Disfrutando de los colores del cielo entre Chillida y Oteiza

Jos¨¦ Mari Gorrotxategi naci¨® en Tolosa el Domingo de Ramos de 1929. Al frente de la confiter¨ªa y el museo del chocolate que llevan su apellido en esa localidad guipuzcoana, ha difundido el nombre de su pueblo y su patrimonio all¨¢ donde ha viajado. Se jubil¨® hace ya 15 a?os y sigue presumiendo de tolosarra, pero desde entonces vive en San Sebasti¨¢n. Su mujer falleci¨® y pesaban demasiado los recuerdos.

As¨ª que, a la hora de pasear, se queda por la capital guipuzcoana, aunque se traslada casi todos los d¨ªas hasta Tolosa, donde dos de sus hijos mantienen el negocio familiar. "Yo no quiero beneficios de aquello, pero s¨ª que mantengan la calidad del producto. Mi control es ¨¦se. Ah¨ª no cedo", asegura.

El maestro confitero goza paseando temprano o al anochecer

?Y por d¨®nde le gusta pasear? El maestro confitero empieza por el cu¨¢ndo. "Me gusta pasear por la ma?ana temprano o al anochecer", deja claro. El Peine del Viento, el conjunto escult¨®rico de Eduardo Chillida que mira al mar, Ondarreta y La Concha forman parte de su itinerario habitual. "No es lo mismo caminar por all¨ª a las siete de la ma?ana que a las doce del mediod¨ªa. Los matices ma?aneros son ¨²nicos: las luces, las sombras, el mar...", resalta.

Aunque el encanto del anochecer no se queda atr¨¢s. "No voy a decir que ocurre todos los d¨ªas, pero suele haber unos cielos que ofrecen unos colores... No creo que haya pintor que pueda igualar con su paleta esos cromatismos", comenta, al tiempo que se queja de que la prisa con la que camina mucha gente le roba el placer de mirar al horizonte y disfrutar de este tipo de "espect¨¢culos gratuitos".

Otro rinc¨®n que le encanta a Gorrotxategi es la plazoleta del Paseo Nuevo, donde luce una gran escultura de Jorge Oteiza, a los pies del monte Urgull y pr¨¢cticamente enfrente de El Peine del Viento atrevesando la bah¨ªa donostiarra. Le gusta ir all¨ª, sobre todo, los d¨ªas de mal tiempo, cuando el cielo est¨¢ "oscuro y tormentoso". No importa que llueva o truene. Mejor. Es entonces cuando goza m¨¢s del lugar y de toda la naturaleza que lo rodea. Es entonces cuando se produce "el gran espect¨¢culo".

"Tengo instant¨¢neas preciosas", afirma este enamorado de la fotograf¨ªa. Entr¨® en ese mundo a los 15 a?os con una c¨¢mara Zeiss-Ikon, "midiendo la distancia a pasos, nada que ver con el tecnicismo actual". Lo cuenta en la exposici¨®n abierta en el Palacio Aranburu de Tolosa, donde se recoge una selecci¨®n de las im¨¢genes que ha tomado a lo largo de 55 a?os. El Ayuntamiento ha organizado esta muestra para completar el homenaje que le rindi¨® el pasado d¨ªa 17, aprovechando el 25? aniversario de su museo del chocolate.

Paseos, fotograf¨ªas... y potes con los amigos. Reside en "la capital de El Antiguo", la calle Mat¨ªa, donde se ha topado con "una gente muy sencilla", que le "ha inculcado el carisma del barrio". Sin embargo, a primera hora de la noche se traslada a otro barrio, a Amara, a disfrutar de "los vinos y los pinchos" de los bares de la calle Isabel II y Felipe IV. A disfrutar de los amigos que guarda all¨ª.

Aunque ya no se pega las caminatas kilom¨¦tricas de hace unos a?os -"las rodillas se empiezan a resentir"-, Gorrotxategi, adem¨¢s de pasear, procura siempre desplazarse por la ciudad a pie. "Tengo muy buena salud y de pelota [en referencia a la cabeza] ando todav¨ªa muy bien", puntualiza. Por ello, no duda en seguir dando conferencias, escribiendo art¨ªculos, indagando, investigando,... "Disfruto con ello", subraya, mientras se bebe una copa de champ¨¢n.