Picasso se desnudaba escribiendo
Reediciones, libros y un disco revitalizan la faceta literaria del artista malague?o
Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera se cruz¨® con Pablo Picasso en San Sebasti¨¢n y le pregunt¨®: "?Qu¨¦ dir¨ªa usted si en un futuro lejano una enciclopedia lo definiera como gran poeta andaluz, mejor conocido en vida como pintor?". Aquella pregunta, formulada en 1934, probablemente como una broma, result¨® casi premonitoria. Un a?o m¨¢s tarde, Picasso empez¨® a escribir. Y, ya en los a?os cincuenta, aquella pregunta reverberante llev¨® al genio malague?o a hacerle a su amigo el fot¨®grafo Roberto Otero una confesi¨®n no exenta de co?a marinera: "Creo que mi obra como escritor es tan extensa como la de pintor. Materialmente dediqu¨¦ el mismo tiempo a ambas actividades. Quiz¨¢ alg¨²n d¨ªa, cuando yo desaparezca, aparecer¨¦ descrito en los diccionarios de esta manera. Pablo Ruiz Picasso: poeta y autor dram¨¢tico espa?ol. Se conservan de ¨¦l algunas pinturas".
"En su primer texto aparece su erotismo de 'voyeur", dice Jim¨¦nez Mill¨¢n"
Picasso declar¨®: "Si hubiera nacido chino, no ser¨ªa pintor, sino escritor"
Su poes¨ªa es muy confidencial, esconde muchas cosas", dice Bernadac
El episodio lo recuerda Enrique Mall¨¦n, experto dedicado en cuerpo y alma al estudio de la obra pict¨®rica y literaria de Picasso, impulsor del On-line Picasso Project, una biograf¨ªa viva (en la Red) del pintor malague?o. Rodeado de su biblioteca picassiana, desde Tejas, donde ejerce como profesor en la Sam Houston State University, Mall¨¦n explica por tel¨¦fono que los poemas de Picasso son como cuadros cubistas: tienen distintas interpretaciones seg¨²n qu¨¦ l¨ªnea se lea, son textos abiertos. "En t¨¦rminos literarios, Picasso me parece fascinante: sus poes¨ªas esconden m¨²ltiples significados, es innovador, de vanguardia, una mina sin explorar".
... gritos de ni?os gritos de mujeres gritos de p¨¢jaros gritos de flores gritos de maderas y de piedras gritos de ladrillos gritos de muebles de camas de sillas de cortinas de cazuelas de gatos y de papeles...
As¨ª escrib¨ªa Picasso. Salt¨¢ndose a la torera todas las convenciones gramaticales y ortogr¨¢ficas. Pintando con las palabras, escribiendo con colores.
Se le emparent¨® con la escritura autom¨¢tica de los surrealistas, con el dada¨ªsmo nihilista, s¨ª. Y se le infravalor¨®, a decir de m¨²ltiples estudiosos de la cuesti¨®n. Pero en los ¨²ltimos dos a?os emergen intentos de rehabilitar su faceta literaria. Edici¨®n en alem¨¢n de sus textos (2007), estudios sobre su obra (La guerra y el cosmos en los textos de Picasso, de Lydia Csat¨® Gasman, 2007), estreno en Sevilla de su obra de teatro El deseo atrapado por la cola (tambi¨¦n el a?o pasado) y una apuesta de riesgo que est¨¢ a punto de ver la luz el pr¨®ximo 10 de junio: Pablo de M¨¢laga, valiente disco del maestro Enrique Morente, que se ha atrevido a cantar textos del genio malague?o, a ponerles m¨²sica. Casi na.
Yo he nacido de un padre blanco y de un peque?o vaso de agua de vida andaluza yo he nacido de una madre hija de una hija de quince a?os nacida en M¨¢laga en los Percheles el hermoso toro que me engendra...
Fue una terapia. La escritura se le present¨® al genio malague?o como una v¨ªa de escape ante una situaci¨®n personal convulsa, un momento de estancamiento creativo y un periodo hist¨®rico que anunciaba tormentas. A?o 1935: Picasso se est¨¢ divorciando de la bailarina Olga Koklova. Tiene 54 a?os, Marie-Th¨¦r¨¨se Walter est¨¢ embarazada, los tr¨¢mites del divorcio propician el cierre del taller parisiense, no puede ir a pintar, est¨¢ deprimido, no sabe por d¨®nde tirar, crisis. Escapa al castillo de Boisgeloup, al taller de sus esculturas en yeso, al espacio en el que se encontraba con Marie-Th¨¦r¨¨se, y escribe el que se supone es su primer poema. El primero en el que se siente poeta.
18 de abril de 1935. Si yo fuera afuera las fieras vendr¨ªan a comer en mis manos y mi cuarto aparecer¨ªa sino fuera de mi otros sueldos ir¨ªan alrededor del mundo...
Picasso fecha sus escritos. Como si fueran parte de un diario.
Hay una mujer que dedic¨® nueve a?os de su existencia a dar vida al Picasso escritor. Nueve a?os en contacto con sus herederos, recopilando viejos ejemplares de la revista Cahiers d'Art, buceando entre los fondos del que ser¨ªa el Museo Picasso de Par¨ªs. Se llama Marie-Laure Bernadac. En 1980, reci¨¦n nombrada encargada de los archivos de la pinacoteca, caen entre sus manos los viejos manuscritos, los textos mimados como si fueran ideogramas chinos, los poemas con dibujos en los m¨¢rgenes, los cuadernos de espiral repletos de anotaciones. Al ver aquello, se da cuenta de que tiene que recopilar todo ese material. En 1989 edita Picasso, ?crits (Gallimard), la obra de referencia del Picasso escritor: 340 textos po¨¦ticos y dos obras de teatro.
