Burocracia del siglo XIX para una urgencia del XXI

Ante un sistema incapaz de facilitar suficientes m¨¦dicos en el sitio adecuado, los gestores sanitarios han vuelto sus ojos a los facultativos extranjeros. El sistema sanitario vive en una contradicci¨®n que ya se ha convertido en urgencia: no logra retener a los profesionales espa?oles, que se marchan por miles a pa¨ªses como Reino Unido, Portugal y escandinavos; y tiene que suplirles agilizando la entrada de profesionales extranjeros, sobre todo latinoamericanos.

Pero la idea de facilitar las homologaciones de t¨ªtulos -puesta sobre la mesa por Catalu?a- choca con la necesidad de extremar las garant¨ªas y con el conflicto ¨¦tico de arrebatar m¨¦dicos a pa¨ªses m¨¢s pobres que les han formado, y que les necesitan. En plena era de la comunicaci¨®n global, los extranjeros necesitan en Espa?a entre seis meses y dos a?os para homologar.

Catalu?a propone agilizar la validaci¨®n de t¨ªtulos, no suavizarla

El proceso puede durar cuatro a?os, dice un ginec¨®logo colombiano

Y otro argumento para el debate: Los colegios profesionales opinan que lo que ha fallado es la rigidez del sistema, que impide la movilidad de los m¨¦dicos formados en Espa?a entre las distintas comunidades.

Pero hay otro modelo que s¨ª funciona: el Reino Unido ha firmado acuerdos bilaterales con otros pa¨ªses -entre ellos Espa?a- que facilitan la contrataci¨®n en origen y la homologaci¨®n instant¨¢nea de los t¨ªtulos. Portugal tambi¨¦n ha seguido sus pasos. La soluci¨®n no es tan dif¨ªcil como parec¨ªa.

Algunas comunidades sienten una angustiosa falta de personal. La ¨²ltima ha sido Catalu?a, quien pide m¨¦dicos para cubrir el aumento de la demanda de verano, y propone buscarlos acortando el plazo de las homologaciones. Pero la idea, en la que ha coincidido incluso el ministro de Sanidad, Bernat Soria, tiene una dif¨ªcil puesta en pr¨¢ctica. Con la salud no se juega, y que un titulado en otro pa¨ªs ejerza en Espa?a es una carrera de obst¨¢culos. Aunque hagan falta, cada a?o menos de 250 profesionales extranjeros consiguen homologar el t¨ªtulo de especialista, seg¨²n los c¨¢lculos de este peri¨®dico a partir de los datos del antiguo Ministerio de Educaci¨®n y Ciencia y el de Sanidad.

Ello no quiere decir que no haya muchos m¨¢s que lo intenten. El n¨²mero de licenciados extranjeros reconocidos cada a?o ronda los 2.000. Son la punta del iceberg de una cifra no determinada de solicitantes que, ante la dificultad del papeleo, esperan para presentar los documentos para la homologaci¨®n.

Pero sin especialidad el t¨ªtulo de m¨¦dico sirve para poco. S¨®lo en Catalu?a se calcula que un tercio de los nuevos colegiados son extranjeros. Aunque colegiarse no quiere decir trabajar. Es un requisito previo. En Espa?a hay m¨¢s de 200.000 m¨¦dicos colegiados, seg¨²n el Instituto Nacional de Estad¨ªstica, pero s¨®lo hay unos 105.000 que trabajen en la salud p¨²blica.

Ayer, la Generalitat catalana explic¨® que un nuevo decreto permitir¨¢ reconocer con agilidad las especialidades, sin que eso suponga una modificaci¨®n de los procesos de homologaci¨®n. Estos especialistas pasar¨¢n por los mismos procedimientos, pero la comisi¨®n se reunir¨¢ m¨¢s veces al a?o y en la evaluaci¨®n participar¨¢n tambi¨¦n las comunidades aut¨®nomas. "El objetivo es evitar que sea un coladero de especialistas que no tengan garant¨ªas", afirma el director del Instituto de Estudios de la Salud, Mateu Huguet.

El presidente del Colegio de M¨¦dicos de Barcelona, Miquel Bruguera, asegura que el problema radica en que cada pa¨ªs tiene su forma de homologar las especialidades. "La norma actual quiere ser tan perfecta que al final resulta poco pr¨¢ctica", afirma.

Ni siquiera los m¨¦dicos de la UE, que s¨®lo tienen que acreditar su formaci¨®n, lo tienen f¨¢cil: verificar sus t¨ªtulos puede llevar m¨¢s de seis meses. Hay otros pa¨ªses que tienen acuerdos de reconocimiento mutuo. Pero de ellos salen pocos profesionales. El resto, empezando por los latinoamericanos -los m¨¢s numerosos- deben pasar por distintas cribas.

Para cada uno de ellos los requisitos son distintos: desde la mera homologaci¨®n de papeles a pruebas espec¨ªficas para verificar aspectos de su formaci¨®n que los responsables espa?oles consideran que no se cubren adecuadamente en su curr¨ªculo. Un proceso que puede llevar m¨¢s de dos a?os. La comisi¨®n de especialidades se re¨²ne dos veces al a?o, y hay que estudiar los expedientes, validar los documentos y hacer los ex¨¢menes pertinentes (pr¨¢cticamente, uno por cada nacionalidad).

