Bu?uel vestido de harapos
Ayer se estren¨® en M¨¦xico la pel¨ªcula Los olvidados. Ya se consum¨® la ignominia. Bu?uel [sic] se sali¨® con la suya, con su injusta actitud para con M¨¦xico, para con el cine mexicano, para con la sociedad y para con los pobres olvidados". As¨ª arrancaba en Ovaciones una cr¨ªtica titulada Sadismo cinematogr¨¢fico. No fue la ¨²nica. Un art¨ªculo en el diario Novedades: "El argumentista trabaja con el dinero del p¨²blico que ha de ir a ver lo que ¨¦l escribi¨®. El pintor puede echar a perder una tela o su propio prestigio sin gastar un centavo de nadie. Toda la gente del cine trabaja con el precio de la entrada de miles de personas que ir¨¢n ma?ana seguro a ver la obra. Por eso los experimentos en el cine son criminales". En noviembre de 1950 el estreno de Los olvidados, la primera pel¨ªcula propia de la etapa mexicana de Luis Bu?uel, tras dos encargos alimenticios y taquilleros, Gran casino y El gran calavera, no sent¨® nada bien en la prensa oficial e incluso a las autoridades. El tiempo, sin embargo, puso a cada uno en su sitio. En el siguiente Festival de Cannes, Los olvidados obtuvo la Palma al mejor director y el Premio de la Cr¨ªtica Internacional. Se llev¨® 11 arieles -los goyas charros- de 18 posibles. Medio siglo m¨¢s tarde, en 2002, la Unesco incluy¨® el negativo original del filme en su Programa Internacional Memoria del Mundo. Y hoy Los olvidados, con su desgarradora visi¨®n de los problemas de la infancia, del hacinamiento de los campesinos en los suburbios m¨¢s pobres de las grandes metr¨®polis, barrios denominados en los tiempos de Bu?uel ciudades perdidas, con su huida de un tipo de melodrama que s¨ª marc¨® el neorrealismo italiano, se ha reivindicado como uno de los t¨ªtulos m¨¢s incisivos, acertados y, al mismo tiempo, art¨ªsticos del cineasta.
El productor, ?scar Dancigers, le pidi¨® a Bu?uel rodar un final alternativo, optimista. "Y lo hizo. Sin quejas"
Y por estas razones y otras m¨¢s apasionadas cinematogr¨¢ficamente, Carmen Pe?a Ardid, profesora de la Universidad de Zaragoza, y el dise?ador gr¨¢fico V¨ªctor M. Lahuerta Guill¨¦n estuvieron dos a?os investigando y preparando el libro Los olvidados, editado por el Instituto de Estudios Turolenses. Un volumen que rezuma datos, fotograf¨ªas y amor f¨ªlmico. M¨¢s de setecientas p¨¢ginas que re¨²nen el gui¨®n original de Bu?uel, editado ahora en facs¨ªmil para poder ver sus anotaciones, la foto fija, y diversos estudios que sirven para que el lector se sumerja en la ¨¦poca y el lugar del estreno, y para recorrer la vida de la pel¨ªcula: tras su ¨¦xito en Cannes y su proyecci¨®n por Europa, Los olvidados no se vio en Espa?a hasta 1964 (y no lleg¨® a Madrid ?hasta 1967!). "No quer¨ªamos hacer un libro bonito", asegura Carmen Pe?a Ardid, "ni caer, por su tem¨¢tica, en lo meramente est¨¦tico". Sin embargo, el libro deslumbra: por su profusi¨®n gr¨¢fica, por su cuidado dise?o, porque en 700 p¨¢ginas la historia de Los olvidados deviene en ejemplo de una ¨¦poca y, por qu¨¦ no, de thriller.
"Hemos dedicado, obviamente, much¨ªsimo tiempo a la b¨²squeda, a la dataci¨®n de los art¨ªculos period¨ªsticos que aparecen. En el ¨¦xito de este volumen tiene mucho que ver el Archivo Bu?uel, actualmente depositado en la Filmoteca Nacional". Pe?a desgrana sus fuentes en esta investigaci¨®n policial: la misma familia Bu?uel, archivos desperdigados por todo el mundo... "Nos sorprendi¨®, como investigadores, el cuidado con que Bu?uel recopilaba las rese?as referidas a su trabajo. Conservaba cr¨ªticas de distintos lugares del planeta, su correspondencia [muy ¨²til para comprobar, por ejemplo, el apoyo que recibi¨® en Cannes de un miembro del jurado, y rendido admirador suyo, el escritor Octavio Paz], incluso fotos". En el volumen, incluso, aparece la transcripci¨®n de una entrevista radiof¨®nica que dio a Cadena de Radio del Aire. "?Y la hab¨ªa guardado ¨¦l! Otro de nuestros descubrimientos -que nos oblig¨® a que el libro creciera seg¨²n avanz¨¢bamos en la investigaci¨®n- fue la trascendencia de este filme en la pol¨ªtica y la sociedad de los a?os cincuenta".
