El once de 'El Pa¨ªs Semanal'
El novelista Alfredo Bryce Echenique suele contar que su infancia en Lima fue dura, porque consist¨ªa en sentarse junto a una radio a escuchar la Copa de Am¨¦rica y o¨ªr a un locutor enfervorecido que, una y otra vez, gritaba: "?Ataca el Per¨²! ?Ataca el Per¨²! ?Ataca el Per¨²¨²¨²¨²¨²¨²¨²... y gol de Chile!" No sabe bien el autor de El mundo de Julius lo que nos identificamos con eso los espa?oles, tan acostumbrados a secarnos las l¨¢grimas con la camiseta roja de la selecci¨®n en los cuartos de final de todos los mundiales y eurocopas. Igual ser¨ªa buena idea cambiarla para ir siempre de azul, que es como vest¨ªan nuestros jugadores la ¨²nica vez que hemos ganado algo, en aquella final de 1964 contra la Uni¨®n Sovi¨¦tica de la que hace tanto que las im¨¢genes son en blanco y negro y, en sinton¨ªa con estos tiempos apresurados, todo ha cambiado de nombre para hacerse m¨¢s breve: la Uni¨®n de Rep¨²blicas Socialistas Sovi¨¦ticas ya s¨®lo es Rusia, y la Copa de Europa de Selecciones Nacionales es, simplemente, la Eurocopa. ?Alg¨²n d¨ªa podremos vengarnos de los que se burlan de nosotros y salir a la calle a cantar lo que cantaban los seguidores del Real Madrid la noche en que ganaron la s¨¦ptima, aquello de en colores, en colores, o¨¦, o¨¦, o¨¦...? Ojal¨¢, porque ya hemos tenido toda la raci¨®n de ataca Espa?a... y gol de Italia que una persona decente puede soportar. ?Ser¨¢ este nuestro a?o? Me temo que no estamos muy convencidos: las previsiones no pueden ser optimistas en un pa¨ªs donde cada ciudadano es un seleccionador, pero ninguno querr¨ªa ser este seleccionador. Mala cosa.
En realidad, en Espa?a no hay demasiada afici¨®n por la selecci¨®n nacional, y eso sirve tanto para los futbolistas como para los espectadores. Ni siquiera hemos tenido nunca una estrella equivalente a lo que fue Maradona para Argentina, Zidane para Francia o Cruyff para Holanda, una especie de h¨¦roe o gran capit¨¢n al que empujaba y segu¨ªa el pa¨ªs entero, como si tuviese escrito su futuro en la punta de la bota. Al fin y al cabo, "el goleador es siempre el mejor poeta del a?o", seg¨²n escribi¨® Pier Paolo Pasolini, y el gol del siglo que le hizo su diegu¨ªsima a Inglaterra en el mundial de M¨¦xico 1986 fue una Divina comedia de 60 metros, escrita sobre el c¨¦sped del Estadio Azteca a base de regatear defensas rivales, enga?ar al portero y tocar a la red con la misma delicadeza con que Mozart debi¨® de ponerle el punto final a La flauta m¨¢gica. Debe de ser verdad que "ning¨²n jugador es tan bueno como todos juntos", porque lo dijo Alfredo di St¨¦fano, pero qu¨¦ pena que no hayamos tenido alguien as¨ª metido en nuestro uniforme, ?no? Claro, lo tuvimos a ¨¦l, pero era argentino y no nos hizo ganar ning¨²n Mundial.
HE DICHO QUE, ADEM?S de no haber Maradona, tampoco hay una afici¨®n, y lo mantengo. Es m¨¢s, yo he estado rodeado toda mi vida de personas que, pasara lo que pasara, siempre quer¨ªan que perdiese Espa?a: por ejemplo, los poetas Rafael Alberti y ?ngel Gonz¨¢lez, o, ahora mismo, el editor Chus Visor... Debe de ser por las sospechas que despertaba y a¨²n despierta en nosotros nuestra bandera, tan utilizada por la derecha y la ultraderecha, pero lo cierto es que lo del gol de Marcelino a Inglaterra en el Santiago Bernab¨¦u fue en pleno franquismo... Y tambi¨¦n padec¨ªan una dictadura en Argentina, en 1978, y ganaron el Mundial, a pesar de Videla y sus secuaces. Por cierto, que para llegar a la final contra Holanda tuvieron que vencer a Per¨² por seis a cero. Pobre Bryce Echenique.
