debieron acotar sus pretensiones y fundamentarlas mejor. Todav¨ªa pueden hacerlo cuando presenten la demanda principal", a?ade.
La hermana de do?a Letizia hab¨ªa presentado una demanda de medidas cautelares contra 57 medios de comunicaci¨®n -entre los que hab¨ªa revistas, televisiones, p¨¢ginas web y diarios-, para protegerse del "acoso medi¨¢tico" que dec¨ªa sufrir. Y lo hizo de una forma nunca ensayada: no llev¨® a los tribunales a los medios s¨®lo por lo que ya hab¨ªan hecho, sino que pretend¨ªa evitar lo que pod¨ªan hacer en el futuro. La guerra preventiva. Ortiz pretendi¨® impedir que ninguno de estos medios pudiera fotografiarla o grabarla en ning¨²n ¨¢mbito de su vida privada. Algunos sectores de la prensa hablaron de una censura previa intolerable; otros reconocieron los excesos que cometen algunos medios e insistieron en la necesidad de conciliar el derecho a la informaci¨®n con el derecho de los personajes p¨²blicos a preservar parte de su intimidad, y muchos famosos coincidieron con Telma Ortiz en la necesidad de poner coto a la insaciable sed de cotilleos de la prensa rosa.
Telma Ortiz defend¨ªa adem¨¢s que ella no era ni quer¨ªa ser famosa ni ten¨ªa ning¨²n trabajo p¨²blico; que s¨®lo era la hermana de la Princesa. Pero sobre este punto ten¨ªa las de perder. La jurisprudencia del Tribunal Constitucional se?ala que la definici¨®n de personaje p¨²blico debe interpretarse en sentido amplio.
En cualquier caso, la cuesti¨®n esencial es si los personajes p¨²blicos tienen o no derecho a la intimidad y hasta d¨®nde y c¨®mo pueden protegerla. El Tribunal Constitucional y el Tribunal Europeo de Derechos Humanos han determinado que es necesario que las informaciones que se dan sobre ellos tengan "trascendencia p¨²blica", lo que no ocurre en algunos reportajes de la prensa rosa en los que se llega a informar de c¨®mo un famoso va al supermercado. "Telma Ortiz debi¨® invocar no s¨®lo una vulneraci¨®n de su derecho a la propia imagen, como hizo, sino sobre todo de su intimidad, porque eso es lo que verdaderamente est¨¢ en juego. Y debieron haber utilizado casos de derecho comparado y todos los argumentos a su alcance. De todas formas, el planteamiento de fondo tiene sentido", concluye Tapia.
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