El Guggenheim se abre a David Delf¨ªn
El modisto presentar¨¢ un desfile-acci¨®n con los modelos m¨¢s creativos de su carrera y mostrar¨¢ al p¨²blico su proceso de trabajo en paralelo a la exposici¨®n 'Cosas del surrealismo'
La primera colecci¨®n que David Delf¨ªn present¨® en la Pasarela Cibeles 2002 provoc¨® un esc¨¢ndalo. Las cabezas de las modelos cubiertas por capuchas se identificaron con la represi¨®n de los talibanes sobre las mujeres y en las vendas enrolladas en sus cuerpos se vio un acercamiento fr¨ªvolo a la violencia machista. Recibi¨® cr¨ªticas de la organizaci¨®n y de parte de la prensa especializada. La pol¨¦mica creci¨® y el PP y el PSOE llegaron a pedir el boicoteo a la ropa firmada por David Delf¨ªn. Un mal comienzo para un debutante, a pesar de que le aport¨® much¨ªsima publicidad.
En 2002, inspirado por Magritte, cubri¨® la cabeza de las modelos
Se siente autor de "visiones descolocadas" de las prendas
Bimba Bos¨¦ ser¨¢ una de las modelos que intervendr¨¢n en el pase
Sus creaciones se han visto en museos y galer¨ªas de arte
Delf¨ªn no claudic¨®. Explic¨® que la presentaci¨®n de su colecci¨®n Cour des miracles estaba inspirada en las pel¨ªculas de Luis Bu?uel y en la pintura surrealista de Ren¨¦ Magritte. Donde algunos hab¨ªan visto burkas, el modisto hab¨ªa querido reflejar la influencia de la pintura Los amantes (1928), en la que Magritte hab¨ªa pintado a un hombre y una mujer con los rostros cubiertos por una tela.
Delf¨ªn (Ronda, 1970) no claudic¨®. Sigui¨® encontrando en el surrealismo una referencia para sus dise?os de moda. La exposici¨®n Cosas del surrealismo, en el Museo Guggenheim Bilbao, le servir¨¢ de marco para demostrarlo. El pr¨®ximo 25 de junio descubrir¨¢ al p¨²blico su proceso creativo y al d¨ªa siguiente transformar¨¢ el escenario para ofrecer un desfile con sus creaciones m¨¢s cercanas al lenguaje del surrealismo. All¨ª estar¨¢n su pantal¨®n de tres piernas, el vestido-horca, la corbata que cubre el cuerpo convertida en vestido, o la camisa-narciso, con cuello arriba y abajo: las "visiones descolocadas" de la moda, dice Delf¨ªn, "las rarezas" que le acercan, ahora de forma m¨¢s contenida, al surrealismo y al mundo on¨ªrico.
"El pensamiento surrealista forma parte de la naturaleza humana", defiende el modisto. "No podemos renunciar al subconsciente y a los sue?os, por eso el surrealismo sigue vigente". En sus dise?os entran elementos con un toque surreal en busca de un resultado inquietante. "Las ideas y las emociones son lo primero en mi trabajo. Creamos prendas que, adem¨¢s de tener una funci¨®n, despiertan la imaginaci¨®n y provocan distintas interpretaciones".
Admira a Bu?uel y a Magritte y adora los dise?os de moda de Elsa Schiaparelli, una de las protagonistas de Cosas del surrealismo, una exposici¨®n que recoge la influencia de ese movimiento en el dise?o. "Los surrealistas trabajaron en contacto unos con otros, y sin prejuicios; desde los puristas que se quedaron en el campo estricto del arte, a los que se abrieron a otros mundos", recuerda. Cosas del surrealismo habla precisamente de la expansi¨®n de la est¨¦tica de este movimiento, impulsado por Andr¨¦ Breton en 1924 con sus principios para reinventar el mundo, hacia el dise?o. En la exposici¨®n se recogen las escenograf¨ªas creadas por Max Ernst y Joan Mir¨® para ballets, las fotograf¨ªas de Man Ray para revistas de moda, joyas dise?adas por Salvador Dal¨ª y los fabulosos trajes de Schiaparelli. Y tambi¨¦n se demuestra que la est¨¦tica del surrealismo pronto abandon¨® sus principios revolucionarios para adaptarse a la sociedad de consumo y avenirse con las exigencias de la publicidad, los medios de comunicaci¨®n y el dise?o.
En las salas del Guggenheim se pueden ver las pinturas de Magritte, pero tambi¨¦n el Sof¨¢ en forma de los labios de Mae West (1938) y el Tel¨¦fono-langosta (1938) que Dal¨ª cre¨® para decorar la casa de campo del mecenas brit¨¢nico Edward James .