Como ver¨¢n, han ido saliendo nombres de escritores, lo cual no es raro, porque la relaci¨®n entre f¨²tbol y literatura es antigua, aunque no siempre fue f¨¢cil: Borges lo consideraba "un deporte para ingleses, feo y est¨²pido", y Rudyard Kipling nos defini¨® a los seguidores como "un mont¨®n de almas peque?as que pueden ser saciadas por los tontos llenos de barro que lo juegan". Pero en el otro extremo, el de los que cantaron las emociones de un partido, hay muchos ejemplos notables, desde el de Rafael Alberti con su Oda a Platko, que era un portero h¨²ngaro del Barcelona, hasta Mario Benedetti, que tiene el honor de haber escrito uno de los cuentos sobre f¨²tbol m¨¢s conocidos de la historia, 'Puntero izquierdo', de su libro Montevideanos, pasando por Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n; Camilo Jos¨¦ Cela, que tambi¨¦n podr¨ªa haberse ahorrado sus Once cuentos de f¨²tbol; Peter Handke, que en uno de sus libros hace un retrato maravilloso de Butrague?o; Eduardo Galeano, con El f¨²tbol a sol y sombra; Horacio Quiroga, que recrea en Suicidio en la cancha el caso real de un jugador del Nacional que se peg¨® un tir¨® en el c¨ªrculo central de un estadio; o, entre otros muchos, Osvaldo Soriano, que, por cierto, tiene un cuento que se titula Maradona s¨ª, Galtieri no. En Espa?a tenemos ahora mismo a Javier Mar¨ªas, Luis Landero, Juan Cruz, Enrique Vila-Matas o Luis Garc¨ªa Montero, que acaba de publicar un poema sobre el Real Madrid en su libro Vista cansada, y todos ellos escriben sobre f¨²tbol, pero s¨®lo son seguidores de su equipo, no de la selecci¨®n, y uno puede imagin¨¢rselos sentados frente al televisor con una camiseta blanca o blaugrana encima del jersey, pero no roja. Qu¨¦ le vamos a hacer.
YO TENGO QUE CONFESAR que s¨ª soy seguidor de la selecci¨®n, uno de esos que pegaban saltos en el sof¨¢ con el 12-1 a Malta y que se sub¨ªa por las paredes con el fallo de Carde?osa frente a Brasil, en Argentina 1978, cuando tuvo la porter¨ªa vac¨ªa y le tir¨® la pelota al defensa Amaral; o con el gol fantasma de Michel que entr¨® en la porter¨ªa del propio Brasil, en M¨¦xico 1986, y no vio o no quiso ver el ¨¢rbitro; o con el codazo de Tassotti a Luis Enrique en Estados Unidos 1994; o con el gol en propia meta que se metieron entre el portero Miguel Reina y el defensa Violeta en un Espa?a-Holanda cuando Holanda eran Cruyff y otros diez buen¨ªsimos; o con el famoso botellazo a Juanito en Belgrado... Qu¨¦ mala suerte, qu¨¦ robos, qu¨¦ pena m¨¢s grande. He sufrido con todo eso y, a¨²n m¨¢s, soy una de esas personas que juran que no piensan morirse sin ser campeonas del mundo, dicho as¨ª, con ese sentido de la propiedad que consiste en creer que el que mira y los que juegan pierden o ganan juntos. O sea, que la selecci¨®n es m¨ªa, a pesar de su entrenador, de cuyo apodo, el sabio de Hortaleza, lo ¨²nico que puedo decir es que no dudo que sea de Hortaleza, pero ni una palabra m¨¢s.
