Obligaciones de estrella
Nadal divide su tiempo entre los entrenamientos y los compromisos a la espera de que Roland Garros eche hoy a andar
Roland Garros arranca hoy con un campe¨®n sin cartera. Ocurri¨® el viernes. Novak Djokovic daba una rueda de prensa cuando descubri¨® bajo la mesa una billetera negra. En ella, tarjetas y un par de fotos de carnet. Y en las fotos, Rafael Nadal, el tricampe¨®n, el hombre sobre el que gira la promoci¨®n del torneo parisiense. Nadal debutar¨¢, si la lluvia lo permite, probablemente el lunes contra el brasile?o Bellucci. Antes del inicio de la competici¨®n, el espa?ol se entren¨® con dureza y cumpli¨® con una apretada agenda. Es la carga del rey de la tierra. "Tiene un impacto inmenso en la promoci¨®n", dicen en la Asociaci¨®n de Tenistas Profesionales (ATP); "organizamos acciones para enviar el mensaje de que pasa algo importante. Y para eso Rafa y Federer son las estrellas".
- Jueves: reuni¨®n y masajes de madrugada. A las 8.40, Nadal y su equipo se suben a un avi¨®n en Palma. A las 13.30 ya est¨¢n en Par¨ªs, donde pisan su coqueto hotel y se marchan a entrenarse hora y media. Ah¨ª empiezan los compromisos. Primero, recoger la ropa de su patrocinador. Luego, hora y media dando un cl¨ªnic. El n¨²mero dos sigue la tarde descargando las maletas de una furgoneta en la que llega Carlos Moy¨¤. Inmediatamente, entre patatas fritas y Coca-Cola, se re¨²ne junto a otros tenistas y entrenadores con Jaime Lissavetzky, secretario de Estado para el Deporte. El asunto se alarga hora y media. Nadal cena en Pizza Pino, donde los clientes le piden aut¨®grafos. No se acuesta. Hay trabajo. Hasta la una de la madrugada recibe masajes en su habitaci¨®n: se trata todo el cuerpo y especialmente el adductor mayor derecho, que le doli¨® en la final ganada en Hamburgo. Diecis¨¦is horas despu¨¦s de ponerse en movimiento, a la cama.
- Viernes: polic¨ªa, sorteo y entrenamientos. A las 10.30, la polic¨ªa corta el tr¨¢fico alrededor del Arco del Triunfo. Llega Nadal en un coche de ¨¦poca, escoltado por varios agentes motorizados y a la espera de que le hagan unas fotos. La cita se organiz¨® a principios de abril. Desde ah¨ª, se va al club, donde ejerce de mano inocente en el sorteo del cuadro femenino. Luego, el hurac¨¢n. Entrenamiento a las 13.00 con Tipsarevic. Pasta y salm¨®n para comer. Visita a la casa de Nike para recoger ropa. Y a las 18.00, los remolinos de la central: se entrena en la ventosa arcilla de la Philippe Chatrier antes de comer pasta con champi?ones y gambas en Le Napolitain. Al cierre, a la camilla de masajes, siempre montada en su habitaci¨®n, hasta las 12.30. A Tomeu Salv¨¤, tenista, amigo y compa?ero de cuarto, se le supone esperando despierto.
- S¨¢bado: Federer y 'set' de exhibici¨®n. En la ¨²ltima pelota, Robredo avisa: "?Punto de partido!". Saca al sitio que no hab¨ªa elegido en toda la hora de entrenamiento. "Esto es de perros, perros", le dice Nadal. Estalla una ovaci¨®n. Federer entra en esa pista. Llega con antelaci¨®n. Y Nadal, tras seguir trabajando, le saluda entre los aplausos del p¨²blico. Luego, ducha, vendajes y un set de exhibici¨®n mecido por los pasodobles del p¨²blico: 6-1 contra Ferrer. La lluvia, sin embargo, arruina el entrenamiento vespertino. El agua amenaza Par¨ªs. Su emperador, mientras tanto, afila la raqueta.
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