'Fondue' con araucarias

La sierra Gaucha, con sus pueblitos de aires europeos, se encuentra al sur de Brasil, al norte de Porto Alegre, desde donde se llega en unas dos horas, ya que el lugar dista s¨®lo unos ciento y pocos kil¨®metros. Una vez all¨ª, todo est¨¢ cerca. La carretera va subiendo y subiendo por la llamada Ruta Rom¨¢ntica. Seg¨²n vas ascendiendo, la carretera se estrecha y se llena de curvas por las que se asoman valles y montes repletos de araucarias, el ¨¢rbol emblema de la zona. De vez en cuando, una cascada y riachuelos dan frescor a una regi¨®n llena de flores que perfuman y colorean el ambiente.

La temperatura es variable seg¨²n la estaci¨®n; en invierno -es decir, julio, agosto y septiembre-, puede llegar a bajo cero y caer incluso alguna nevada; en verano -de octubre a marzo-, la temperatura media es de 15 a 25 grados. A partir de noviembre, las hortensias cubren los arcenes de las carreteras, los claros en los bosques y los maceteros en las calles. Son un s¨ªmbolo de la ciudad de Gramado, que llenan de colores la sierra siempre verde. En los d¨ªas de cerra??o, las nubes lo cubren todo y hace fr¨ªo; de repente, el sol calienta y va levantando la espesa niebla, dejando poco a poco al descubierto el paisaje. Dan ganas de aplaudir con el espect¨¢culo. En los d¨ªas calurosos hay que llevar ba?ador para poder disfrutar del agua fr¨ªa y aprovechar un masaje natural en las cascadas.

En torno a Gramado y Canela sorprenden riachuelos, cascadas de hasta 500 metros de ca¨ªda, y en noviembre, el colorido de las hortensias. Sesi¨®n continua en el teatro de la naturaleza.

Los primeros pobladores de los que se tiene noticia fueron los ind¨ªgenas tup¨ª-guaran¨ª y los macro-j¨º. En el siglo XVI, llegaron los espa?oles y los portugueses a repartirse sus tierras. Los jesuitas fundaron misiones con los ind¨ªgenas hasta que los religiosos fueron expulsados, en 1768. Durante los siguientes 200 a?os, la regi¨®n sufri¨® una guerra de fronteras, y quienes atravesaban incansables la sierra eran los tropeiros, al mando de comitivas de burros cargados con la carga de Minas Gerais. En las paradas de descanso se fueron organizando pueblos. Se dice que en esa ¨¦poca naci¨® el gaucho, hombre errante y libre, machista, mezcla de todas las razas, especializado en vivir a caballo en las inmensas planicies de las zonas bajas. Son inconfundibles con su sombrero, botas altas, bombachas, faja con el fac¨®n (cuchillo) y pa?uelo al cuello. Al gaucho brasile?o se le distingue del argentino y del uruguayo porque bebe el mate en una calabaza m¨¢s grande que se llama cimarr?o. En septiembre conmemoran durante una semana la revoluci¨®n Farroupilha. Se instalan en el parque Maur¨ªcio Sirotsky Sobrinho a la manera tradicional gaucha para compartir alegr¨ªas y tristezas acompa?ados de m¨²sica, fogones, comercio, churrascos y caballos.

Vides italianas

A principios del siglo XX llegaron a la zona norte de la sierra colonos italianos que plantaron vides y construyeron sus viviendas con piedra y madera. Hoy, Bento Gon?alves es la zona vin¨ªcola de mayor ¨¦xito del pa¨ªs. En el sur se instalaron los alemanes, que reprodujeron sus casas de tejados puntiagudos y vigas vistas, con ventanitas de contraventanas con corazones y macetas con flores. En los a?os cincuenta comenz¨® el turismo y se reglament¨® que las nuevas construcciones respetaran el estilo alpino.

El pueblo que con orgullo se manifiesta m¨¢s alem¨¢n es Nueva Petr¨®polis. El parque de la Aldea del Inmigrante mantiene las viviendas, los graneros, los aperos de labranza, los espacios para lavar en el r¨ªo y la sala de baile igual que hace un siglo. En el centro del pueblo hay un Laberinto Verde para jugar a perderse.