SEA COMO SEA Y DIGAN lo que digan mis amigos, que en algunos casos extremos, como el del maestro ?ngel Gonz¨¢lez, llegaban a definirse como "hinchas del que juegue contra Espa?a", en mi opini¨®n, no hay d¨ªas m¨¢s divertidos que los de un Mundial, esas horas raras del atardecer o la madrugada en las que uno se sienta con un par de amigos y 12 cervezas a mirar un partido entre dos selecciones extranjeras con la esperanza de que la d¨¦bil derrote a la fuerte y nos allane el camino a la final. El problema es que la selecci¨®n te¨®ricamente m¨¢s fuerte solemos ser nosotros, y la que nos elimina o nos pone el camino vertical, otra m¨¢s modesta pero que termina d¨¢ndonos una lecci¨®n, como hizo Honduras en nuestro Mundial, el de 1982, una humilde selecci¨®n en la que jugaba un centrocampista llamado Gilberto Yearwood que militaba en el Valladolid y que nos empat¨® un partido en el que el locutor de Televisi¨®n Espa?ola empez¨® diciendo que convendr¨ªa ganar por m¨¢s de tres goles, sigui¨® implorando una victoria por la m¨ªnima y acab¨® por exclamar, cuando la cosa ya se hab¨ªa puesto muy negra: "?Se?ores: Gilberto es mucho Gilberto!".
Y, as¨ª, campeonato tras campeonato. No s¨¦ si ser¨¢n los nervios; o que de verdad los espa?oles tenemos un car¨¢cter perdedor, como sostienen algunos; o que somos prepotentes y nos llevamos sorpresas como la que se llev¨® Inglaterra ante Camer¨²n en el Mundial de 1990, en Italia, y que hizo exclamar al entrenador Bobby Robson: "No los subestimamos; simplemente, eran mucho mejores de lo que cre¨ªamos". Pero la diferencia entre ellos y nosotros es que, sorprendida o no, Inglaterra acab¨® ganando ese encuentro por tres a dos. Nosotros, en cambio, perdimos la final de la Eurocopa de 1984 ante Francia, aquella otra noche dram¨¢tica en la que hasta el minuto 57 nos las promet¨ªamos muy felices mientras cant¨¢bamos "no pasa nada, tenemos a Arconada"; pero pas¨® el bal¨®n por debajo del portero, se le col¨® de manera absurda en un tiro libre sin ning¨²n peligro, aquella pelota inocente se volvi¨® una pel¨ªcula de Charlot en las manos suicidas del guardameta y acab¨® en el fondo de la porter¨ªa. Y f¨ªjense si aquella jugada dej¨® huella, que el antiguo arquero de la Real Sociedad, que era tan bueno que fue casi la mitad de bueno que Iribar, est¨¢ desaparecido, mientras Michel Platini, que fue quien lanz¨® aquel maldito golpe franco, es presidente de la UEFA.
Hasta ese momento domin¨¢bamos, pero no sirvi¨® de mucho, porque ¨¦sa es otra de nuestras lacras, que cuando no merecemos ganar no lo hacemos y cuando s¨ª, tampoco, lo cual ha dado origen a que al final de cada eliminaci¨®n se nos escriba en la l¨ªnea de puntos una sentencia cl¨¢sica que se repite hasta la extenuaci¨®n y de la que, al parecer, tambi¨¦n es autor Di St¨¦fano: "Jugaron como nunca y perdieron como siempre". En fin, todo tan negativo que hasta he le¨ªdo por ah¨ª una cr¨®nica de aquel tiro a c¨¢mara lenta de Julio Carde?osa contra el cuerpo de Amaral en la que se describe aquel fiasco ni m¨¢s ni menos que como "el m¨ªtico fallo de Carde?osa". Pregunta: ?puede un fallo ser m¨ªtico? Respuesta: en lo que respecta a la selecci¨®n espa?ola, s¨ª. Qu¨¦ cruz.
