"S¨®lo me salv¨® pensar en mi mujer y mi hija"

Cuando el terremoto sacudi¨® Heishui y las carreteras quedaron cortadas, Yang Jian decidi¨® huir de este pueblo cercano al epicentro, en el que trabajaba en la construcci¨®n, y emprender una larga marcha a pie para ir a buscar a su esposa y a su hija a Shifang, a decenas de kil¨®metros. "Sal¨ª con dos amigos, pero nos despistamos y nos separamos", cuenta. De repente, se encontr¨® perdido en medio de la monta?a. "Hab¨ªa grandes rocas, y cad¨¢veres aplastados debajo. Cuando vi aquello, s¨®lo quise morir. Pero pens¨¦ en mi mujer y en mi hija".

Durante cuatro d¨ªas, Yang camin¨® como un aut¨®mata. "Dorm¨ªa en cuevas y beb¨ªa el agua de los arroyos. S¨®lo en dos ocasiones com¨ª un poco de arroz que me dio gente que encontr¨¦ por el camino". Hasta que un coche le recogi¨® en la pista que va de Yingxiu a Dujiangyan.

Yang no es capaz de comer nada s¨®lido, ni siquiera fruta. Consigue hablar por tel¨¦fono sat¨¦lite con su esposa, y ambos rompen a llorar. "Pens¨¦ que hab¨ªas muerto. Tus dos amigos llegaron ayer a Shifang", le dice ella. Horas m¨¢s tarde, Yang se reun¨ªa con su familia.