Desde su actual despacho en el Museo del Louvre, del que es conservadora general desde 2004, Marie-Laure Bernadac responde por tel¨¦fono con el habla de una persona que tiene muchas cosas que decir pero dispone de poco tiempo, r¨¢pida y certera, conocedora del terreno que pisa. "Su poes¨ªa es muy confidencial, muy privada, esconde muchas cosas. Habla de su vida con una libertad total, con argot, hace alusiones terribles a su vida privada, a su infancia, las mezcla con reflexiones pol¨ªticas... es apasionante", dice de carrerilla. "Sus textos desnudan al personaje; comprendemos mejor su obra pict¨®rica cuando vemos, gracias a ellos, c¨®mo piensa".
20 de noviembre de 1935. Fleur plus douce que le miel, MT tu es mon feu de joie [Flor m¨¢s dulce que la miel, MT eres mi fuego de alegr¨ªa].
MT es Marie-Th¨¦r¨¨se, que acaba de darle una hija, Maya.
Gastronom¨ªa, sexo, tauromaquia. M¨¢laga, el horror de la guerra, la escatolog¨ªa. La infancia, el clero, la Espa?a negra. Las obsesiones del genio fluyen a borbotones en sus escritos. Escribe en franc¨¦s y en espa?ol, ajeno a la ortograf¨ªa. Concibe los poemas como obras pl¨¢sticas, adorna las letras, dibuja en los m¨¢rgenes: "Si hubiera nacido chino, no ser¨ªa pintor, sino escritor. Escribir¨ªa mis pinturas", declara a Claude Roy en 1954.
"Ya desde su primer texto aparece su erotismo de voyeur", cuenta Antonio Jim¨¦nez Mill¨¢n, autor en 1983 de Poemas de Picasso, considerado como el primer ensayo de enjundia que se publica en Espa?a sobre la obra escrita. "La obsesi¨®n por el sexo se refleja en su tendencia a la escatolog¨ªa", dice mientras apura un cigarrillo con la ventana de su despacho abierta, en la Universidad de M¨¢laga. Jim¨¦nez Mill¨¢n sostiene que la escritura picassiana no es surrealista, ni dada¨ªsta, ni siquiera escritura autom¨¢tica (escupir palabras sin control ni correcci¨®n alguna), sino que va surgiendo de la digesti¨®n de las sucesivas escrituras de vanguardia de la ¨¦poca.
En esos a?os vive rodeado de una ¨¦lite de escritores e intelectuales: Max Jacob, el poeta y escritor que le acoge y le ense?a franc¨¦s; Apollinaire, el autor que le dice que tiene que saltarse las reglas y hacer caso a su coraz¨®n; Reverdy, Jean Cocteau, Paul ?luard. ?se es el ambiente en el que se mueve. Al principio, le da cierto pudor publicar sus textos, rodeado como est¨¢ de poetas de vanguardia: "Ten¨ªa miedo, era como desnudarse en un momento inadecuado", explica Marie-Laure Bernadac. Pero en cuanto publica sus primeros textos en la revista Cahiers d'Art, en enero de 1936, el surrealista Andr¨¦ Breton celebra la llegada de una nueva voz. "Es que quer¨ªa atraer a Picasso a las filas del surrealismo", explica Rafael Inglada, estudioso de Picasso, el hombre que inici¨® a Enrique Morente en los mundos del Picasso escritor.
Inglada desfila entre los angostos pasillos de la Fundaci¨®n Picasso de M¨¢laga, donde trabaja, y rebusca en el peque?o estante dedicado a la obra escrita del pintor malague?o. "Es importante rescatar al Picasso escritor, est¨¢ infravalorado", dice. Hace cinco a?os, recibi¨® la llamada de Enrique Morente. Buscaba poemas. De Picasso, de amigos de Picasso. Inglada, editor de Textos espa?oles (1894-1968), una compilaci¨®n de poemas del artista, le pasa material.
Los recuerdos de infancia de Picasso, sus juegos en la plaza de la Merced, en eso pens¨® Morente para inspirarse. "Picasso escuchaba cante, le gustaba el flamenco", explica el cantaor granadino, hombre en deuda eterna con Picasso desde que qued¨® conmocionado ante la visi¨®n del Guernica, hace m¨¢s de 18 a?os, cuando a¨²n estaba en el Cas¨®n del Buen Retiro. Intentando devolver con su arte lo que Picasso le hab¨ªa hecho sentir, se lanz¨® a la aventura de musicarlo y cantarlo. Se puso a bucear en el flamenco popular, el que pudo haber o¨ªdo el Picasso ni?o. Y lo fundi¨® con los textos del pintor. "Vi que hab¨ªa arte y calidad en sus textos, hab¨ªa espontaneidad. Me sorprendi¨® la gracia, el atrevimiento, la libertad para pasar de un tema a otro en el mismo rengl¨®n".
El profesor Eugenio Carmona, especialista en la obra pict¨®rica del pintor malague?o
EL PICASSO ESCRITOR SE AUTORRETRATA
El pintor malague?o hizo este dibujo en el manuscrito de su obra de teatro El deseo atrapado por la cola (1941). La estren¨® en plena ocupaci¨®n nazi de Par¨ªs, en casa del matrimonio Leiris, con un reparto (de amigos) de lujo: Jean-Paul Sartre, Simone de Beauvoir, Albert Camus y la fot¨®grafa Dora Maar.
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