AHORA LLEGA OTRA EUROCOPA y la prensa deportiva comienza a calentar los motores de siempre, que son los de la esperanza, y ya se empieza a o¨ªr lo de la furia espa?ola, lo de que viene la marea roja y todo eso, pero esta vez da la impresi¨®n de que ya estamos escarmentados y no nos lo creemos mucho. La verdad es que, a la vista de la fase clasificatoria, hay que reconocer que la selecci¨®n juega mal, no tiene un estilo, no manda en los encuentros, carece de l¨ªderes dentro y fuera del campo, se achica ante los contrarios peque?os y tiene mala suerte ante los grandes, como de costumbre. Y no da la impresi¨®n de que nada de eso pueda cambiar demasiado durante este campeonato, aunque tampoco se entiende por qu¨¦ no, ahora que ha desaparecido una de nuestras disculpas favoritas, la de que nuestra Liga est¨¦ llena de jugadores extranjeros y eso repercute en la falta de talentos nacionales, los relega, impide que triunfen. Bueno, pues a eso podr¨ªa oponerse que en este momento tambi¨¦n hay muchos espa?oles triunfando en la Premier y se podr¨ªa empezar a so?ar con que Fernando Torres, Xabi Alonso o Cesc lleguen a la selecci¨®n espa?ola como Kempes llegaba a la argentina, o Romario a Brasil, o Zidane a Francia, o todos los italianos y los alemanes a Italia y Alemania: con la palabra estrella escrita en la frente y con el ¨²nico objetivo de dar una vuelta al estadio en el que se juegue la final de la Eurocopa envueltos en su bandera. Aunque, claro, tambi¨¦n tendr¨ªan que tener al mando lo que nunca han tenido, es decir, alguien que los dirigiese con acierto, un buen estratega y buen psic¨®logo que los fortaleciese en cuerpo y alma, un ganador que los convenciera de que pueden derrotar a cualquiera en lugar de ponerle una vela a un santo antes de los partidos y, despu¨¦s, buscar las coartadas de siempre. ?Qui¨¦n dijo a modo de excusa, despu¨¦s de perder un partido, aquello de que "Alemania es un equipo muy dif¨ªcil porque juega con 11 internacionales a la vez?". No s¨¦, pero si s¨¦ que he o¨ªdo muchos pretextos parecidos a ¨¦se a lo largo de mi larga e infructuosa carrera como forofo de la selecci¨®n espa?ola.
NO TENEMOS LA MENTALIDAD que hace falta para sentirse superiores, seg¨²n se puede deducir de tanta apelaci¨®n al infortunio; o tal vez sea que nos sobra vanidad y nos falta orgullo, que confundimos uno con la otra y gastamos en fanfarronear el tiempo que deber¨ªamos gastar en prepararnos, porque de otra manera no se entiende que un pa¨ªs que llega a todas las competiciones con la seguridad de poder ganarlas o, al menos, estar entre los favoritos, est¨¦ tan acostumbrado a perder que, si le dieran una copa a nuestros jugadores, no ser¨ªan capaces de encontrarle las asas. Aunque aqu¨ª cabr¨ªa poner otra pega a la teor¨ªa de la supuesta falta de car¨¢cter cong¨¦nita de los espa?oles: ser¨¢ de los espa?oles futbolistas, porque los del baloncesto, la f¨®rmula uno, el ciclismo o el tenis ganan que se las pelan: Gasol, Fernando Alonso, Indur¨¢in o Rafa Nadal no parecen tener ninguna espa?olitis que les impida ser grandes campeones. Incluso los futbolistas de las divisiones inferiores, que ya han conseguido todos los ¨¦xitos que dejan de lograr en cuanto cumplen los 20 a?os. ?Por qu¨¦? Nadie lo sabe, es un aut¨¦ntico misterio. ?Habr¨¢ alguna bacteria extra?a en el jam¨®n que en caso de necesidad paraliza los m¨²sculos?
