Matones, SA, y asociados
Cachas de gimnasio, porteros de discoteca y paramilitares se dedican a dar palizas 'a la carta'
Extorsiones, secuestros, amenazas, cobro de deudas, ajuste de cuentas, palizas e, incluso, asesinatos por encargo. Todo eso y mucho m¨¢s es el objeto social de Matones, Sociedad An¨®nima, un tenebroso conglomerado integrado por paramilitares colombianos, cachas de gimnasio, ex boxeadores, campeones de vale tudo (una modalidad de arte marcial), vigilantes de seguridad, porteros de discoteca, neonazis y sicarios. Gente que se mueve entre las sombras de la noche.
La realidad desborda la ficci¨®n y convierte en aprendices a los guionistas de Hollywood. Hay un ej¨¦rcito de tipos sin escr¨²pulos dispuestos a meter el miedo en el cuerpo a cualquiera; a propinarle unos guantazos a un competidor molesto; a partirle las piernas a un moroso que se resiste a pagar una deuda; o a mandar al m¨¢s all¨¢ a quien moleste a su cliente. Todo, por s¨®lo unos cuantos miles de euros.
Lo ¨²nico realmente organizado son las 'oficinas de cobro' al servicio de los 'narcos'
Los Miami era un grupo violento que se mov¨ªa muy bien entre la far¨¢ndula
"Eso es lo que ha cambiado en los ¨²ltimos a?os: que hay mucha gente dispuesta a hacer esta clase de trabajos y que, adem¨¢s, eso ha dejado de ser algo exclusivo de narcotraficantes y mafiosos. Ahora, cualquiera puede ser v¨ªctima de esta gentuza", asegura un comisario de la polic¨ªa madrile?a.
Prueba de lo que dice el jefe policial es lo ocurrido hace seis meses en Alicante, donde dos empresarios de la construcci¨®n fueron apaleados por encargo de una persona a la que supuestamente adeudaban 300.000 euros por la compraventa de un solar. Esa persona declar¨® ante la polic¨ªa que hab¨ªa conocido casualmente en una discoteca de Madrid a un individuo que se brind¨® a ponerle en contacto con tres forzudos porteros del local dispuestos a cobrar la deuda... por las buenas o por las malas. Y lo hicieron por las malas.
Hace unos d¨ªas, el semanario Intervi¨² revel¨® una conversaci¨®n telef¨®nica mantenida en abril de 2007 por la actriz Ana Garc¨ªa Obreg¨®n con su guardaespaldas, Eloy S¨¢nchez Barba, en la que aqu¨¦lla supuestamente le preguntaba si conoc¨ªa a alguien dispuesto a dar un escarmiento a Jaime Cantizano, presentador del programa D¨®nde est¨¢s coraz¨®n. La actriz, muy irritada porque el programa anunciaba la emisi¨®n de unas im¨¢genes de su hijo ?lex, coment¨® con su escolta que eso deber¨ªa hacerlo alguien de Los Miami (un grupo de matones profesionales).
"Tengo la conciencia tranquil¨ªsima. No recuerdo si tuve esa conversaci¨®n y si solt¨¦ o no esas barbaridades", declar¨® Garc¨ªa Obreg¨®n a EL PA?S el pasado jueves. Mientras, su abogado, Javier Saavedra, asegura que "no se han abierto diligencias contra ella ni est¨¢ imputada por ning¨²n delito de amenazas".
Esa conversaci¨®n fue captada gracias a un pinchazo telef¨®nico de la Guardia Civil durante la investigaci¨®n del asesinato a tiros de Miguel ?ngel Salgado Pimentel, de 37 a?os, ocurrido en marzo de 2007 en Ciempozuelos (Madrid). El finado era director financiero de la empresa de inform¨¢tica DMI Computer.
S¨¢nchez Barba fue detenido hace unos d¨ªas junto con la ex esposa de Salgado, la abogada Mar¨ªa Dolores Mart¨ªn Pozo, la cual presuntamente pag¨® a Charles Michael Guarin, un ex paracaidista de Alcal¨¢ de Henares, para que perpetrase el crimen.
