Hagan juego, se?or@s: este casino nunca cierra
Las apuestas 'online' crecen en Espa?a a pesar de que no est¨¢n reguladas - Mueven m¨¢s dinero que las quinielas y no pagan impuestos - Sus detractores dicen que fomentan la ludopat¨ªa
25 de mayo de 2005. Liverpool y Milan disputan la final de la Champions League. Al descanso, el equipo italiano gana por 3-0. Manu34 se levanta de su sof¨¢ irritado. Siempre ha detestado a los equipos italianos. Se sienta frente al ordenador, entra en la p¨¢gina de Betfair, y apuesta un euro a favor del Liverpool. Es un gesto irracional porque es casi imposible la remontada. Al reanudarse el partido, el equipo ingl¨¦s empata en cuatro minutos y, derrota a su rival en la tanda de penaltis. Manu34 celebra la victoria y los 500 euros que ha ganado.
Como Manu34, alrededor de 200.000 espa?oles realizan apuestas por Internet, un negocio que mueve ya 650 millones de euros al a?o -m¨¢s que las qui-nielas- sin pagar impuestos y sin estar sujeto a control, puesto que el juego online no est¨¢ regulado en Espa?a. Las empresas que lo gestionan, como Bwin, Betfair, 888, Miapuesta.com o Unibet, no son chiringuitos montados por cuatro bloggers, sino s¨®lidas multinacionales con sedes en Reino Unido, Malta o Gibraltar, que mueven miles de millones de euros y hasta cotizan en Bolsa. En medio de la crisis, su negocio crece al 100% anual. Se han vuelto uno de los principales patrocinadores deportivos. Las camisetas del Real Madrid o del Milan llevan el logo de Bwin, una firma austriaca.
Bwin o Betfair realizan m¨¢s transacciones que las Bolsas europeas
El 'ciberapostante' es hombre, entre 25 y 40 a?os, y le gusta la tecnolog¨ªa
El espa?ol prefiere gastar en vivo, mientras se disputa el partido
El anonimato y el horario sin l¨ªmite pueden fomentar la ludopat¨ªa
El negocio de las apuestas por Internet desata las cr¨ªticas de muchas asociaciones contra la ludopat¨ªa. El anonimato y el estar disponible las 24 horas al d¨ªa, dicen, desata la pasi¨®n enfermiza por el juego. "No tienes que desplazarte; no cierran como los bares donde est¨¢n las tragaperras o los casinos. Est¨¢s en tu casa en pijama, tranquilamente, sin que nadie te vea para jugar a tus anchas. Y, claro, para engancharte", se?ala Jos¨¦ Vicente Mar¨ªn, director terap¨¦utico de Azajer, un centro de tratamiento de la ludopat¨ªa.
Una acusaci¨®n que niegan las firmas. Casi todas tienen en su web una serie de compromisos sobre juego responsable. El m¨¢s efectivo es poner un l¨ªmite a las apuestas. Bwin lo fija en 5.000 euros al mes. Miapuesta.com, de la multinacional brit¨¢nica Sportingbet, s¨®lo permite premios por persona y d¨ªa de 100.000 libras (79.370 euros), seg¨²n su responsable, Jordi Muro. Adem¨¢s, cada usuario se puede autoimponer un l¨ªmite en todas las webs. Aunque basta una llamada para desactivarlo. Adem¨¢s, las firmas se reservan el derecho a cerrar la cuenta de los jugadores con maneras de lud¨®pata. "Las pautas de comportamiento son mucho m¨¢s f¨¢ciles de seguir por Internet. Enviamos avisos cuando observamos que un jugador pierde grandes cantidades en poco tiempo", se?ala Juan Barrachina, responsable de Unibet.
En estas webs se puede apostar por casi todo. En Espa?a, el deporte se lleva la palma. Pero hay casinos virtuales donde se juega al p¨®quer, al blackjack o a la ruleta. Se apost¨® por las posibilidades de que Zapatero ganase las elecciones de marzo y se hace por que Chikilikuatre triunfe en Eurovisi¨®n.