El term¨®metro del f¨²tbol son los bares, y, si me apuran, dir¨ªa que la mezcla de las dos cosas, bares y f¨²tbol, es el term¨®metro de la realidad: que se lo pregunten a Jorge Sempr¨²n, que estuvo a punto de ir a la c¨¢rcel por no saber de f¨²tbol. La an¨¦cdota sucedi¨® en los a?os de la clandestinidad, cuando el futuro escritor y ministro de Cultura era un dirigente en el exilio del Partido Comunista de Espa?a y en una de sus visitas a Madrid, donde se hac¨ªa pasar por un trabajador que viv¨ªa en la capital, no se le ocurri¨® otra cosa que preguntarles a las personas que ten¨ªa al lado "?qui¨¦n es ese tal Di St¨¦fano del que tanto hablaban...?". El silencio lleno de sospechas que se hizo en la cafeter¨ªa donde se encontraba le hizo comprender que, si quer¨ªa parecer un aut¨¦ntico madrile?o, deb¨ªa tomar urgentemente unas lecciones sobre f¨²tbol. Bueno, pues 50 a?os despu¨¦s de eso, los bares siguen siendo el lugar donde se le mide la temperatura al f¨²tbol, y la verdad es que ahora mismo no pasamos de los treinta y tres o treinta y cuatro grados, ni fr¨ªo ni calor. No hay m¨¢s que meterse a desayunar en cualquier parte y sacar el tema de la Eurocopa para descubrir que la gente no parece muy optimista. De hecho, vayas donde vayas, la frase que m¨¢s se repite, dicha siempre con un tono que hace equilibrios entre la iron¨ªa, el desaliento y la impotencia, es la tradicional "nos volvemos a casa en cuartos".
As¨ª est¨¢ la cuesti¨®n. Es verdad que tambi¨¦n se habla de por qu¨¦ no van Ra¨²l y Guti a la Eurocopa o por qu¨¦ van otros que no parecen mejores que ellos, en especial, mejores que el 14 del Real Madrid; pero tampoco hay demasiada pasi¨®n en los argumentos que se emplean y, por lo general, lo que parece es que en el fondo todo da igual porque no existe absolutamente nadie que conf¨ªe en el seleccionador, ni en su criterio, ni en su capacidad para elegir y decidir, ni en sus conocimientos t¨¢cticos. M¨¢s bien se habla de ¨¦l como de un profesional del pasado y un perdedor que nunca logr¨® un t¨ªtulo con ninguno de los equipos que tuvo entre las manos, entre ellos, el Barcelona y el Atl¨¦tico de Madrid, un hombre en el que se tiene menos confianza que en un cirujano con Parkinson.
No es una disculpa, pero lo cierto es que tampoco es Luis Aragon¨¦s la excepci¨®n que confirma la regla, ni nada por el estilo. M¨¢s bien, la opini¨®n com¨²n es que en Espa?a se es seleccionador por eliminaci¨®n; que ¨¦se es un trabajo que les interesa ¨²nicamente a quienes no encuentran un buen equipo. No hay m¨¢s que mirar la lista de los ¨²ltimos titulares del puesto y ver d¨®nde estaban antes y donde est¨¢n despu¨¦s de su paso por el equipo nacional, desde luego, no en un conjunto puntero: si miramos a los dos anteriores, Clemente estuvo a punto de entrenar a Ir¨¢n y atrac¨® en el Murcia para ayudarlo a descender, y Camacho ha fracasado en el Benfica... La conclusi¨®n m¨¢s l¨®gica, quiz¨¢, ser¨ªa empezar a pensar en alg¨²n extranjero de prestigio, alguien que consiguiera lo que no logran los espa?oles, que los preparase bien f¨ªsica, mental y t¨¢cticamente. Vamos a sentarnos a esperarlo, por si llega.
DE TODAS MANERAS, algunos ilusos pondremos la televisi¨®n cuando empiece la competici¨®n y nos diremos: "?Por qu¨¦ no iba a ser esta vez?". Nunca se sabe; m¨¢s raro fue aquel verano que no par¨® de nevar, como dice la canci¨®n de Joaqu¨ªn Sabina. Y, adem¨¢s, hay ejemplos como el de Dinamarca, que no estaba clasificada para la Eurocopa de 1992, fue repescada a ¨²ltima hora, al no poder competir Yugoslavia a causa de la situaci¨®n que se viv¨ªa en los Balcanes "y lo de repescada tiene aqu¨ª todo el sentido del mundo porque sus jugadores estaban de vacaciones y hubo que ir a buscarlos por las playas de medio mundo para que se quitaran el ba?ador y se volviesen a poner el ch¨¢ndal", y termin¨® ganando por dos a cero a Alemania en la final y proclam¨¢ndose campeona. ?Nos pasar¨¢ a nosotros algo as¨ª un d¨ªa, quiz¨¢ en esta misma Eurocopa? Ojal¨¢.