Delf¨ªn admira esa capacidad de los surrealistas para abrirse a otras disciplinas. En su caso, la moda no limita su campo de acci¨®n. En paralelo a sus colecciones de ropa, por ejemplo, ha trabajado en la imagen del Festival de Cine de M¨¢laga, asume proyectos discogr¨¢ficos o la direcci¨®n art¨ªstica de cortometrajes y es el autor del dise?o del nuevo modelo de Ford Focus.
En el Guggenheim montar¨¢ un desfile sin pasarela, que ocupar¨¢ el escenario del auditorio del Guggenheim con un espect¨¢culo de "im¨¢genes surrealistas". "M¨¢s que un desfile ser¨¢ una acci¨®n", explica Delf¨ªn. "Ser¨¢ una selecci¨®n de mis trabajos m¨¢s cercanos al surrealismo para despertar la sensibilidad y la fantas¨ªa de la gente".
La performance que prepara Delf¨ªn sera una sucesi¨®n de "impactos", fogonazos de moda acompa?ados de m¨²sica y de una escenograf¨ªa con la marca de la casa, que formar¨¢n un espect¨¢culo de poco m¨¢s de 30 minutos de duraci¨®n.
"El desfile, como la acci¨®n, es el resultado de una suma, un total en el que todo cuenta", explica Delf¨ªn. Su equipo prepara los detalles. No faltar¨¢ entre los modelos seleccionados para la presentaci¨®n en el Guggenheim su amiga Bimba Bos¨¦, a punto de presentar su primer disco como cantante.
"El casting es muy importante. Yo no elijo el prototipo de modelos, de m¨¢s de 1,80, y las caracter¨ªsticas que se imponen en la moda", prosigue. "Busco personas especiales, con chispa. Es algo dif¨ªcil de explicar con palabras, son modelos con un car¨¢cter propio. Muchas veces son amigos, no profesionales de la moda que acaban trabajando en alguna agencia. No es s¨®lo trabajo, acabamos teniendo relaciones muy estrechas".
La presentaci¨®n de su proceso de trabajo no responder¨¢ a un gui¨®n previo. Delf¨ªn quiere un encuentro directo con las personas interesadas, responder a sus preguntas, aclarar conceptos. "?Ni siquiera yo mismo s¨¦ c¨®mo es mi proceso creativo! Mi trabajo es an¨¢rquico; no sigo un patr¨®n y cada colecci¨®n tiene un camino diferente. Es una pulsi¨®n inconsciente", dice. "No voy a dar f¨®rmulas. Contar¨¦ mis experiencias en la elaboraci¨®n de las colecciones como una memoria de nuestro trabajo en los ¨²ltimos a?os".
El surrealismo no ha agotado el contacto de Delf¨ªn con el arte. Se reconoce m¨¢s cercano a artistas concretos como Joseph Beuys y Louise Bourgeois (fuente de inspiraci¨®n de algunas de sus creaciones), que a movimientos y escuelas. Douglas Gordon, Daniele Buetti o Gilliam Wearing, son otros nombres que le interesan, pero se muestra atento a cualquier manifestaci¨®n art¨ªstica. "La creatividad se agarra a cualquier superficie o soporte, sea la pintura, la fotograf¨ªa, el cine o el v¨ªdeo. Todos los soportes me interesan", asegura.
Sus proyectos han sido presentados en Reina Sof¨ªa, en la galer¨ªa Soledad Lorenzo y en el Centro de Arte Contempor¨¢neo de M¨¢laga. Su presencia en el Guggenheim en el marco de actividades de la exposici¨®n Cosas del surrealismo servir¨¢ para realizar una revisi¨®n de su trabajo despu¨¦s de una d¨¦cada de actividad, con 14 colecciones puestas en el mercado.
Delf¨ªn pertenece a los dise?adores que entiende la moda como una forma de expresi¨®n. "La moda puede ser mucho m¨¢s que algo con una utilidad determinada. Es ropa, pero tambi¨¦n una plataforma para mostrar tus inquietudes".
Acepta con reservas que la valoraci¨®n de la moda no alcance a la de la fotograf¨ªa, la pintura o el cine, pero le molesta que en el siglo XXI no se acepte como un soporte m¨¢s de la creatividad. "Yo no estoy inventando nada, muchos dise?adores de moda son considerados artistas". ?Qui¨¦nes? Delf¨ªn habla con admiraci¨®n del belga Martin Margiela y reconoce su inter¨¦s por el trabajo de Raf Simons, otro belga que s¨®lo dise?a colecciones masculinas. "Es moda, pero tambi¨¦n es arte", repite. Delf¨ªn acaba con una pregunta: "?Por qu¨¦ se intenta despojar a la moda de contenido?".
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