La agricultura, un sector estrat¨¦gico
La Conferencia sobre Seguridad Alimentaria Mundial de la FAO va a significar la certificaci¨®n oficial de la existencia de la crisis de precios y suministros de productos agr¨ªcolas y de alimentos que estamos padeciendo en los ¨²ltimos dos a?os.
Con independencia de la respuesta humanitaria necesaria para atender la dram¨¢tica situaci¨®n de la alimentaci¨®n de millones de personas, la Conferencia va a reforzar el car¨¢cter estrat¨¦gico de la agricultura y la alimentaci¨®n.
Se admite com¨²nmente que el suministro energ¨¦tico o las cuestiones territoriales y militares son cuestiones estrat¨¦gicas, pero se tiende a olvidar, sobre todo en los pa¨ªses desarrollados, que la alimentaci¨®n y la agricultura son tambi¨¦n elementos de la misma consideraci¨®n. Para hacer posible la existencia y organizaci¨®n de una sociedad humana, lo primero es garantizar su alimentaci¨®n.
En los pr¨®ximos 40 a?os, la producci¨®n de alimentos deber¨¢ duplicarse
Estamos en el mundo de la globalizaci¨®n, pero no est¨¢ garantizada la alimentaci¨®n de la poblaci¨®n. En el horizonte de las perspectivas abiertas por la crisis, la globalizaci¨®n no aporta las soluciones necesarias para la agricultura y la alimentaci¨®n.
Cabe preguntarse si una mayor orientaci¨®n al comercio mundial de alimentos es la soluci¨®n ante la crisis agroalimentaria tanto en los pa¨ªses en desarrollo como en los pa¨ªses desarrollados. No podemos olvidar que el 80% de los 3.000 millones de personas que se encuentran bajo el umbral de la pobreza viven en regiones rurales y principalmente son peque?os agricultores. Exponerlos sin m¨¢s a las vicisitudes del comercio internacional cada vez m¨¢s vol¨¢til no parece una soluci¨®n responsable.
La producci¨®n de alimentos depende de la climatolog¨ªa y los ciclos biol¨®gicos y a veces concurren circunstancias adversas en varias regiones que afectan a la oferta global. El cambio clim¨¢tico planea sobre estas dependencias con graves amenazas y retos para el futuro. En todo caso, peque?as variaciones al alza o a la baja de la oferta respecto a la demanda originan importantes incrementos de los precios o el hundimiento de los mismos. En ambos casos, la factura la pagan los sectores y pa¨ªses m¨¢s desfavorecidos.
Resulta claro que los pa¨ªses en desarrollo importadores de alimentos deben esforzarse en aumentar su producci¨®n local y regional para evitar la dependencia, m¨¢s que en producir para la exportaci¨®n. Los programas de ayuda al desarrollo y de cooperaci¨®n internacional deber¨ªan orientarse en ese sentido.
Parece evidente que ser¨¢ preciso incrementar la oferta mundial de alimentos y materias primas. Ante las previsiones de que para 2050 la poblaci¨®n mundial llegar¨¢ a 9.000 millones de personas, la producci¨®n de alimentos tendr¨¢ que aumentar, e incluso duplicarse. Nuevas inversiones, mejoras tecnol¨®gicas, uso razonable del agua en regad¨ªo, material gen¨¦tico adecuado, y en general, todo lo que corresponda al reto del I+D en laagricultura, puede y debe utilizarse de una forma compatible con el respeto al medio ambiente y la lucha contra el cambio clim¨¢tico.
Estos planteamientos afectan igualmente a los pa¨ªses desarrollados. Es leg¨ªtima su preocupaci¨®n de tener un cierto grado de autoabastecimiento y es conveniente su contribuci¨®n al comercio mundial y especialmente al abastecimiento de las poblaciones y pa¨ªses con mayores dificultades.
En los pa¨ªses desarrollados, esta contribuci¨®n a la producci¨®n de alimentos y a las dem¨¢s funciones de la agricultura sobre el territorio y el medio ambiente pasa por asumir sin complejos el car¨¢cter estrat¨¦gico de la agricultura. Ello implica la existencia de pol¨ªticas agrarias, de las que la Pol¨ªtica Agr¨ªcola Com¨²n (PAC) es la que nos corresponde a los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea y de la que nos podemos sentir leg¨ªtimamente orgullosos.
Tenemos una PAC coherente con el sentimiento de solidaridad de nuestra sociedad con los pa¨ªses en desarrollo, que recoge adem¨¢s otras preocupaciones como la gesti¨®n sostenible de los recursos naturales, el respeto al medio ambiente y al bienestar animal. La Uni¨®n Europea es el primer importador mundial de productos agrarios de pa¨ªses en desarrollo (por delante de EE UU, Jap¨®n, Canad¨¢ y Australia juntos). Importa el 80% de las exportaciones agrarias de ?frica, el 45% de las de Am¨¦rica Latina y el 60% de las exportaciones agrarias de los Pa¨ªses Menos Avanzados (PMA). Todo ello, con una tendencia creciente en la evoluci¨®n total de las importaciones agrarias.
Esta situaci¨®n es el resultado de un sistema de preferencias arancelarias que comienza por ofrecer de manera unilateral acceso libre a todas las importaciones provenientes de los Pa¨ªses Menos Avanzados a trav¨¦s del programa "Todo menos Armas" (EBA en sus siglas en ingl¨¦s) aprobado en febrero de 2001 y que adem¨¢s se complementa ofreciendo preferencias a los pa¨ªses en funci¨®n de su grado de desarrollo (Acuerdos de Partenariado Econ¨®mico, Sistema de Preferencias Generalizadas, entre otras iniciativas).
Adem¨¢s, la PAC reformada ha disminuido radicalmente las ayudas que distorsionan el comercio y ha renunciado a subvencionar exportaciones. Por otra parte, el C¨®digo de buenas pr¨¢cticas agrarias y las condiciones requeridas para poder recibir ayudas garantizan la contribuci¨®n de la agricultura al desarrollo sostenible de nuestras regiones rurales. Con todo ello, tenemos una PAC que ha sabido responder a las cr¨ªticas del pasado y que contin¨²a su proceso de adaptaci¨®n para responder a los retos del futuro.
El coste de la PAC est¨¢ en consonancia con las funciones y servicios que realiza la agricultura, especialmente despu¨¦s de los ajustes y esfuerzos de simplificaci¨®n que se vienen realizando con las ¨²ltimas reformas. La gesti¨®n del gasto de la PAC es un ejemplo de transparencia.
Pero m¨¢s importante que el debate sobre el coste de la PAC y las pol¨ªticas agrarias es que los ciudadanos est¨¦n convencidos de las funciones y servicios que les presta la agricultura y de la necesidad de abandonar estereotipos caducados. Que la agricultura sea una de las actividades m¨¢s antiguas de la civilizaci¨®n no quiere decir que no haya hecho un esfuerzo de evoluci¨®n, adaptaci¨®n e incorporaci¨®n de todo tipo de tecnolog¨ªas, que permiten mantener una actividad econ¨®micamente viable y medio ambientalmente sostenible. El oficio de agricultor es una actividad digna de toda consideraci¨®n personal, profesional y social.
Elena Espinosa Mangana es ministra de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
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