De momento, mi recomendaci¨®n es que nos olvidemos de toda esa ret¨®rica de la furia espa?ola y la marea roja, tiremos la etiqueta de favoritos a la basura y vayamos a los campos silbando otra canci¨®n, en este caso, de Bob Dylan, que dice que cuando no tienes nada, no tienes nada que perder. Igual cuela y nos llevamos una segunda alegr¨ªa, esta vez en colores: o¨¦, o¨¦, o¨¦.
EVA AMARAL. Penalti a puerta vac¨ªa
EVA AMARAL. Cantante del d¨²o AmaralAcaban de cumplirse 10 a?os de la publicaci¨®n de su primer ¨¢lbum. Y la vida ha girado en todo este tiempo para Juan Aguirre y Eva Amaral como esa pelota que ella est¨¢ a punto de estampar contra la red. De los garitos a las salas. De las salas a los estadios. Cuatro discos que han vendido m¨¢s de un mill¨®n y medio de copias. El quinto, reci¨¦n publicado. Estrellas indiscutibles del pop nacional, el d¨²o ma?o va a tener un verano calentito. Est¨¢n a punto de embarcarse en la gira de su nuevo trabajo, Gato negro. Drag¨®n rojo. Las 19 canciones de este disco doble van a viajar por Espa?a hasta noviembre. El primer partido, en casa. El 12 de junio, concierto a cubierto de la tormenta de la Expo del Agua de Zaragoza. ?Amaral naci¨® de penalti? En cierto sentido, s¨ª, de un c¨²mulo de casualidades entre dos personas que se conocieron hace m¨¢s de una d¨¦cada y hoy siguen siendo los mismos, pero menos inocentes y m¨¢s viajados. ?Ver¨¢n durante la gira los partidos de la selecci¨®n espa?ola? Espero que s¨ª, aunque no somos muy futboleros.
RODOLFO CHIKILICUATRE. Hasta en la sopa
RODOLFO CHIKILICUATRE. Representante de Espa?a en Eurovisi¨®n?Para cu¨¢ndo un himno de Chikilicuatre para la selecci¨®n espa?ola? ?Espa?a, golea, golea!, / que el chikicuartos disgusta mogoll¨®n, / nos eliminan en Alemania, en Francia y en Jap¨®n; / lo llora mi abuela, lo llora mi hermano, / y tambi¨¦n los jugadores al verse sin las primas en la mano. No contento con pegar el pelotazo al versionar su eurovisivo chiki-chiki para un anuncio de la ONCE, este invento de la factor¨ªa de El Terrat pretende seguir dando la matraca. Mi manager quiere que sea una estrella m¨¢s extravagante. Entre Prince y Michael Jackson. Convertido en personaje de tebeo por el actor David Fern¨¢ndez, Rodolfo Chikilicuatre naci¨®, seg¨²n su biograf¨ªa autorizada, en Buenos Aires, en 1972. Las mismas fuentes surrealistas hablan de un aterrizaje en Espa?a tras tocar en los locales m¨¢s chics de Ciudad Ju¨¢rez y Albania. ?Qu¨¦ papel cree que va a jugar la selecci¨®n espa?ola en la Eurocopa? Veo a Aragon¨¦s algo desconcentrado: se lleva a Casillas, Reina, Torres... Dudo si va a jugar al f¨²tbol o al ajedrez.
GERVASIO DEFERR. Pasar a la historia
GERVASIO DEFERR. GIMNASTA OL?MPICOOro en Sidney 2000. Oro en Atenas 2004. Oro, oro, oro. A por la tercera en Pek¨ªn 2008. A convertirse en el primer espa?ol que consigue tres medallas de oro ol¨ªmpicas. Por ahora, permanece concentrado en la residencia deportiva Blume, con las manos embadurnadas de magnesia. Y, por un d¨ªa, convertido en esta especie de incre¨ªble Hulk. ?Cree que ¨¦sta es su ¨²ltima oportunidad para ganar un oro ol¨ªmpico? No lo s¨¦. Pero no estoy nervioso, al menos por el momento. La responsabilidad de conseguir el tercer oro es s¨®lo m¨ªa. ?Va a tener tiempo de ver alg¨²n partido de la selecci¨®n? S¨ª. No vivo en una c¨¢rcel. Algunos los ver¨¦ en mi habitaci¨®n; otros, en alg¨²n bar con los amigos. Seg¨²n me pille.
