Los vecinos afectados exigen la canalizaci¨®n del Gobelas

"Nos mudamos. No s¨¦ d¨®nde iremos, pero s¨ª d¨®nde no acabaremos: en otro bajo". Ignacio no ha podido ver en las noticias c¨®mo Miren Azkarate trataba de explicarle por qu¨¦ su piso se inund¨® la madrugada del domingo sin que nadie le avisara. Si no ha visto los apuros de la portavoz del Gobierno al avalar la gesti¨®n de la crisis ha sido, b¨¢sicamente, porque su televisor, un precioso LG, pantalla plana de 32 pulgadas, descansaba sobre la encimera. Y si no ha podido escuchar sus palabras en la radio ha sido porque el loro lo puso sobre la nevera, con el ordenador, sobre la tele, sus tres bienes m¨¢s preciados, los primeros que coloc¨® lejos del alcance del r¨ªo Gobelas, que hoy baja t¨ªmido y discreto al otro lado de la carretera, pero que la noche de autos convirti¨® en una piscina ol¨ªmpica los 50 metros que le separan del bajo de la Avenida de los Chopos que Ignacio comparte, compart¨ªa, con Itxaso.

"Nos mudamos", dice Ignacio, "y es una pena. Era el piso ideal. Bien situado, 60 metros, coqueto, 800 euros al mes... Llevamos aqu¨ª un a?o, y nos quedan cuatro m¨¢s de alquiler, pero nos vamos. El agua ha destrozado el suelo, ha deformado las puertas, ha estropeado la lavadora, el horno, los radiadores... Es mucho jaleo. Ya he mirado cinco pisos. Todos son m¨¢s caros, pero ninguno es un bajo", se resigna, e introduce el televisor en su Golf, estacionado sobre la acera. "?S¨®lo falta que me multen los mismos que no me avisaron!", debe de mascullar.

"Nadie nos avis¨®", protesta. "Llegamos a la una de Sopelana. Ya hab¨ªa balsas de agua, pero un voluntario de la Cruz Roja nos dijo que lo peor ya hab¨ªa pasado. As¨ª que nos metimos en ese bar hasta que, a las cuatro, nos avisan de que el r¨ªo lleva rato desbordado". El relato de Ignacio coincide con el de todas las personas a las que este peri¨®dico pregunt¨® ayer en una de las zonas m¨¢s afectadas, frente al polideportivo de Fadura. "La Er-tzaintza y los municipales se pusieron en los dos extremos de la calle, impidiendo el paso, pero nadie pas¨® por aqu¨ª para hacer algo tan sencillo como avisar por el meg¨¢fono. Se habr¨ªan evitado muchos da?os materiales, sobre todo de coches, y mucha mala leche", dice Jes¨²s, y a lomos de una gr¨²a pasa un espectacular Mercedes E320 CDI que, tras el lodo, se intuye negro. El veh¨ªculo parece reci¨¦n salido de una de esas ci¨¦nagas que la mafia reserva para las largas vacaciones de los clanes rivales.

"Lo de Azkarate ha sido una verg¨¹enza", dice una vecina. "Lo menos que esperaba era que el Gobierno nos diera una explicaci¨®n clara de lo ocurrido, que estuviera m¨¢s al d¨ªa, pero ha sido decepcionante", asegura Jaime a la salida de la reuni¨®n que cien vecinos de Getxo y Berango afectados por el desbordamiento del Gobelas mantuvieron en la casa de cultura de Villamonte. Los convocantes declinaron el ofrecimiento de Koldo Iturbe y Joseba Arregi, concejales peneuvistas de Getxo, para asistir a la cita por temor a que la reuni¨®n se convirtiera en una sucesi¨®n de insultos y reproches.

Pese a que la indignaci¨®n por la "nula previsi¨®n" y la "nefasta gesti¨®n" de la crisis era un¨¢nime, la reuni¨®n gir¨® en torno a otros dos aspectos, no menos angulares.

Por un lado, se explic¨® a los afectados el modo en que han de ejercer y reivindicar los muchos derechos que les asisten (limpieza municipal, indemnizaci¨®n por da?os, ya fueran individuales o comunitarios, realojo en los casos m¨¢s graves...). Y, por el otro, los propios vecinos instaron a los all¨ª presentes a movilizarse para exigir "al Ayuntamiento y a la Diputaci¨®n" que adopten, "de una vez por todas", las medidas necesarias para que el desbordamiento del Gobelas, "un episodio que se repite de forma c¨ªclica", no se d¨¦ nunca m¨¢s. "Exigimos su canalizaci¨®n. Que se dejen de hacer presas y estanques. Parece que los patos les importan a los pol¨ªticos m¨¢s que las personas", protest¨® un vecino de Aldapas. "Y que cesen de una vez los vertidos y rellenos ilegales", acus¨® otro.

En la reuni¨®n se comunic¨® a los afectados que las autoridades ser¨¢n flexibles con el plazo de siete d¨ªas previsto para la declaraci¨®n de da?os y la solicitud de indemnizaciones, pero se les advirti¨® de que "va a ser complicado cobrar, y mucho m¨¢s cobrar r¨¢pido". El Ayuntamiento calcula en tres meses el plazo del cobro de las mismas.