Pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica de Estado

Escribo para elogiar el excelente art¨ªculo de Albert Branchadell, Una pol¨ªtica ling¨¹¨ªstica de Estado, publicado en EL PA?S el pasado d¨ªa 16, donde este profesor de traducci¨®n demuestra un profundo conocimiento de las aportaciones y los problemas que plantea la pluralidad ling¨¹¨ªstica espa?ola. Ojal¨¢ los pol¨ªticos pudieran hablar as¨ª de claro acerca de esta cuesti¨®n, sin llamar tanto al populismo.

No obstante, quer¨ªa mostrar mis dudas acerca de un posible uso de otros idiomas como el catal¨¢n o el euskera en el Parlamento, lo cual requerir¨ªa gran despliegue de servicios de traducci¨®n. Tendr¨ªa su lado bueno, ya que el fuerte valor simb¨®lico del uso de tales lenguas en este contexto confirmar¨ªa su estatus como dignas de respeto y aprecio.

Sin embargo, el valor comunicativo de su uso est¨¢ menos claro. Como declara Umberto Eco en el t¨ªtulo de su ¨²ltimo libro, traducir no es decir lo mismo, sino casi lo mismo. La comunicaci¨®n y la comprensi¨®n deben prevalecer por encima de otras consideraciones y ya hay mucha incomprensi¨®n entre los pol¨ªticos de distintos partidos. ?Para qu¨¦ poner otra traba?

Un c¨ªnico dir¨ªa que promover el uso de otras lenguas en el Parlamento es un intento de fomentar el trabajo del profesor.