Comunistas
El PCE de Sevilla quiere que su partido concurra a las elecciones en solitario, sin el paraguas de Izquierda Unida. Me parece bien porque ser¨ªa la oportunidad de saber cu¨¢ntos comunistas quedan en Espa?a o cu¨¢ntas personas quieren dar su apoyo a una organizaci¨®n comunista. Es probable que esta actitud venga motivada porque el PCE perdi¨® el control de IU en las dos ¨²ltimas asambleas federales, ganadas por Gaspar Llamazares. Los malos resultados envalentonan ahora a quienes nunca creyeron que IU era un proyecto estrat¨¦gico, sino un invento de Gerardo Iglesias, Nicol¨¢s Sartorius y otros dirigentes de la izquierda que se organizaron tras el refer¨¦ndum de la OTAN ante la precaria situaci¨®n del Partido Comunista. Esos mismos piensan ahora que tendr¨ªan mejores resultados en solitario o que, al menos, los que tuvieran ser¨ªan de una lealtad inquebrantable y aportar¨ªan a las finanzas comunistas los dineros p¨²blicos que ahora se lleva IU. Este ¨²ltimo aspecto no es nada desde?able, como ellos mismos han destacado, ya que al tratarse de una vanguardia proletaria profesionalizada, necesitan un estipendio para poder dedicarse a la revoluci¨®n y este dinero debe venir del erario p¨²blico ?de d¨®nde si no? Dicen los comunistas sevillanos que IU es un instrumento y que por tanto s¨®lo debe continuar si es ¨²til. Lo mismo que el PCE, ?o es que este partido es hoy ¨²til a alguien salvo a los que se dedican profesionalmente a su organizaci¨®n? Los partidos son instrumentos que s¨®lo deben tener continuidad si son ¨²tiles. No cabe ninguna duda de que el PCE fue muy ¨²til a la sociedad espa?ola en la Rep¨²blica, en la lucha contra la dictadura y en las primeras d¨¦cadas de la democracia. Pero ahora parece que su utilidad social es muy cuestionable. Se ha convertido en un club de opini¨®n de car¨¢cter nost¨¢lgico, a la b¨²squeda de un clavo donde agarrarse, sea la revoluci¨®n bolivariana, el castrismo, Evo Morales o cualquier proyecto que tenga alg¨²n atisbo de enfrentamiento con los EE UU. El declive de las organizaciones comunistas y afines no tiene nada que ver con la situaci¨®n pol¨ªtica espa?ola o la pol¨ªtica de IU, ni siquiera con lo que Llamazares llam¨® el tsunami bipartidista. Las anta?o potentes organizaciones comunistas europeas han desaparecido, se han transformado o se han convertido en residuales. El gran partido comunista occidental, el PCI, se ha transformado de una parte en un partido centrista, el Partido Dem¨®crata de Walter Veltroni, o se ha quedado fuera del parlamento en la versi¨®n fundamentalista de Fausto Bertinotti. En los dem¨¢s pa¨ªses est¨¢n en el 3% de los votos, como en Francia, Portugal, Grecia o Espa?a. En el norte de Europa hace tiempo que se transformaron en peque?os partidos de izquierda sin la denominaci¨®n ni el ideario comunista. En los pa¨ªses del este de Europa se han hecho socialdem¨®cratas, m¨¢s o menos radicales seg¨²n miremos Hungr¨ªa o Alemania, y en Serbia los herederos de Slodoban Milosevic han alcanzado un extraordinario 8%. Se puede afirmar que el comunismo en Europa ha desaparecido. Un reciente refr¨¢n comunista dice "fallamos en el siglo XX, lo volveremos a intentar en el siglo XXI". Puede ser, pero bajo otras formas y postulados. La estrepitosa ca¨ªda del bloque sovi¨¦tico ha supuesto una experiencia pol¨ªtica fallida. Sin su existencia no hubiera prosperado la socialdemocracia, no se habr¨ªa derrotado al fascismo y no se habr¨ªa creado el estado del bienestar aunque parece que ha llegado a su fin. Ahora los comunistas sevillanos, herederos de Pepe D¨ªaz, Manolo Delicado, Eduardo Saborido y Fernando P¨¦rez Royo, entre otros, van como Di¨®genes, salvo que en vez de buscar a un hombre justo buscan algo de dinero para vivir y una justificaci¨®n para su futuro. Como dijo Julio Sanguinetti "el futuro no es lo que era" y en contra de los pron¨®sticos no ha llegado la dictadura del proletariado camino de una sociedad sin clases. Las fuerzas de la izquierda se mueven hoy en el socialismo democr¨¢tico en su versi¨®n institucional y en movimientos sindicales, ecologistas, pacifistas o solidarios. No parece que la clase obrera andaluza ande pendiente de las cuitas de los comunistas sevillanos.
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