Xenofobia en Sur¨¢frica
La brutal violencia delata muy graves carencias en la pol¨ªtica del presidente Thabo Mbeki
La violencia xen¨®foba se extiende por los alrededores de Johanesburgo, la mayor ciudad de Sur¨¢frica, despu¨¦s de haberse cobrado decenas de vidas en los ¨²ltimos d¨ªas y dar lugar a escenas de crueldad horripilante no vistas desde los ¨²ltimos tiempos del apartheid. Si los ataques contra extranjeros no son novedad en un pa¨ªs que ha recibido un aluvi¨®n incontrolado de africanos huyendo del rosario de conflictos continentales, la escala y naturaleza de lo que ahora ocurre, ilustrado en los millares de inmigrantes que intentan refugiarse de la vesania en iglesias y comisar¨ªas, representa un aviso muy serio de hasta qu¨¦ punto se le est¨¢n yendo las cosas de las manos al presidente Thabo Mbeki, reelegido en 2004 y que no ha tenido nunca entre sus prioridades aliviar la insoportable situaci¨®n de los millones de personas que habitan los guetos de las grandes ciudades.
Las relaciones raciales han mejorado en Sur¨¢frica 14 a?os despu¨¦s del final del dominio blanco. Pero las desigualdades, pese a la emergencia de una clase media negra, contin¨²an siendo astron¨®micas y la existencia de muchos es parecidamente miserable a cuando la vida de un negro no val¨ªa nada. A esta situaci¨®n, aderezada con un paro que ronda el 40%, se ha unido en los ¨²ltimos a?os una fort¨ªsima inmigraci¨®n ilegal -hasta cinco millones, seg¨²n estimaciones conservadoras, especialmente zimbabuenses- y recientemente la subida disparada de los precios de los alimentos. Los habitantes surafricanos de estos l¨²mpenes urbanos acusan a los reci¨¦n llegados, frecuentemente mucho mejor preparados y menos exigentes, de quedarse con viviendas y empleos.
La actual oleada de cr¨ªmenes xen¨®fobos est¨¢ dirigida en buena medida contra zimbabuenses, entre uno y tres millones en Sur¨¢frica, nadie lo sabe. Una de las m¨¢s inadmisibles actitudes del presidente Mbeki, a la postre l¨ªder de una potencia regional, es precisamente su complacencia hacia el r¨¦gimen del vecino tirano Robert Mugabe en Zimbabue. El Gobierno surafricano del ANC -otrora movimiento de liberaci¨®n- no s¨®lo ejerce de paraguas pol¨ªtico y protector de una dictadura repugnante. Su desd¨¦n por el sufrimiento al norte de su frontera, detonante de una huida masiva, es ingrediente b¨¢sico de los tr¨¢gicos acontecimientos de estos d¨ªas. Unos acontecimientos que comprometen gravemente la reputaci¨®n de tolerancia que Sur¨¢frica pretende construir.
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