Edipo en L¨ªbano
Sigan a este hombre: Wajdi Mouawad. Va a dar mucho que hablar. Es liban¨¦s, pero vive en Quebec. Th¨¦?tre Ab¨¦ Carr¨¦ C¨¦ Carr¨¦, su compa?¨ªa, tampoco tiene un nombre f¨¢cil de memorizar. Incendies, la obra que representa en el Teatro Espa?ol, es la sorpresa de la temporada. Habla de la familia, el amor, la guerra y el destino, es decir, de temas universales, con aliento tr¨¢gico. Adem¨¢s de un extraordinario director de escena, Mouawad es poeta, y fil¨®sofo a su manera, como S¨®focles, Shakespeare y Calder¨®n. Incendies tiene el grosor de los cl¨¢sicos. Es una obra de intriga sin trucos, con un enigma al que Mouawad da 15 vueltas de tuerca, limpias y cada vez m¨¢s prietas. Resumir la trama es misi¨®n imposible, pero, para que se hagan una idea, arranca con la lectura del testamento de Nawal, libanesa canadiense, muda por decisi¨®n propia, que insta a sus dos hijos gemelos a buscar a un hermano cuya existencia desconoc¨ªan y al padre que cre¨ªan muerto. Los chicos no est¨¢n por la labor. Hasta que el albacea de Nawal, tipo esdr¨²julo maravillosamente interpretado por Richard Th¨¦riault, desliza en sus o¨ªdos el veneno de la curiosidad.
Incendies
Autor y director: Wajdi Mouawad. Th¨¦?tre Ab¨¦ Carr¨¦ C¨¦ Carr¨¦. Madrid. Teatro Espa?ol. Hasta el 8 de junio.
Este testamento nos embarca en una aventura alucinante. Sin un solo cambio escenogr¨¢fico, Mouawad lleva la acci¨®n adelante y atr¨¢s, de Quebec a L¨ªbano, funde realidad y alegor¨ªa, viaja por el tiempo y por el espacio con agilidad cinematogr¨¢fica. Sus nueve actores se multiplican en decenas de personajes. Dicen el texto clavados en el sitio, sin respiro, pic¨¢ndolo como si fuera comedia. La tragedia hay que hacerla as¨ª, sin asomo de drama.
La primera parte es buena; la segunda, mejor. Nawal es un personaje del tama?o de Ant¨ªgona, pero los que la rodean tambi¨¦n tienen tela. Por ejemplo, esa mujer de a pie que decide inmolarse con un cintur¨®n explosivo. Sin nombrarlas, porque Mouawad no ha querido hacer un drama hist¨®rico, resuenan las tragedias de L¨ªbano y de los campos de refugiados de Sabra y Chatila. Su puesta en escena, de puro desnuda, es un ejemplo m¨¢ximo de concisi¨®n y elocuencia. No sobra nada, nada falta. Si andan buscando espect¨¢culo, aqu¨ª apenas lo encontrar¨¢n, pero si quieren ver puro teatro, no se lo pierdan.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.