El Estatuto de Capitalidad para Vitoria choca con el silencio oficial

La reivindicaci¨®n de Vitoria como capital del Pa¨ªs Vasco, m¨¢s all¨¢ del papel que ya representa como sede de las instituciones vascas, ha pillado a los partidos pol¨ªticos a contrapi¨¦. En una comunidad aut¨®noma en la que Bilbao se considera la capital pol¨ªtica y financiera, y San Sebasti¨¢n quiere convertirse con el apoyo del actual Gobierno vasco en la capital cultural, la reivindicaci¨®n de Vitoria como capital de Euskadi, con lo que supone de representaci¨®n y presupuesto espec¨ªfico, es un tema tab¨².

"Ostentar la capitalidad requiere apertura, desarrollo y proyecci¨®n"

El Gobierno vasco ha evitado pronunciarse esta misma semana sobre esa posibilidad, pero tampoco se pronunci¨® el grupo municipal del PNV en la recepci¨®n a la sociedad vitoriana que el alcalde socialista Patxi Lazcoz organiz¨® el pasado viernes en Vitoria para celebrar el 28 aniversario de la designaci¨®n de Vitoria como sede de las instituciones vascas. Todos los portavoces de los partidos pol¨ªticos municipales acudieron a la recepci¨®n, pero se mantuvieron a la expectativa. Ni la vicepresidencia del Ejecutivo vasco, ni la Ejecutiva del propio Partido Socialista han ofrecido una posici¨®n pol¨ªtica sobre ese asunto, como si se mantuvieran a la espera de un nuevo debate sobre una propuesta concreta.

Lazcoz tiene muy claro que la recepci¨®n del viernes pretend¨ªa ser el primer acto de la reivindicaci¨®n definitiva de un Estatuto de Capitalidad para Vitoria. En una charla que mantuvo para EL PA?S con el alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, que acudi¨® como invitado a la recepci¨®n, Lazcoz explic¨® que primero quiere hacer que la ciudad y sus vecinos tomen conciencia de la capitalidad para despu¨¦s reclamar ese plus de representatividad que se les exige a las ciudades con ese rango. Hereu le explic¨® que ostentar la capitalidad requiere de "proyecci¨®n, diversidad, apertura al mundo y ser una locomotora del desarrollo solidario".

La del viernes fue la primera vez en 28 a?os desde que Carlos Garaikoetxea firmara la Ley de Sedes, de art¨ªculo ¨²nico, en la que se establec¨ªa la capitalidad para la entonces peque?a Vitoria, en que una corporaci¨®n lo celebraba.

En el interior del Ayuntamiento Barcelona y Vitoria se daban la mano mientras que en el exterior del Ayuntamiento, la fiesta del 28 cumplea?os de la capitalidad se celebr¨® con el reparto de raciones de una tarta gigante para centenares de vitorianos. La Banda Municipal le puso m¨²sica a la celebraci¨®n.

Pero si oficialmente la capitalidad como un hecho diferenciado se ha mantenido en un discret¨ªsimo plano, el debate no ha dejado de suscitarse de vez en cuando a lo largo de esos a?os.

Ha formado parte incluso de la m¨²sica popular, sobre todo cuando la reci¨¦n inaugurada autonom¨ªa vasca comenz¨® el trabajo de instalar sus sedes en Vitoria, y eso gener¨® un trasiego de funcionarios hacia el barrio de Lakua, al originario geri¨¢trico en el que se instal¨® el primer edificio del Gobierno vasco.

El grupo vitoriano Potato hac¨ªa referencia a esa situaci¨®n cuando en una de las canciones en las que hizo populares la "Pinto la Kutxi y la Zapa", las calles de marcha del Casco Medieval, aseguraba que "todav¨ªa hay quien resiste en Vitoria-Gasteiz, donde hacen la ley, capital artificial de un pa¨ªs singular, Euskadi".

Pero no s¨®lo Potato cuestionaba ese poso social de Vitoria-Gasteiz como capital. Toda la sociedad lo hac¨ªa, consciente de que aquella designaci¨®n formaba parte de un acuerdo pol¨ªtico labrado en uno de esos complicados equilibrios de los que los partidos hacen gala en determinadas ocasiones.

Aunque el PNV hubiera preferido apostar por Bilbao como capital, o incluso por Pamplona, como s¨ªmbolo de esa Euskal Herria que anhela el nacionalismo, el PNV, poco antes de que Garaikoetxea firmara la ley de sedes, design¨® a Vitoria como capital en un Asamblea Nacional en Pamplona en marzo de 1980.

Dos meses despu¨¦s fue aprobada la ley en Bilbao, en la Diputaci¨®n de Vizcaya, donde se reun¨ªan los parlamentarios al no estar todav¨ªa acondicionado el Instituto Ramiro de Maeztu, en Vitoria, donde ahora legislan los parlamentarios vascos. La propuesta del Gobierno vasco (PNV)en aquel debate, fue secundada por Mayor Oreja, como portavoz de UCD, y por el PSE, aunque a rega?adientes ya que en el debate defendi¨® la capitalidad de Bilbao.

Pero m¨¢s recientemente, en 1992, el Parlamento vasco rechaz¨® una propuesta de Unidad Alavesa en la que se reclamaba un canon de capitalidad para el Ayuntamiento de la capital. El ¨²ltimo d¨ªa de octubre de aquel a?o, los diputados afrontaron directamente la posibilidad de vestir la capitalidad de Euskadi con un presupuesto destinado a paliar los gastos que generaba ese hecho. Sin embargo, salvo el PP y la propia UA, el resto de los partidos la rechazaron. El portavoz socialista en aquel debate dej¨® muy claro en la segunda intervenci¨®n que estaban diametralmente en contra del canon de capitalidad. Alfonso Mart¨ªnez propuso intentar buscar f¨®rmulas de financiaci¨®n alternativas pero para todos los municipios, a trav¨¦s de la futura legislaci¨®n municipal. La primera vez que un partido solicit¨® un presupuesto propio para Vitoria por su condici¨®n de capital, fue el PP, que pidi¨® en 1990 seis millones de euros, aunque en aquella ¨¦poca la petici¨®n fue en pesetas.