JOS? CORBACHO. Un ba?o de pelotas
JOS? CORBACHO. DIRECTOR DE CINE, ACTOR Y PRESENTADOR?Con qui¨¦n le hubiera gustado compartir este jacuzzi balomp¨¦dico? Con mi pareja. Y si nos ponemos mit¨®manos, con Rita Hayworth y Camar¨®n de la Isla cantando por buler¨ªas. Muchos le odi¨¢bamos desde que le vimos estampar los morrazos a Elsa Pataky en la pasada edici¨®n de la gala de los Premios Goya. Se lo propuse antes de salir y me dijo: ?C¨®mo lo hacemos para que quede bonito?. Pero cuando uno habla con Jos¨¦ Corbacho, enseguida se da cuenta de que detr¨¢s del showman histri¨®nico hay un gran tipo. Un hombre sencillo al que le gusta contar historias. Como hizo con Tapas (2005), su primera pel¨ªcula, codirigida junto a Juan Cruz. El t¨¢ndem ha vuelto a la carga este a?o con Cobardes y anda con la mirada puesta en su tercer largometraje. Y en una serie que tratar¨¢ sobre f¨²tbol. Se llamar¨¢ Pelotas. Cuenta las peripecias de un equipo de Segunda Regional.
MARTA ETURA. El rostro del deseo
MARTA ETURA. ACTRIZA quien de verdad le habr¨ªa hecho ilusi¨®n verla con esta camiseta de la selecci¨®n espa?ola hubiera sido a su abuelo, ex jugador de la Real Sociedad. Guipuzcoana como ¨¦l, la joven Marta pronto tuvo claro que quer¨ªa ser actriz y peregrin¨® a Madrid, al calor de las ense?anzas de Cristina Rota. Y como el destino es as¨ª de caprichoso, ahora prepara, a las ¨®rdenes del hijo de la profesora, Juan Diego Botto, el papel de Ofelia en Hamlet. El 15 de julio, estreno en el Festival de teatro Cl¨¢sico de Almagro. Acaba de terminar el rodaje de Flores negras. Apenas le queda tiempo para su otra pasi¨®n, la danza. Rostro codiciado por directores de cine de diverso pelaje, todav¨ªa se le resiste el Premio Goya. ?Le va a tocar ver los partidos de la selecci¨®n con trajes del siglo XVII? Bueno, con el vestuario de Hamlet no nos van a dejar. Pero s¨ª ver¨¦ alg¨²n partido. El f¨²tbol siempre me recuerda a mi abuelo.
JES?S ALMAGRO. Desaf¨ªo en la cumbre
JES?S ALMAGRO. JEFE DE COCINA DEL RESTAURANTE DE PEDRO LARUMBE, EN MADRIDNoveno puesto en el Bocuse dOr 2007. La mejor marca de un espa?ol en el certamen gastron¨®mico m¨¢s prestigioso del mundo. Una haza?a retratada en El pollo, el pez y el cangrejo real, documental realizado por Jos¨¦ Luis L¨®pez Linares. El futbol¨ªn con frutas que ha preparado para la foto no es ocioso. Llegu¨¦ a jugar al f¨²tbol en Tercera Regional. Pero con 20 a?os, si ya no est¨¢s en un buen equipo. La cocina le rondaba la cabeza desde los catorce, cuando prepar¨® una ensaladilla rusa para la familia con todo lo que encontr¨® en la nevera. Descubr¨ª dos cosas: nuevos universos que nac¨ªan al mezclar distintos ingredientes y la belleza artesanal de trabajar con las manos. Debe de estar hartito de coles al salir del restaurante, pero los chicos de la selecci¨®n necesitan un men¨² para venirse arriba. No s¨¦, no s¨¦... ?Y si les damos alegr¨ªa con un postre? Frambuesas, papaya, fresas, grosellas, kiwi, pi?a Todo bien mezclado. ?Y acompa?ado de un sorbete de frutos rojos, que es nuestro color!.