En Espa?a, el f¨²tbol es el rey. Se puja, por supuesto, por qu¨¦ equipo ganar¨¢ y el resultado. Pero tambi¨¦n por el n¨²mero de goles, quien meter¨¢ el primero o se llevar¨¢ una tarjeta amarilla. "Aqu¨ª le ganas dinero al hincha. Apuestan con el coraz¨®n. Aunque su equipo est¨¦ a punto de descender y se enfrente con el aspirante al campeonato apuesta por sus colores. Ganas peque?as cantidades, pero muchas veces. Y los partidos de Segunda Divisi¨®n son mucho m¨¢s rentables, porque la gente maneja a¨²n menos informaci¨®n. Si supiera jugar¨ªa a Bolsa, pero como de lo ¨²nico que s¨¦ es de f¨²tbol, prefiero poner mi dinero aqu¨ª. Puedo ganar hasta 3.000 euros al mes", dice Franco, el nick que utiliza para apostar un catal¨¢n de 34 a?os, jugador habitual desde hace dos.
Para que Franco pueda apostar, hace falta una impresionante plataforma tecnol¨®gica y humana. Y es que en las webs Bwin o Betfair se pueden cruzar al d¨ªa hasta seis millones de transacciones, 15 veces m¨¢s que en la Bolsa de Londres. Betfair, por ejemplo, mueve cada minuto 3.000 euros en apuestas.
Cientos de corredores de apuestas deciden en cada momento cu¨¢l es el premio por el resultado de un partido de f¨²tbol o por qui¨¦n ganar¨¢ el pr¨®ximo set de tenis. Se trata de un trabajo estresante, reconoce Santiago Foncillas, director de Bwin Espa?a. "En realidad, son gestores de riesgos, como corredores de seguros, y una parte importante de sus retribuciones proviene del beneficio que sean capaces de reportar a la firma ajustando las pujas", dice. En un fin de semana, el centro de apuestas de Gibraltar de Bwin llega a albergar a 300 corredores que gestionan hasta 80 deportes en m¨¢s de 20 idiomas diferentes. Durante el ¨²ltimo Mundial de F¨²tbol, Bwin cerr¨® alrededor de un mill¨®n de apuestas al d¨ªa.
El desembolso va desde un euro en Miapuesta.com hasta los siete de Bwin. El jugador tipo es un hombre de entre 25 a 40 a?os -hay poqu¨ªsimas mujeres- que le gusta el deporte, con un nivel econ¨®mico medio-alto, universitario y profesional, que maneja las nuevas tecnolog¨ªas, se?ala Michaud, de Betfair.
Todas las firmas coinciden en que la principal diferencia entre el jugador espa?ol y el del resto de Europa es su preferencia por el que se practica en vivo. "El nacional es m¨¢s pasional. Le gusta apostar mientras ve el encuentro. Por eso, cuando un partido es televisado, se multiplican las inversiones", dice Juan Barrachina, director de Unibet.
El panorama es muy distinto en Reino Unido, el pa¨ªs del juego por excelencia, en el que se encuentran radicadas casi la mitad de las grandes firmas, y el ¨²nico que cuenta con una regulaci¨®n precisa (Gambling Act ), una autoridad reguladora y hasta con un ¨®rgano de arbitraje. Cobran un 15% de impuestos por la ganancia
Gran Breta?a, Gibraltar y pa¨ªses como Austria o Malta son una excepci¨®n en su permisividad. Pese a la intenci¨®n de la Comisi¨®n Europea de respetar la libre prestaci¨®n de servicios, el juego online es mal visto por casi todos los Estados, temerosos de que reste ingresos a sus monopolios de juegos. En EE UU est¨¢ prohibido por la presi¨®n de los casinos.
Espa?a no cuenta con una legislaci¨®n, por lo que muchos discuten la legalidad de las apuestas. "Los que se ofrecen por Internet s¨®lo son legales si est¨¢n autorizados por el Estado o las autonom¨ªas. El resto es ilegal, y deber¨ªan estar sujetos a la ley org¨¢nica de contrabando de 1985. Adem¨¢s, suponen una competencia desleal porque no pagan impuestos", dice Juan Antonio Gallardo, director de coordinaci¨®n de la Loter¨ªas y Apuestas del Estado (LAE).
