La cuadratura del 'c¨ªrculo'
Imagine que por la raz¨®n que sea le interesa entrar en contacto o pertenecer a una organizaci¨®n de la que formen parte los principales empresarios del pa¨ªs, acad¨¦micos prestigiosos y relevantes profesionales, intelectuales influyentes en la opini¨®n p¨²blica, altos funcionarios y aun pol¨ªticos que dejaron de serlo. No le ser¨¢ nada f¨¢cil.
Podr¨¢ encontrar organizaciones que re¨²nan s¨®lo a empresarios; corporaciones que agrupan a profesionales de un sector; ateneos u organizaciones de la sociedad civil que conectan a personas deseosas de participar en el debate sobre los problemas p¨²blicos, o de promover y defender un inter¨¦s determinado; think tanks como las fundaciones que en los ¨²ltimos a?os van surgiendo alrededor de los partidos pol¨ªticos o de las patronales, formados por gentes que comparten un credo econ¨®mico o pol¨ªtico y quieren influir en la agenda pol¨ªtica y en las pol¨ªticas p¨²blicas. Pero le ser¨¢ muy dif¨ªcil encontrar una organizaci¨®n transversal que re¨²na gentes de variada condici¨®n social, profesional y pol¨ªtica interesada en los asuntos p¨²blicos.
Durante 50 a?os el C¨ªrculo ha practicado la autocontenci¨®n como forma de responsabilidad social
Barcelona es el ¨²nico lugar de Espa?a donde puede encontrar una instituci¨®n de este tipo. Se trata del C¨ªrculo de Econom¨ªa, que este fin de semana celebra su 50? aniversario.
Que no es f¨¢cil entender esa transversalidad se comprueba en el hecho de que aun cuando ning¨²n periodista catal¨¢n se confunde al mencionar su nombre, en Madrid y en otros lugares es frecuente que se refieran a ¨¦l como el "C¨ªrculo de Empresarios" de Barcelona. Parece una simple errata, pero es un error de concepto. Es cierto que en muchos sentidos el C¨ªrculo es la cara i ulls de un cierto tipo de empresariado, pero lo es m¨¢s por su forma de entender la funci¨®n social del empresario que por defender intereses sectoriales. La diferencia es sutil pero relevante.
?C¨®mo explicar esta especificidad? ?Por qu¨¦ ha sido imposible su aclimataci¨®n en otros lugares? Probablemente se debe a cuatro rasgos: su peculiar disidencia, su sensibilidad a la movilidad socio-empresarial, su no cuestionamiento del encaje de Catalu?a en Espa?a, y su peculiar gobierno corporativo. Son como cuatro v¨¦rtices que permiten hablar de algo as¨ª como la "cuadratura del C¨ªrculo".
La disidencia respecto de la pr¨¢ctica pol¨ªtica y patronal dominante es un rasgo diferencial del C¨ªrculo. As¨ª, a finales de los a?os cincuenta, en plena dictadura, dio cobijo a los economistas y altos funcionarios reformistas que defend¨ªan la necesidad de acabar con el modelo inflacionista de crecimiento y de reducir el intervencionismo y el proteccionismo comercial. Algo que tuvo m¨¦rito doble, teniendo en cuenta la tradici¨®n proteccionista del pa¨ªs. A finales de los sesenta defendi¨® la legalizaci¨®n de los sindicatos de clase. A principios de los setenta, denunci¨® el caos de infraestructuras de Barcelona y promovi¨® la Entidad Metropolitana de Barcelona. En los ochenta, defendi¨® en solitario la permanencia de Espa?a en la OTAN. En los noventa, denunci¨® el creciente centralismo econ¨®mico. Y este mismo a?o, en lo que fue entendido como autocr¨ªtica desde el propio mundo empresarial catal¨¢n, llam¨® a una mayor ambici¨®n empresarial. Esta disidencia, practicada con peculiar moderaci¨®n y sin estridencias, es como un rasgo gen¨¦tico del C¨ªrculo.
En segundo lugar, ha practicado en su seno una singular movilidad socioempresarial. Est¨¢ a¨²n por hacer, pero un estudio de la composici¨®n de las juntas refleja el cambio de piel que se ha ido produciendo en el mundo empresarial catal¨¢n en este medio siglo, y como el C¨ªrculo ha ido buscando e incorporando a los emprendedores emergentes, procedentes de ¨¢mbitos sociales distintos a los de la vieja burgues¨ªa manufacturera textil y metal¨²rgica de la que surgieron los primeros presidentes. Hay pocas instituciones que hayan fomentado con tanto ah¨ªnco nuevos liderazgos que sepan combinar la actividad empresarial y la funci¨®n social del empresario; y que hayan sabido promover en su seno una especie de igualdad de oportunidades entre ellos. Sus ¨²ltimos presidentes provienen de esa movilidad socioempresarial.
El tercer lugar, el C¨ªrculo ha practicado con naturalidad, aunque no sin ciertas fricciones en algunos momentos, el encaje de Catalu?a en Espa?a. Ese encaje llev¨® en algunas etapas a incorporar a la junta directiva a socios de fuera de Catalu?a. El experiment¨® no funcion¨® del todo, pero fue m¨¢s por cuestiones operativas que por diferencias relacionadas con dificultades en esa imbricaci¨®n.
Por ¨²ltimo, pero muy importante, est¨¢ su at¨ªpico gobierno corporativo. En este sentido, el Circulo es un club muy anglosaj¨®n (comenz¨®, en sus inicios en 1958, llam¨¢ndose Club Comod¨ªn), en el que lo importante no son las reglas escritas, sino las no escritas. Regla escrita s¨®lo hay una: el presidente s¨®lo puede ejercer su cargo tres a?os, aunque despu¨¦s sigue en la junta. Un gran acierto. Tres a?os son suficientes para dejar impronta. Las no escritas son mantenidas por un singular juego de tradiciones, equilibrios, continuidades e influencias entre los miembros de la junta, los ex presidentes y los secretarios. En este sentido, para comprender los consensos internos, es tan importante analizar sobre lo que se pronuncia como sobre lo que calla.
?Alguna cr¨ªtica a estos 50 a?os? Se podr¨ªa objetar que el C¨ªrculo deber¨ªa haber sido m¨¢s activo ante algunos problemas. Es posible. Pero hay dos tipos de instituciones que tratan con asuntos p¨²blicos: las que proponen m¨¢s problemas de los que la sociedad puede resolver en cada momento, originando una sobrecarga que despu¨¦s genera frustraci¨®n social y pol¨ªtica, y las que practican la autocontenci¨®n como forma de responsabilidad social. El C¨ªrculo es de estas ¨²ltimas.
Feliz 50? aniversario, y buen trabajo en esta nueva etapa.
Ant¨®n Costas es catedr¨¢tico de Pol¨ªtica Econ¨®mica de la UB.
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