Es muy famoso el Festival de Cine de Gramado, que se celebra desde 1973 a mediados de agosto. Como ha dado mucha notoriedad a la ciudad, hay calles con nombres de directores emblem¨¢ticos, un bulevar de la Fama, el Palacio del Festival (que se utiliza el resto del a?o para otros eventos), tiendas especializadas en cine, muchos restaurantes con nombres de pel¨ªculas y, los d¨ªas del festival de cine, llenazo total.

M¨¢s de cien hoteles y posadas proporcionan alojamiento (fuera de agosto, mucho m¨¢s barato), y unos 200 restaurantes de todo tipo dan de comer y beber e invitan a bailar, ?que estamos en Brasil! Las comidas t¨ªpicas var¨ªan tanto como sus or¨ªgenes: de influencia alemana y suiza, las fondues, que pueden ser de queso, carne, langostinos y de chocolate, para el postre. Tambi¨¦n se pueden probar todas en un rodizzio de fondues. De los italianos, el galetto (pollitos enanos, de raci¨®n), la polenta y el vino, y de los gauchos, el churrasco en vara (carne insertada en una vara o espada y asada al fuego muy despacio) y el charque (carne en tiras salada y secada).

El museo del Vapor (Mundo a Vapor), entre Gramado y Canela, tiene una fachada espectacular en la que se reproduce un accidente ferroviario en una estaci¨®n de Par¨ªs. La locomotora del tren se sale del edificio rompiendo una baranda y cae en picado a la acera. Dentro, en una nave amplia, hay diferentes maquetas de m¨¢quinas en funcionamiento y un amable personal que va explicando el aprovechamiento del vapor: una central hidroel¨¦ctrica, la fabricaci¨®n de papel, una f¨¢brica de ladrillos, un tractor agr¨ªcola, un reloj...

Metro y medio

Otro sitio para los ni?os de todas las edades es el Mini Mundo, un parque que reproduce a escala y con una altura m¨¢xima de metro y medio diferentes castillos, iglesias, alcald¨ªas alemanas, estaciones con trenes que recorren el complejo, el puerto de Porto Alegre, el aeropuerto argentino de Bariloche con su cordillera de los Andes, barrios urbanos del siglo pasado, playas...

En Gramado, a mediados de noviembre, empieza la Fiesta Natal Luz y, hasta el fin de las navidades, la ciudad rinde homenaje a Pap¨¢ Noel. Montan un parque tem¨¢tico exclusivamente dedicado a su figura, y miles de luces adornan los ¨¢rboles y las casas. Por las calles desfilan carrozas al estilo Disney. Tambi¨¦n existe la casita de Mam¨¢ Noel, abierta todo el a?o.

A medio camino de Gramado y Canela se encuentra el parque do Caracol, con un telesilla que te sube y baja frente a una cascada de 130 metros. Tambi¨¦n se puede hacer a pie si se recorren, de bajada y subida, los m¨¢s de 900 escalones. En otro lugar del parque, un ascensor te lleva a un observatorio ecol¨®gico con una visi¨®n de 360 grados. Prestan binoculares para mirar p¨¢jaros y apreciar los detalles de la vegetaci¨®n. Tambi¨¦n se encuentra a tres minutos de la carretera el Pinheiro Grosso, una araucaria de unos 700 a?os, 42 metros de alto y casi tres de di¨¢metro.

Ca?ones y parapente

A 186 kil¨®metros de Porto Alegre y a 40 de Cambar¨¢ do Sul se localiza el parque nacional dos Aparados da Serra, con espectaculares ca?ones y cascadas; unos senderos bien se?alizados y c¨®modos para caminar te conducen al teatro de la naturaleza. Como protagonistas estelares, el ca?¨®n Itaimbezinho y las cascadas de las Andorinhas (300 metros de ca¨ªda) y el V¨¦u da Noiva (500 metros de ca¨ªda).

Se puede hacer parapente, escalada, rappel, rafting, ciclismo de monta?a y puenting a un precio asequible en los parques de Ferradura, Soquoias y Corredeiras.

La naturaleza ayuda mucho. ?Estamos en Brasil o en Europa? ?Viva la mezcla!