Fin de ciclo
El Sevilla maquilla la temporada con una goleada sobre el Athletic
Adi¨®s se dice con el coraz¨®n. Al menos, as¨ª se quiere suponer en la mayor¨ªa de las ocasiones. El de los sevillistas en concreto est¨¢ partido y bastante escocido. El equipo no es ni lo que promet¨ªa ni lo que dijo. Y las explicaciones han sido bastante menos extensas o frecuentes que cuando tocaba hablar de ¨¦xitos deportivos y de concepto. Ayer, se echaron en falta a los futbolistas campeones. Algunos estaban sobre el c¨¦sped, pero no ejecutaban como se les hab¨ªa visto muchas veces en el coliseo de Nervi¨®n. El Sevilla ganador de cinco copas, el Sevilla que se invent¨® un camino hacia el ¨¦xito y que presumi¨® de ¨¦l ya no existe. Jug¨® ayer su ¨²ltimo partido, un encuentro insulso y puede que hasta injusto.
SEVILLA 4 - ATHLETIC 1
Sevilla: De Sanctis; Crespo, Mosquera, David Prieto, Dragutinovic; Navas, Renato (Keita, m. 73), Poulsen (Maresca, m. 67), Adriano (Capel, m. 60); Kon¨¦ y Kanout¨¦. No utilizados: Palop; Boulahrouz y De Mul.
Athletic: Armando; Garmendia, Aitor Ocio, Amorebieta y Koikili (Ustaritz, m. 46); Arroyo (Iraola, m. 46), Gurpegui, Javi Mart¨ªnez, Gabilondo; Aduriz y Llorente (Etxeberria, m. 60). No utilizados: Murillo; Mu?oz y Aitor Ramos.
Goles: 0-1. M. 2. Aduriz, de penalti. 1-1. M. 41. Kanout¨¦. 2-1. M. 76. Keita. 3-1. M. 80. Kanout¨¦. 4-1. M. 83. Navas.
?rbitro: P¨¦rez Mu?oz. Amonest¨® a Mosquera, Koikili, Ustaritz y Aitor Ocio.
Unos 40.000 espectadores en el S¨¢nchez Pizju¨¢n.
El cuadro de Caparr¨®s se adelant¨® tras un penalti de Dragutinovic
El partido de ayer fue intrascendente. El Athletic se encontr¨® con la ventaja en un penalti temprano de Dragutinovic. El conjunto de Caparr¨®s sali¨® m¨¢s atento. El Athletic se desped¨ªa tambi¨¦n del curso. No era lo mismo porque el adi¨®s no significaba el final de grupo alguno y, sobre todo, de grupo campe¨®n alguno. El Athletic ha visto su ideal de equipo definido a la fuerza: la pelea continua para evitar que le trague el abismo y, con suerte y una generaci¨®n particularmente iluminada, intentar ara?ar un puesto para el segundo escalaf¨®n europeo. Y que Caparr¨®s est¨¦ al mando no es tampoco casualidad alguna. Ayer plante¨® el t¨ªpico partido zorreras. A sabiendas de que en el club de su alma se ha llegado a un punto en el que nunca est¨¢ todo el mundo satisfecho, decidi¨® hurgar en esa falta de paz. A los tres minutos, iba ganando de penalti y, a los seis, uno de sus jugadores estrell¨® un bal¨®n en el palo. Poco m¨¢s. El Athletic ya es de los que juega a la supervivencia. Conjuro, tiene, ganas tambi¨¦n...
El Sevilla y sus aficionados encajaron el gol con cierto desd¨¦n. Su bronca era otra. As¨ª, una parte de la grada, la de los aficionados radicales, la que siempre ense?a una pancarta para amedrentar los enemigos que le dictan algunos directivos. Ya sean los perseguidos periodistas, cadenas de televisi¨®n, jugadores o entrenadores. Ayer, los Biris decidieron celebrar a gritos la confirmaci¨®n de Manolo Jim¨¦nez como entrenador del equipo para el pr¨®ximo a?o, que es lo mismo que decir que capitanear el despu¨¦s de un equipo excelso y campe¨®n. Los Biris parecieron estar de acuerdo con las tesis presidenciales, mientras que otros miles de sevillistas les silbaban cuando intentaban jalear el coraje del que fuera m¨ªtico defensor del conjunto de Nervi¨®n. Aplaudieron unos y silbaron otros la continuidad del t¨¦cnico tanto cuando el equipo perd¨ªa como cuando goleaba. Los aficionados no semejaron llevar por el sentimiento puntual. Las dudas son profundas y razonadas.
Los sevillistas impusieron su calidad a los 20 minutos y en la segunda encarrilaron una goleada cimentada en el despliegue del ignorado Kon¨¦, la chispa de Navas y la honestidad de Kanout¨¦. Y adi¨®s para siempre a un trozo de historia irrepetible.
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