Raseros judiciales

No hace mucho, con motivo de la lectura de sentencias sobre el derecho al honor, y as¨ª poner al d¨ªa uno de mis trabajos sobre este derecho, me llam¨® poderosamente la atenci¨®n el criterio que, ¨²ltimamente, hab¨ªa establecido la secci¨®n quinta de la Audiencia Provincial de Sevilla. En sus sentencias 148/2007 y 82/2006, -que hab¨ªan conocido de algunas manifestaciones que afectaban al honor e intimidad de las personas y se hab¨ªan dado en programas del coraz¨®n, como fue el caso de la hija de la duquesa de Alba- fijaron los criterios sancionadores en caso de vulneraci¨®n de estos derechos. Consideraban intromisiones de car¨¢cter ileg¨ªtimo aquellos supuestos, que las manifestaciones eran ofensivas y carec¨ªan de inter¨¦s p¨²blico.

Indemnizaciones de 3.000 euros, como en el caso de la hija de la duquesa, pasaron a serlo de 90.000. Pues bien, junto con esta mayor indemnizaci¨®n fijada en estas sentencias, lo que m¨¢s me llam¨® la atenci¨®n fueron algunos de sus argumentos, que comparto plenamente. As¨ª, se afirma: "Aunque el programa se dedique a la prensa rosa tiene el mismo deber de responsabilidad en el ejercicio de la profesi¨®n period¨ªstica, de diligencia y de respeto escrupuloso... al honor de las personas, no constituyendo excusa, disculpa o atenuante alguno que se vierta en ese programa para distender, disminuir el nivel de exigencia de responsabilidad".

En fin, que cuando uno lee estos razonamientos, lo primero que piensa es en qu¨¦ gloria bendita judicial y constitucional, en que ya era hora que los programas basura empezaran a responder por algunas de las manifestaciones que en ellos se vierten, por cuanto son ofensas, carecen de inter¨¦s p¨²blico y ayudan a la formaci¨®n p¨²blica. Insultos fuera. Adem¨¢s, estas mayores cuant¨ªas de las indemnizaciones, pod¨ªan servir para poner coto a estas invasiones personales. Los periodistas que pasan la frontera no se van de rositas; no pueden hacer como aquel acusado que, despu¨¦s de atizar una buena leche a su denunciante, el juez le conden¨® a pagar 50 euros y en el mismo acto de juicio le atiz¨® una segunda. Dej¨® en la mesa del tribunal 100 euros y se fue; sal¨ªa barato. Ya no. La Secci¨®n Quinta hab¨ªa dicho basta.

Pues, nada, mi gozo en un pozo. Ahora resulta que si no est¨¢s en un programa rosa sino en la COPE y Federico Jim¨¦nez Losantos llama a un periodista "rata con perd¨®n de las ratas", lo manifiesta varias veces y degrada p¨²blicamente la honestidad profesional, resulta que tales manifestaciones no cuestan lo mismo. Dice la secci¨®n: "A¨²n siendo duras y desabridas, y con independencia de su veracidad o inveracidad y molestas est¨¢n dentro de los l¨ªmites de la libertad de expresi¨®n, contribuyendo a la formaci¨®n de una opini¨®n p¨²blica, consustancial al estado democr¨¢tico y al pluralismo pol¨ªtico". El argumento no parece de este mundo. La opini¨®n p¨²blica se forma a base de estas manifestaciones pues dice la sentencia -habr¨¢ que preguntar sus fuentes-: "No es extra?o leer en prensa y escuchar en programas de radio manifestaciones como ¨¦stas". Total que, si queremos tener opini¨®n y conformar la p¨²blica, ser m¨¢s democr¨¢ticos y que haya pluralismo pol¨ªtico, tenemos que coger los dos tomos del Brehm Ilustrado; aprender nombres de mam¨ªferos y endi?¨¢rselos al vecino aunque sea juez -seguro que lo entiende mejor-, as¨ª le obsequiaremos con una dosis de democracia. Ahora, cuando acabe de escribir, voy a practicar; voy a llamar guarro, con perd¨®n de los guarros, a un vecino. Conf¨ªo que entienda que esto es democracia. Claro que, mejor, lo digo en un programa que no sea rosa, por si no lo comprende. Los de rosa no contribuyen al pluralismo pol¨ªtico. Eso s¨ª, cuando el mismo tribunal dice que en estos programas hay que observar el mismo rigor que en los informativos, ya no sabe uno si est¨¢ de co?a o de que est¨¢. Tal vez es que las cosas sean distintas; que haya bulas. Unas para comer carne y otras para hacerla.