Verdades y mentiras de la reforma
En los ¨²ltimos a?os se viene poniendo en marcha una reforma en la educaci¨®n superior europea, denominada "proceso de Bolonia", por ser ¨¦sta una de las ciudades en las que se lanz¨® el proyecto de adecuar las carreras universitarias a los tiempos que vivimos.
Para nadie es un secreto que las actuales titulaciones universitarias est¨¢n desfasadas, con mucho contenido te¨®rico que posteriormente no se utiliza y en franca retirada a la hora de conseguir un empleo frente a la formaci¨®n m¨¢s especializada, como los ciclos formativos. No es extra?o ver licenciados y diplomados en las cajas de los grandes centros comerciales, que si bien no es ning¨²n desdoro, es cierto que no hac¨ªa falta pasar tres, cinco o m¨¢s a?os de tu vida estudiando una carrera para desempe?ar esta tarea.
Hac¨ªa falta, por tanto, un nuevo enfoque que adaptara los t¨ªtulos a las necesidades actuales del mercado laboral y que permitiera acercar lo que ofrece la universidad a lo que demanda la sociedad. Ese fue el punto de arranque all¨¢ por los noventa. ?Qu¨¦ ha pasado desde entonces?
Se han ido poniendo de acuerdo todas las instituciones y los protagonistas del cambio a la hora de dise?ar los nuevos t¨ªtulos universitarios y se ha ido realizando cientos de reuniones con vistas a un objetivo: que en el 2010 todas las carreras est¨¢n adaptadas a lo que se ha dado en llamar Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior, un sistema universitario que sea compatible y comparable en todos los pa¨ªses de Europa (con la ¨²nica excepci¨®n de Ucrania) y que permita a los estudiantes universitarios una mejora en el aprendizaje de idiomas y en la movilidad (es frecuente observar c¨®mo en varios pa¨ªses de la UE solicitan a los licenciados espa?oles una habilitaci¨®n para trabajar, ya que se opina que nuestra formaci¨®n no es suficiente) As¨ª, un arquitecto espa?ol podr¨¢ trabajar en Alemania o el Reino Unido sin mayores dificultades, ya que los contenidos de su titulaci¨®n ser¨¢n equiparables en todos los pa¨ªses de la UE.
Pese a que los trabajos se comenzaron con mucha antelaci¨®n (puede dar cuenta de ello el profesor Guillermo Bernab¨¦u, antiguo vicerrector universitario y uno de los mayores conocedores del tema) vemos que ya estamos en una carrera contrarreloj para adaptar los t¨ªtulos que ofrece la Universidad de Alicante a los nuevos est¨¢ndares europeos. As¨ª, hay algunas carreras que ya se han adaptado con desigual fortuna y otras est¨¢n a punto de hacerlo. Los problemas principales que surgen son la falta de financiaci¨®n para los cambios que se deben producir (m¨¢s clases tutorizadas, mayor uso de las nuevas tecnolog¨ªas, becas de estudio en pa¨ªses extranjeros...) y la resistencia de algunos profesores, que ven en el cambio una amenaza a su actual estatus, ya que deber¨¢n formarse mejor, ofrecer una atenci¨®n personalizada al alumno (adi¨®s a las horas de tutor¨ªas en las que el profesor no est¨¢ en su despacho, ahora se dar¨¢n en una clase) o tendr¨¢n que renunciar a dar parte de su temario que se ha quedado obsoleto...
?Qu¨¦ podemos hacer los alumnos frente a esto? El Consejo de Alumnos, a trav¨¦s de la Coordinadora de Representantes de las Universidades P¨²blicas, lleva dos a?os formando a los delegados para que participen en las distintas comisiones que han creado en cada escuela o facultad para adaptar sus titulaciones al nuevo sistema. Han surgido resistencias por parte del profesorado que se resiste a abandonar sus viejos h¨¢bitos de docencia, pero se est¨¢ llegando a acuerdos en todos los centros, que cristalizar¨¢n en su mayor¨ªa dentro de dos a?os.
Tambi¨¦n hay peque?os grupos antisistema que pretenden mostrar de una forma mentirosa el cambio como una marcha atr¨¢s en la educaci¨®n, cuando es realmente lo contrario. Y como muestra de ello, valgan tres simples ejemplos:
1) Se acabaron las diplomaturas o las licenciaturas. Ahora solo habr¨¢ un t¨ªtulo denominado "grado" que dar¨¢ acceso directamente al mercado laboral. Con ello se simplificar¨¢n los problemas de atribuciones laborales que existen ahora.
2) Se primar¨¢ el saber c¨®mo frente al saber de carrerilla. Ya no ser¨¢ necesario memorizar textos interminables que luego olvidamos nada m¨¢s terminar el examen. Ahora primar¨¢n las t¨¦cnicas de b¨²squeda de la informaci¨®n que es necesaria, frente a "empollar" una asignatura.
3) Habr¨¢ muchas m¨¢s clases pr¨¢cticas y menos te¨®ricas, pero ¨¦stas ser¨¢n obligatorias. Esto exigir¨¢ mayor esfuerzo del alumno a lo largo del curso, pero el fracaso escolar se ver¨¢ reducido a m¨¢s de la mitad (como demuestran las carreras en las que se est¨¢ aplicando el nuevo sistema).
Claro que hay peligros que acechan, como la falta de fondos p¨²blicos para sufragar las universidades valencianas o las luchas subterr¨¢neas en los departamentos para mantener plazas de profesor que deber¨ªan haber sido amortizadas hace muchos a?os. Pero ah¨ª es donde los estudiantes debemos alzar nuestra voz. Al fin y al cabo, los principales beneficiarios o damnificados del cambio seremos nosotros y el Consejo de Alumnos va a ser una referencia a la hora de tomar decisiones en un sentido u otro. Por eso, animo a todos a unirse a nosotros en la reivindicaci¨®n de nuestros derechos. El cambio est¨¢ llegando, y lo debemos liderar los alumnos.
Cristian Sirvent es presidente del Consejo de Alumnos de la Universidad de Alicante.
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