Antonio Canales imparte duende

A Miguel, de nueve a?os y pasi¨®n por el flamenco, nadie le dijo que iba a conocer a Antonio Canales este fin de semana. S¨®lo sab¨ªa que viajaba de Valencia a Madrid con sus padres para ir a ver a un amigo. Cuando se encontr¨® en las puertas del Teatro de Madrid, inscrito en las clases magistrales del core¨®grafo, dud¨® entre salir corriendo o entrar a bailar. "Le hemos tra¨ªdo como sorpresa por su cumplea?os. En el colegio se burlan de ¨¦l porque baila ballet y flamenco, y eso le desanima mucho. Por eso quer¨ªamos que viera a un profesional como Canales y se diera cuenta de que las burlas no tienen sentido", explicaba con orgullo su madre.

Pero los nervios no asaltaban s¨®lo a Miguel. El taconeo entre bambalinas de los 50 alumnos sonaba m¨¢s a urgencia que a calentamiento, aunque se trataba de profesionales e incluso profesores llegados de Finlandia, Grecia y Austria. "Lo mejor de Canales no s¨®lo es su t¨¦cnica, sino su honestidad y cercan¨ªa. Otros bailarines no son tan accesibles. Podr¨ªa dedicarse a ganar dinero con su compa?¨ªa sin m¨¢s, pero dice mucho de ¨¦l que venga aqu¨ª a ense?arnos", comentaba Lola, bailarina del Ballet Espa?ol de Murcia.

"Creo que a estas alturas me puedo permitir contarles todo lo que s¨¦, sin guardarme ninguna carta... Adem¨¢s, siempre me ha gustado ense?ar, desde que Lola Greco ven¨ªa a mi casa cuando yo s¨®lo era miembro del cuerpo de baile del Ballet Nacional y los primeros bailarines me ped¨ªan que les echase una mano", recordaba con humildad el bailaor. Sobre el escenario, sus botas parec¨ªan cobrar vida: "Cabeza al frente. Vamos a ser una m¨¢quina de escribir. Tacones arriba, con fuerza". Y esta vez el peque?o Miguel bail¨® sin sentirse culpable.