Ruido baixi?o
"L¨¢stima que termin¨® el festival de hoy...", cantaban Bugs Bunny y el Pato Lucas. El pasado fin de semana se celebr¨® la quinta edici¨®n del Festival de Cans (Porri?o). Lo que empez¨® como un juego de palabras, casi impensable de llevar a la pr¨¢ctica, es ya una fiesta gastron¨®mica del celuloide. Bueno, no precisamente del celuloide como ingrediente, que no es material comestible, ni ahora abunda precisamente como soporte de im¨¢genes. El v¨ªdeo digital y los ordenadores ya cocinan m¨¢s historias que la c¨¢mara de S¨²per 8 y la moviola. Es una parte por el todo: el "celuloide" es la imagen en movimiento por antonomasia.
Cans (Porri?o) no necesita una "idea corporativa". La tiene de entrada y de salida. Entre otras cosas porque la salida hacia Cans est¨¢ bien se?alizada en el kil¨®metro 303 de la Nacional 120, ese camino que conduce a Espa?a y al Sol Naciente. El ya arraigado Festival necesita del trabajo de un equipo (en estos a?os bajo la idea y la direcci¨®n de Alfonso Pato), de la respuesta de los medios de comunicaci¨®n y de la adhesi¨®n inquebrantable de los vecinos.
Lo que empez¨® como un juego de palabras es ya una fiesta gastron¨®mica del celuloide
Constancia y fanatismo son algunas de las claves de la permanencia. Pero tambi¨¦n est¨¢n la colaboraci¨®n econ¨®mica e industrial de las administraciones y la definici¨®n de objetivos que no pasen por una cultura, digamos, demasiado oficial. En la mirada del cortometraje actual puede estar la independencia, y no en la cortedad de miras -o en la repetici¨®n de esquemas, que viene siendo lo mismo- de la omnipresente far¨¢ndula de altos vuelos.
Cans ofrece de todo. Los forasteros tambi¨¦n ofrecen lo suyo. Juanma Bajo Ulloa analiz¨® el s¨¢bado pasado el recorrido econ¨®mico de las producciones subvencionadas en un discurso, serio y divertido, al que deber¨ªa haber asistido m¨¢s de un productor (de aqu¨ª o de fuera) para rebatirlo o batirse en retirada. Nacho Vigalondo (candidato a un Oscar de Hollywood con su cortometraje 7.35 de la ma?ana y a punto de estrenar el largometraje Los cronocr¨ªmenes) fue miembro del jurado junto a una pl¨¦yade -?qu¨¦ hermosa palabra del Damero Maldito!- de h¨¢biles tah¨²res entre la que Jorge Coira se desenvuelve como si llevara un peque?o rev¨®lver en el calcet¨ªn. Rodolfo Chikilicuatre convoc¨® a las masas ante las televisiones de los bares para ver su actuaci¨®n desde Belgrado...
?Ruido bajito para la cultura oficial? S¨ª, pero no. V¨ªctor Coyote ofreci¨®, en un h¨®rreo, su espect¨¢culo Ruido baixi?o la ma?ana del s¨¢bado. Y tuvo que repetir, tras convocatoria por SMS, por la tarde. Para doce personas, durante doce minutos y doce pases, V¨ªctor Aparicio Abundancia recorri¨® un camino ins¨®lito e ignoto junto a Javier Santos.
Sin alardes ni redobles, la m¨²sica y la imagen, los instrumentos y los artilugios, la emoci¨®n y el pasmo, todo ello se arrejunt¨® en el chimp¨ªn inm¨®vil del h¨®rreo. Un Stirring still (Dando vueltas a quietas) de Samuel Beckett.
Oficiando un culto en el edificio emblem¨¢tico de la Galicia rural, que pone una vela a Dios y otra al Diablo, el Coyote cultiv¨® un oficio nuevo. No sin temblores se sale de Ruido baixi?o; no sin resquemores se piensa en la demencia fara¨®nica de esos delirantes edificios in¨²tiles -a medio terminar por culpa de la escasez de cuarcita en las canteras- que adornan las autopistas. ?Y luego dir¨¢n que todo fue un sue?o!
Salir por Cans en una noche de perros es como una fiesta sorpresa, como un encuentro entre alumnos y profesores. El agua tiene que hervir para que Panor¨¢mix pueda preparar la poci¨®n m¨¢gica para toda la aldea gala (excepto para Obelix, que se cay¨® en la marmita cuando era peque?o). A Cans le convendr¨ªa hermanarse con Black Dog, un pueblo escoc¨¦s pegado a Aberdeen. Curioso.
Can es palabra latina, perro es palabra celta y dog es God al rev¨¦s. La sexta edici¨®n del Festival de Cans (una aldea del ayuntamiento de Porri?o) est¨¢ a la vuelta de la esquina. Al fin y al cabo, ?qu¨¦ es un a?o en la vida de Galicia? Bugs Bunny y el Pato Lucas segu¨ªan su canci¨®n de despedida con una explosi¨®n de alegr¨ªa cabaretera: "...pronto volveremos con... ?M¨¢s diversiones! ?Porky, Porky, nuestro rey! ?Favorito sin igual...!". Y el Gallo Claudio a?ad¨ªa: "Oye, perro, digo..., oye, perro..."
julian@discosdefreno.com
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