CARLOTA CASTREJANA. Salto a la gloria
CARLOTA CASTREJANA. CAMPEONA DE EUROPA EN 2007 DE TRIPLE SALTO. ATLETA OL?MPICA EN PEK?N 2008De la cancha a la arena. A los catorce ya rondaba el metro noventa. Visti¨® muchas veces la camiseta de la selecci¨®n espa?ola de baloncesto y con 18 a?os form¨® parte del quinteto titular en Barcelona 1992. Las piernas infinitas de esta riojana volaron despu¨¦s hacia el atletismo. Primero, en la modalidad del salto de altura. Y hasta hoy, como especialista en triple salto de longitud. Tambi¨¦n ha tenido tiempo de licenciarse en Derecho y cursar un master en Derecho Deportivo. Ya queda poco para viajar a Pek¨ªn. Su mejor aval: 14,60 metros, la marca que la convirti¨® el a?o pasado en campeona de Europa de triple salto. Del baloncesto al atletismo. ?No colaba una? Lo m¨ªo eran los rebotes y el contraataque. Todav¨ªa echo hoy alguna pachanga con mi marido [el ex jugador de baloncesto Jer¨®nimo Bucero]. ?Ver¨¢n juntitos los partidos de la selecci¨®n? S¨ª. No somos especialmente futboleros, pero no creas que se parecer¨¢ a cuando vemos una pel¨ªcula con palomitas. El deporte no se ve tranquilo. Se vive.
CRISTINA GRANDE. De la botica a la imprenta
CRISTINA GRANDE. Escritora. Acaba de publicar Naturaleza infiel (RBA)Algunos personajes de sus exitosos libros de relatos, La novia parapente y Direcci¨®n noche (Xordica editorial), nacieron tras observar a muchos clientes de la farmacia que su madre regenta en Zaragoza. Ahora irrumpe con fuerza con Naturaleza infiel, su primera novela, escrita en parte con el ordenador de la botica. Releg¨® a un segundo plano la filolog¨ªa inglesa de su licenciatura universitaria por el negocio familiar, y desde entonces su vida transcurre entre guardias. La farmacia es un laboratorio de ficci¨®n. Por all¨ª pasa todo el espectro social. La trama de Naturaleza infiel transcurre por un desgarrador paisaje de los ochenta. En mi caso, aquellos a?os en Zaragoza fueron tiempos de mucho estudiante, mucha monja y mucho militar. ?Cu¨¢l ser¨ªa su once ideal de escritores? No me atrever¨ªa a darte la alineaci¨®n completa, pero el goleador ser¨ªa Ch¨¦jov. Creo que no seguir¨¦ mucho a la selecci¨®n este verano. El f¨²tbol no me apasiona. Y soy un poco gafe con el Zaragoza; suele perder cuando veo sus partidos.
CARLES FRANCINO. Goleador de las ondas
CARLES FRANCINO. Director y presentador del programa Hoy por hoy, de la cadena SERCampe¨®n de las ma?anas de la radio espa?ola. La ¨²ltima oleada del estudio general de medios ha vuelto a confirmar su liderazgo. Aterriz¨® en la SER en 2005 para recibir el testigo de I?aki Gabilondo tras 19 a?os al frente de Hoy por hoy. En estos a?os, ha ido ajustando el traje del magac¨ªn a su medida. Espero que tengamos Francino para rato; me estoy divirtiendo mucho. Futbolero convencido, a los 20 a?os compaginaba los partidos en Tercera Divisi¨®n con sus primeras incursiones radiof¨®nicas en Reus (Tarragona). La pasi¨®n pelotera ha quedado reducida hoy a las pachangas con sus compa?eros de la radio y con el equipo de su hijo, actor en la serie televisiva Hospital Central. Entre un Pulitzer y la Copa de Europa, ?con cu¨¢l se quedar¨ªa? Hubiera dado lo que fuera por haber jugado en la Champions League. ?Qu¨¦ posibilidades vislumbra para el equipo espa?ol en la Eurocopa? Este a?o tengo un buen feeling con la selecci¨®n. Ya van muchos a?os de mala suerte. Creo que Luis se va a despedir a lo grande.
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