Belleza bonita
?Ah, el estilo! Olvide, si es que alguna vez las tuvo a mano, todas las trifulcas te¨®ricas sobre el estilo, la voluntad de estilo, la sumisi¨®n a los estilos, etc. El estilo es desde hace tiempo ese tipo de papel en el que quedan tan bien las fotograf¨ªas (car¨ªsimas) de algunos cuerpos y algunas casas, todo eso que podr¨ªamos llamar la belleza bonita (y car¨ªsima). Ahora, sustituyan ese soporte de papel pensado para estampar la belleza bonita por una pantalla gigantesca (y car¨ªsima) de televisi¨®n en la que quepan jardines grandes como provincias y salones con vistas a sus propios rincones tan lejanas como las de Versalles. El resultado ser¨¢ algo muy parecido al programa Andaluc¨ªa con estilo que emite Canal 2 Andaluc¨ªa en la noche de los jueves. Gracias a ¨¦l podemos entrar, pero muy despacio, en casas de gente famosa, o conocida, o popular. Empec¨¦ a ver la entrega cuyo argumento principal era la casa de una actriz que protagoniza un culebr¨®n en Canal Sur. Lo de que entramos muy despacio en la casa no es mentira: los primeros 15 o 20 minutos se fueron en una visita desenfadada, como informal, al jard¨ªn de la casa (1.600 metros cuadrados). Y ah¨ª me qued¨¦, en el umbral del estilo del interior (1.400 metros cuadrados), ah¨ªto de tanta belleza bonita y pensando en esta nueva veta de lo genuinamente andaluz que empezamos a atisbar gracias a un programa tan ejemplar.
El modelo de la revista de y sobre el lujo no es un recurso ret¨®rico m¨ªo. Est¨¢ expresamente aludido en la misma cabecera del programa, que consiste en pasar las p¨¢ginas de una de esas revistas de y sobre el lujo. Por tanto, los que hacen el programa saben lo que quieren hacer y lo hacen, ellos que pueden. No se puede imaginar usted lo bonita que queda la fiesta de cumplea?os de un ni?o en semejantes lugares: pero en ese programa se lo explican con todo lujo (otra vez) de detalles.
?Sirve de algo preguntarse por qu¨¦ y para qu¨¦ se gasta el dinero p¨²blico en productos como ¨¦ste? Creo que no y que s¨®lo queda el recurso de hacer una propuesta suicida que permita elegir entre lo que se ve en Andaluc¨ªa con estilo y algo que muestre el estilo de vida del resto de la gente. Pregunten a la audiencia de la televisi¨®n auton¨®mica qu¨¦ casas quiere ver y comprobar¨¢n que quiere ver exactamente esas casas que ustedes les est¨¢n ense?ando. Y piensen: esta redundancia de la televisi¨®n en las preferencias estil¨ªsticas de la audiencia nada tiene que ver ni con la modernidad ni con el avance imparable. Es s¨®lo una versi¨®n nueva de una m¨¢xima muy vieja: ?siempre habr¨¢ nobles entre vosotros!
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