M¨¢s documentos. Luis Bu?uel, durante seis meses y hasta d¨ªas antes del inicio del rodaje el 6 de febrero de 1950, visit¨® disfrazado con harapos los arrabales de Ciudad de M¨¦xico: rumbo de Nonoalco, Tlalpan, Tacubaya, plaza de Romita, la calle de Atrampa..., y fotografi¨® mercados, avenidas y gente que le sirvieran a ¨¦l y al coguionista Luis Alcoriza como inspiraci¨®n. El libro compara esas tomas con fotogramas del filme para revelarnos que el cineasta rod¨® en muchos escenarios naturales. "El cap¨ªtulo dedicado a la foto fija tambi¨¦n sirve para vindicar la labor profesional de Luis M¨¢rquez, un retratista excepcional al que no dejaron prosperar en su carrera".
La trama de Los olvidados, como producto, arranca quejumbrosa. Tras un estreno timorato en M¨¦xico, s¨®lo el ¨¦xito de Cannes obliga al grueso de los intelectuales mexicanos y al p¨²blico de aquel pa¨ªs a replantearse el filme. Su reestreno, apoyado por amigos y creadores de todo el mundo, se convierte en lo que ahora se denomina taquillazo. "Nos tomamos como un reto apasionado todo el trabajo. Y nos crecimos en los momentos m¨¢s dif¨ªciles". Como, por ejemplo, encontrar el comentario del cineasta Vsevolod Pudovkin, que saludaba con alborozo "el reflejo sincero de la vida de los pueblos". Pe?a Ardid comenta: "Nos dijeron que hab¨ªa salido en Pravda, y result¨® que en realidad se public¨® en Gaceta Literaria". Al final, la cr¨ªtica se pudo reproducir con su respectiva traducci¨®n. Como tambi¨¦n el de Andr¨¦ Bazin, una carta de Julio Cort¨¢zar... Incluso, el art¨ªculo de ?nsula que sirvi¨® para apoyar en Espa?a a Bu?uel. "V¨ªctor y yo pensamos: ?qu¨¦ pasar¨ªa si sacamos en el libro todo el desarrollo de la recepci¨®n del filme?", dice Carmen Pe?a. De ah¨ª la exhaustividad de documentos del despu¨¦s, muy poco habitual en este tipo de libros.
Como remate a esta labor, la profesora se?ala dos hechos que le han confirmado su pasi¨®n por Bu?uel: "A pesar de su estatura moral y art¨ªstica, era un antidivo". El productor de Los olvidados, ?scar Dancigers, le pidi¨® rodar un final alternativo, optimista, completamente opuesto a la filosof¨ªa del filme. "Y Bu?uel lo hizo. Sin quejas. Pero nunca se supo m¨¢s de ¨¦l hasta que en 1996 ese metraje apareci¨® en la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico. Hemos sido incapaces de responder a una cuesti¨®n: ?cu¨¢ndo descartaron esa conclusi¨®n y Dancigers decidi¨® estrenar el final original?". El segundo hecho: la confirmaci¨®n que detr¨¢s de Los olvidados, en el equipo t¨¦cnico, estaban bastantes exiliados republicanos. Escondido en una obra eminentemente mexicana, resid¨ªa el talento humanista de los expulsados por Franco. Y, por suerte, detr¨¢s de esos cr¨ªos sedientos de amor materno, de esos delincuentes adolescentes devenidos en hermosas figuras del mal, hay un libro a la altura, que ha recibido el Premio Mu?oz Suay de la Academia del Cine por su calidad. -
Los olvidados. Gui¨®n y documentos. Carmen Pe?a Ardid y V¨ªctor M. Lahuerta Guill¨¦n. Instituto de Estudios Turolenses. 720 p¨¢ginas. 25 euros
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.