?Y qui¨¦nes son Los Miami? "Los Miami ya no existen desde hace cinco o seis a?os. Eran una leyenda que dej¨® de existir despu¨¦s de una serie de ajustes de cuentas internos y, sobre todo, desde que su presunto jefe, Juan Carlos Pe?a Enano, de 30 a?os, fuera tiroteado en diciembre de 2004 cuando conduc¨ªa un Porsche por Madrid. Salv¨® su vida de milagro y desde entonces est¨¢ huido", asegura un polic¨ªa. Antes de marcharse a Suram¨¦rica en 2005, fue visto rodeado de una legi¨®n de escoltas b¨²lgaros.
Los Miami era un grupo de porteros de discoteca, matones, cobradores de morosos y ajustadores de cuentas muy bien relacionados con gente de la far¨¢ndula y los clientes de los locales nocturnos de moda. Ganaron su prestigio porque eran capaces de cumplir cualquier encargo sin temblarles la mano. "Pero cada vez se enredaron m¨¢s en el tr¨¢fico de drogas y eso, junto con las disensiones internas, pusieron fin a esta banda. Ahora s¨®lo hay un grupo de supervivientes que han formado su propio clan o se han unido a otros", comentan expertos de la Unidad Central de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO). Los Miami acabaron ajust¨¢ndose las cuentas unos a otros, y varios de ellos dieron con sus huesos en el cementerio.
La reciente llegada a Espa?a de mafiosos b¨²lgaros, ex miembros de las paramilitares Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), ex polic¨ªas de los pa¨ªses de Europa del Este y otros delincuentes ha hecho que haya tantos matones en el mercado que los precios han ca¨ªdo en picado, seg¨²n fuentes policiales.
-Lo que quiero es que le deis unos tortazos y le met¨¢is el miedo en el cuerpo para que me pague lo que me debe.
-?Cu¨¢nto das por el trabajo?
-Hombre, estoy dispuesto a gastar 1.000 o 1.200 euros...
-Pues por ese dinero le damos un buen repaso y, adem¨¢s, le hacemos varias visitas...
La anterior conversaci¨®n, escuchada recientemente por los polic¨ªas que ten¨ªan pinchado el tel¨¦fono de un sospechoso, ha venido a confirmar el baj¨®n experimentado por las tarifas de esta clase de trabajos.
"No hay un grupo criminal especializado en dar palizas. Nosotros no conocemos ninguna banda estructurada. Lo que hay es gente dispuesta a hacer ese tipo de cosas, pero que a la vez hace otras muchas, como el cobro de deudas y los ajustes de cuentas", se?ala un inspector experto en combatir el crimen organizado.
Lo ¨²nico realmente organizado son las oficinas de cobro, una especie de delegaciones de las grandes redes del narcotr¨¢fico colombiano, que se ocupan de saldar las deudas de sus clientes. ?Que un comprador de coca¨ªna se hace el remol¨®n? Pues se le env¨ªa a un par de sicarios que le recuerdan su deuda y, adem¨¢s, le anuncian un recargo por hacerle esa visita. ?Que sigue sin soltar el dinero? Se secuestra a un familiar. Y, si la situaci¨®n se complica, las represalias pueden llegar hasta la muerte.
La Brigada Central contra el Crimen Organizado detuvo hace tres meses a 14 hombres que eran el brazo ejecutor en Espa?a del cartel de Cali que estaba encabezado por el capo Wilber Varela, Jab¨®n (asesinado a tiros en un hotel de Venezuela en enero pasado). Est¨¢n acusados de extorsi¨®n, secuestro, homicidio, narcotr¨¢fico y tenencia de armas.
El presunto jefe de esta banda era un tal ?scar, un veintea?ero colombiano que se hab¨ªa escapado de la c¨¢rcel de Aranjuez (Madrid) en el verano de 2007 aprovechando un permiso. Nada m¨¢s recobrar la libertad se puso al frente de una oficina de cobros en Espa?a. La red ten¨ªa su cuartel general en Madrid y una sucursal en Bilbao.
?scar hab¨ªa sido elegido por elementos de las Autodefensas Unidas de Colombia para dirigir en Espa?a una oficina de sicarios. La Guardia Civil y la polic¨ªa relacionan a algunos integrantes de la banda con un cad¨¢ver desfigurado hallado en 2007 en Ciempozuelos (Madrid). La v¨ªctima, cuya identidad no ha podido aclarar la polic¨ªa, hab¨ªa sido torturada e introducida en una ba?era de ¨¢cido sulf¨²rico. El sello de los asesinos m¨¢s despiadados.
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