Sin papel
Dej¨¦monos de gaitas templadas: no hay maneras incruentas, ordenadas e indoloras de hacer un relevo generacional. El descorche del tap¨®n generacional siempre es traum¨¢tico, y sobre todo lo es en un pa¨ªs y con una generaci¨®n (los que ten¨ªamos treinta cuando la muerte del dictador) que utiliz¨® el truco sabio de la Eterna Transici¨®n hasta elevarla a ideolog¨ªa dominante, paralizante y asfixiante para perpetuarse en el poder pol¨ªtico, medi¨¢tico, cultural y nocturno de los ¨²ltimos tiempos. Alg¨²n d¨ªa ten¨ªa que llegar nuestra hora y por lo visto ya est¨¢ aqu¨ª, al cabo de treinta a?os de esta otra dictadura que hasta ahora imped¨ªa el fluir natural de las nuevas y no tan nuevas generaciones de espa?oles.
Las empresas s¨ªmbolo de este pa¨ªs (el PP y el PSOE) han decidido de repente, por su cuenta y riesgo, el necesario relevo generacional de cara al futuro. Es ley de vida, concretamente protocolo de muerte, y el problema principal de todas las sociedades primitivas e hist¨®ricas, como se sabe, siempre fue el mismo: qu¨¦ hacer con los ancianos de la tribu para que no sigan siendo ese corcho que bloquea la savia espumante de las nuevas generaciones, c¨®mo retirarlos de la circulaci¨®n sin serios traumas psicol¨®gicos y c¨®mo transformarlos en pac¨ªficos objetos decorativos que no molesten demasiado.
Lo que hay que reconocerle a Rajoy es su radicalidad m¨¢xima en su Plan Renove. Gracias a su silenciosa sabidur¨ªa gallega est¨¢ logrando librarse del tap¨®n Aznar haciendo dimitir uno tras otro a los ¨²ltimos de Filipinas y dando paso a j¨®venes in¨¦ditos; asunto, por cierto, que a todos nos parec¨ªa tarea ut¨®pica hace s¨®lo un par de meses, aunque todav¨ªa no est¨¢ dicha la ¨²ltima palabra porque los corchos tienen mucha tendencia a flotar. En cuanto a Zapatero, que supo en su d¨ªa descorchar el PSOE sin demasiados traumas para la generaci¨®n de Felipe Gonz¨¢lez, la famosa de los que hace treinta ten¨ªan treinta, hay que reconocerle que sin que nadie se lo pidiera ni le presionara, acaso influido por Rajoy, tambi¨¦n est¨¢ sentando las bases de su mucho m¨¢s discreto Plan Renove lanzando al mercado pol¨ªtico esas nuevas ministras y ministrinas de confianza.
Entendido el mensaje rupturista: hay que cambiar urgentemente de generaci¨®n porque aqu¨ª dentro hab¨ªa un atasco monumental, ¨²nico en Europa, y no era normal que las generaciones se eternizaran en el poder durante tant¨ªsimo tiempo por culpa del truco de la transici¨®n. Y no olvidemos que a este peri¨®dico, por poner un tercer ejemplo estatal de Plan Renove, tambi¨¦n le entraron ¨²ltimamente las fiebres patrias del relevo generacional y en eso mismo estamos.
El problema, ahora bien, es que a ninguno de los afectados directamente por estas necesarias medidas de regeneraci¨®n empresarial nos gusta un pelo el papel de tap¨®n, sea en el ¨¢mbito pol¨ªtico, medi¨¢tico o cultural, y admitimos cualquier cosa, hasta que ya somos un poco antiguos y decr¨¦pitos, que en la vida y la profesi¨®n actuamos taponando a las nuevas generaciones. Eso nunca, y siempre habr¨¢ en la lista de las jubilaciones otros colegas generacionales que se merecen mucho m¨¢s que t¨² esa infamia.
Pero no discutamos la filosof¨ªa profunda del Plan Renove. Por mucho que a algunas de las v¨ªctimas nos joda el relevo generacional del pa¨ªs, lo cierto es que se trata de una noticia estupenda y he de admitir, ahora que lo pienso, que hasta los de mi generaci¨®n est¨¢bamos ya hartos de la dictadura de mi generaci¨®n (treinta hace treinta) y estoy intelectualmente de acuerdo con esta ruptura aunque me destroce la econom¨ªa dom¨¦stica. El problema, como siempre, est¨¢ en los protocolos del finiquito brutal.
Esta empresa de papel, sin embargo, ha inventado un nuevo m¨¦todo para deshacerse por la v¨ªa ordenada de los tapones. Ya no se trata de jubilar con m¨¢s o menos elegancia a los viejos de la tribu ni de sentarlos en un remunerado consejo de ancianos, ni siquiera de reconvertirlos en jarrones decorativos, sino de algo m¨¢s intelectual y radical. Se trata de estar proclamando todo el tiempo que el ¨²nico futuro posible de este peri¨®dico de papel ya jam¨¢s ser¨¢ un futuro de papel y que muy pronto llegar¨¢n los tiempos del digital total y online. Con este ultim¨¢tum del absoluto digital y del imperio virtual de la web, ir¨¢ desapareciendo poco a poco el tap¨®n y el atasco, sencillamente porque no conozco a un solo miembro de mi generaci¨®n que soporte la idea y el estr¨¦s de un futuro profesional, el poco que nos queda, sin el viejo papel del papel.
Es preferible que nos digan directa y brutalmente que sobramos, que somos unos corchos pelmazos o que las nuevas generaciones lo hacen mucho mejor que nosotros, sobre todo en esos blogs que ahora han puesto para morder el anzuelo del Plan Renove, que nos amenacen con lo mismo que hace ahora dos a?os amenaz¨® Arthur Sulzberger, el editor de The New York Times: la ¨²nica estrategia de futuro del periodismo pasa por el "solo web". Y basta echarle un vistazo al nuevo y hermoso rascacielos que el gran Renzo Piano acaba de levantar en pleno Manhattan para la m¨ªtica cabecera para entender que, all¨ª dentro, el papel que nos pari¨® ya no pinta nada.
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