El error fatal del 'lehendakari'

En pol¨ªtica lo que convierte el error en fatalidad es persistir en ¨¦l. El papel que public¨® el lehendakari Ibarretxe como propuesta-temario de su visita al presidente del Gobierno es la versi¨®n actualizada de su viejo plan, ya rechazado por el Congreso de los Diputados y relativamente derrotado en las elecciones vascas de 2005. En aqu¨¦l, bajo la apariencia de una reforma estatutaria, se propon¨ªa un modelo de asociaci¨®n voluntaria de Euskadi a Espa?a, que, desde la soberan¨ªa originaria vasca, propon¨ªa una especie de Estado Libre Asociado (modelo Puerto Rico, se dec¨ªa). En ¨¦ste, la clave es que se reconozca el derecho del pueblo vasco a decidir (eufemismo que esconde el derecho de autodeterminaci¨®n de Euskadi) y que se incorpore despu¨¦s al ordenamiento jur¨ªdico constitucional y auton¨®mico. En ambos casos, el objetivo es el mismo: dar un salto desde el autonomismo constitucional a un soberanismo de corte confederal, para avanzar hacia la creaci¨®n de un Estado independiente cuando haya una mayor¨ªa social que as¨ª lo avale.

Sin pretenderlo, la estrategia de Ibarretxe suministra munici¨®n ideol¨®gica a ETA

?Por qu¨¦ es un error? No s¨®lo porque no cabe en nuestra Constituci¨®n. Con ser un argumento concluyente, siempre me ha parecido insuficiente. Caber, podr¨ªa caber en su reforma, pero deber¨ªa ser asumido y aprobado por todos los espa?oles porque tambi¨¦n a ellos les compete y les afecta. Sobre todo, es un error porque tal proyecto puede quiz¨¢s corresponder a una tercera parte de la poblaci¨®n vasca, pero violenta las leg¨ªtimas opciones identitarias autonomistas y no nacionalistas del resto del pa¨ªs. Bien puede decirse que la propuesta Ibarretxe II es la enso?aci¨®n nacionalista de la m¨ªtica Euskal Herria que, leg¨ªtimamente, defienden algunos, pero en absoluto representa el consenso en el variado abanico identitario de los vascos. Es m¨¢s, entre los muchos fracasos que la historia atribuir¨¢ a este PNV que dirige el lehendakari Ibarretxe, no es el menor su falta de respeto a la pluralidad pol¨ªtica de los vascos y su notable incapacidad para vertebrarla. Para, en terminolog¨ªa nacionalista, hacer pa¨ªs y avanzar en la construcci¨®n nacional de una comunidad. Hoy hay dos, y si me apuran hasta tres, seg¨²n como las miremos.

Tras casi 30 a?os de autogobierno, las fracturas ling¨¹¨ªsticas, territoriales, partidistas y sociopol¨ªticas del Pa¨ªs Vasco est¨¢n descosiendo las costuras de un traje ilusionadamente tejido y en el que cre¨ªamos caber todos.

?Y por qu¨¦ es una fatalidad? Porque, aun sin pretenderlo ¨¦l, esa estrategia del lehendakari es utilizada por los terroristas para dar la cobertura ideol¨®gica y argumental a su violencia. El lehendakari quiere y busca la paz, por supuesto. Es m¨¢s, estar¨¢ convencido de que su f¨®rmula deja a la violencia sin argumentos y sin reivindicaciones, adem¨¢s de resolver el eterno y et¨¦reo conflicto vasco. Pero es necesario que reflexione sobre los perniciosos efectos que produce generando esta dial¨¦ctica extremista con el Gobierno de Espa?a, al que coloca, cuando niega sus pretensiones, en el lugar ideal que quieren los terroristas, es decir, en su argot, "aplastando las ansias de libertad del pueblo vasco".

No estoy especulando. La semana pasada, el m¨¢ximo dirigente de Batasuna en Francia compareci¨® como testigo en el juicio que se sigue en Par¨ªs contra el que fue m¨¢ximo dirigente de ETA, Fern¨¢ndez Iradi, Susper. Dicen las cr¨®nicas que, preguntado por el presidente del tribunal si el combate de ETA era compartido por la poblaci¨®n vasca, Xabi Larralde, que as¨ª se llama el dirigente, trajo a colaci¨®n el plan Ibarretxe y, tras recordar que la iniciativa recibi¨® a finales del 2004 un "no categ¨®rico" en Madrid pese a ir refrendada por el Parlamento de Vitoria, se?al¨® que Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero acaba de reiterar que "la consulta es ilegal al no estar contemplada por la Constituci¨®n espa?ola".

Los nacionalistas suelen decir, ofendidos, que la violencia no puede limitar sus leg¨ªtimas reivindicaciones. Yo creo que por lo menos debe condicionarlas a un tiempo de paz, porque no pueden ser ajenos al hecho de que nos matan a los dem¨¢s precisamente por ellas. ?Es ¨¦sa la misi¨®n del PNV en estos momentos? Imaz, en un reciente art¨ªculo, reclamaba para su partido una misi¨®n principal: deslegitimar la violencia. Azkuna, alcalde de Bilbao, tambi¨¦n lo dec¨ªa el pasado s¨¢bado: "Lo prioritario en este pa¨ªs es acabar con ETA".

Despu¨¦s de la ruptura de la ¨²ltima tregua, conocidas las intransigencias de los terroristas, acreditada su mafiosa costumbre de negociar su final con la presi¨®n de las armas... ?tiene alg¨²n sentido mandar un papel al presidente del Gobierno de Espa?a con un primer punto que reivindica el di¨¢logo con ETA? ?Favorece el final del terrorismo escenificar, con buscado victimismo electoralista, un portazo de Madrid a un plan como m¨ªnimo discutible? No nos merecemos esto.

Ram¨®n J¨¢uregui Atondo es secretario general del Grupo Parlamentario Socialista.