La situaci¨®n jur¨ªdica la resume Laura Guillot, portavoz de la Asociaci¨®n Espa?ola de Apostadores Deportivos por Internet (AEDAPI), y una de las mayores expertas en juego de Espa?a: "Es ilegal porque no est¨¢ regulado; es alegal porque existe un vac¨ªo legal, y puede considerarse legal porque son empresas con licencias en pa¨ªses de la UE como Reino Unido o Austria, y, por tanto, se les debe garantizar la libre circulaci¨®n de sus servicios".
El Parlamento, con la unanimidad de todos los grupos, aprob¨® en diciembre del a?o pasado, una disposici¨®n dentro de la Ley de Impulso a la Sociedad de la Informaci¨®n en la que se compromet¨ªa a sacar adelante una legislaci¨®n, aunque no fijaba plazos.
A r¨ªo revuelto, la Comunidad de Madrid ha sido la primera en dar el paso. Ha regulado al mismo tiempo las casas de apuestas f¨ªsicas y las online. Para conceder licencias a estas ¨²ltimas se les exige que tengan una unidad central en la regi¨®n y que homologuen sus sistemas inform¨¢ticos para permitir el control de las autoridades. Hasta el momento, s¨®lo Bwin ha solicitado la autorizaci¨®n.
El director de Gesti¨®n de Juego de Madrid, Edmundo Ahij¨®n, reconoce que "no se pueden poner puertas a Internet" pero reivindica el derecho a hacer valer las competencias sobre juego. Detr¨¢s de ese ¨¢nimo regulador tambi¨¦n late un af¨¢n recaudatorio, ya que la comunidad se llevar¨¢ el 10% de las ganancias. Y es que las casas online que operan en Espa?a, como Betfair, Unibet o Bwin, con ingresos por encima de los 200 millones de euros, no pagan impuestos aqu¨ª.
De ah¨ª la queja del resto del sector, empezando por LAE, que el a?o pasado report¨® al Estado 2.718 millones de euros. O de los empresarios de las tragaperras, que llegan a abonar al Fisco 3.000 euros anuales por cada aparato. "Como no pagan impuestos pueden devolver en premios el 90% de lo que ingresan, y eso les hace m¨¢s atractivos que los juegos legales", dicen en LAE. En efecto, las casas de apuestas online devuelven casi todo el dinero en premios. Se quedan con una comisi¨®n que oscila entre el 2% y el 5% de lo ganado por el jugador o de lo apostado.
Los premios son jugosos. El m¨¢s gordo dado hasta el momento se lo ha llevado Omar Basseo, un herrero suizo de 29 a?os que en mayo del a?o pasado, consigui¨® un premio de 8 millones de d¨®lares (m¨¢s de cinco millones de euros) en un casino online.
Pero no todos ganan. Un joven aragon¨¦s que se rehabilit¨® de su ludopat¨ªa en la asociaci¨®n Azajer perdi¨® 96.000 euros en tres a?os, "y a¨²n as¨ª le segu¨ªan ofreciendo tarjetas de cr¨¦dito para pudiera jugar", se?ala Mar¨ªn. El director terap¨¦utico de Azajer destaca que el online tiene un especial peligro: "Te incitan a jugar regal¨¢ndote las primeras apuestas. Una vez que est¨¢s dentro tienes a tu disposici¨®n el casino durante 24 horas, sin ning¨²n control".
Una de las pr¨¢cticas que m¨¢s se est¨¢ extendiendo es el p¨®quer online. El jugador se sienta en una mesa virtual y puede echar una partida con otro de Singapur, Kansas o Luxemburgo. Siempre hay disponibles 25.000 jugadores. "Las partidas suelen durar unas cuatro horas. Te puedes apuntar a una, con apuestas m¨ªnimas de 5 c¨¦ntimos y m¨¢ximas de hasta 100 euros, o a un torneo, en el que derecho a silla puede valer 1.000 d¨®lares (640 euros) o m¨¢s. Hay jugadores que est¨¢n en 10 mesas a la vez", dice Vicente, un aficionado a las cartas.
Vicente admira a Annete Obrestad, una noruega de 18 a?os que se breg¨® en los torneos de Internet, hasta conseguir ganar el a?o pasado las prestigiosas World Series of Poker (Series Mundiales de P¨®quer), con 54.000 jugadores. Se llev¨® 1,5 millones de euros. Hagan juego. Este casino nunca cierra.
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