Por todo este tr¨¢mite pas¨® Daniel Alberto Bozzini. Este psiquiatra trabaja en el hospital catal¨¢n de la Vall d'Hebron. Para llegar hasta aqu¨ª han sido necesarios muchos pasos. Bozzini considera que, pese a todo, ha tenido suerte: convalidar su t¨ªtulo de m¨¦dico y su especialidad en psiquiatr¨ªa le cost¨® menos de dos a?os. "Para homologar el t¨ªtulo existen convenios entre pa¨ªses, por ejemplo, entre los de habla hispana y Espa?a. En cambio, para revalidar la especialidad no existen convenios", explica Bozzini, quien antes de establecerse en Barcelona ya realiz¨® unas pr¨¢cticas de seis meses en el hospital de Bellvitge.

"Si no te homologan la especialidad tienes menos posibilidades de conseguir trabajo", asegura este italo-argentino. "Uno tiene que hacer muchos tr¨¢mites en su propia universidad. La mitad del tiempo se consume en el pa¨ªs de origen y los tr¨¢mites se realizan de ministerio a ministerio". Este psiquiatra recuerda que los comit¨¦s que revalidan las especialidades no se re¨²nen todos los d¨ªas y que no todo el mundo presenta correctamente los papeles. "Seg¨²n mi experiencia, s¨®lo 1 de cada 10 personas obtiene la rev¨¢lida".

El expediente de Joan Gabriel Fern¨¢ndez Delgado fue el m¨¢s ordenado y el m¨¢s completo. Un ejemplo a seguir de un hombre meticuloso que desde el minuto cero del primer a?o de residencia apuntaba en un cuaderno todos los procedimientos y visitas a pacientes que realizaba. Este ginec¨®logo colombiano estudi¨® en Popay¨¢n el pregrado en medicina y cirug¨ªa y el posgrado en ginecolog¨ªa y obstetricia. "En 1993, apenas me gradu¨¦ como m¨¦dico, empec¨¦ la homologaci¨®n para obtener el equivalente espa?ol de licenciado en medicina. En ese momento tardaron tres meses", explica.

"En 1998 obtuve la especialidad en Colombia y un a?o despu¨¦s present¨¦ mis documentos. El problema es que la especialidad all¨ª son tres a?os y aqu¨ª en Espa?a cuatro. Por eso, te exigen dos a?os de trabajo por el a?o de menos que hacemos en el pa¨ªs de origen, sin tener en cuenta que el residente de primer a?o de Colombia tiene un gran bagaje". En 1999 Fern¨¢ndez logr¨® convalidar su especialidad nueve meses despu¨¦s de solicitarla. Con los a?os los procesos se han alargado en el tiempo. Y este ginec¨®logo tiene la prueba. Su hermana y su cu?ado, con la misma formaci¨®n que ¨¦l en Popay¨¢n, tardaron cuatro a?os en obtener los mismos papeles.

Pero la soluci¨®n de buscar m¨¢s m¨¦dicos extranjeros no satisface a los colegios de facultativos. El secretario de la Organizaci¨®n M¨¦dica Colegial, Juan Jos¨¦ Rodr¨ªguez Send¨ªn, cree que lo anunciado por Catalu?a es una manera de llamar la atenci¨®n ante unas necesidades que nadie cubre. "Es cierto que la Ley de Ordenaci¨®n de las Profesiones Sanitarias [LOPS] abre la posibilidad de homologar t¨ªtulos, pero s¨®lo si se cumplen ciertos requisitos".

Rodr¨ªguez Send¨ªn no oculta su irritaci¨®n ante "la supuesta falta de m¨¦dicos", que ¨¦l atribuye a un mal reparto y a los problemas de movilidad: "Es m¨¢s f¨¢cil para un m¨¦dico catal¨¢n hacer guardias en Francia que en Arag¨®n", dice. Para los extranjeros, Rodr¨ªguez Send¨ªn propone crear un "espacio provisional de supervisi¨®n". As¨ª podr¨ªan ejercer durante un a?o, por ejemplo, "a prueba con garant¨ªas", vigilados por especialistas o por los colegios, que emitir¨ªan una evaluaci¨®n al final.

Send¨ªn afirma que las condiciones del trabajo hacen que los m¨¦dicos se vayan de Espa?a. Es lo que le pas¨® a Mar¨ªa Consuelo Fern¨¢ndez-G¨®mez, quien se licenci¨® en 2000 en la Universidad Aut¨®noma de Madrid. "Entonces las cosas estaban mal y trabajaba en lo que pod¨ªa. Llegu¨¦ a tener hasta 10 o 12 contratos a la vez haciendo sustituciones". En 2004 se acogi¨® al programa de captaci¨®n de m¨¦dicos del Reino Unido, informa Walter Oppenheimer. "Las condiciones eran muy buenas en aquel momento", explica desde el Zetland Medical Centre, en Marske-by-the-Sea, al norte de Inglaterra. Un m¨¦dico de la Seguridad Social brit¨¢nica gana entre 70.000 y 76.000 euros al a?o, frente a los 21.000 que pod¨ªa ganar en Espa?a, dice. Ahora es socia del consorcio para el que trabaja. Aunque est¨¢ contenta en Inglaterra, la morri?a le hace ser prudente su futuro. "Echo de menos el tiempo, el estilo de vida, la comida y la familia que se qued¨® en Espa?a", reconoce.

En el Reino Unido hay ahora 1.091 m¨¦dicos registrados que cursaron sus estudios en Espa?a. El pa¨ªs firm¨® convenios bilaterales con Espa?a, la India y China y convenios parciales con Filipinas y Sur¨¢frica para importar m¨¦dicos, pero a medida que las universidades brit¨¢nicas van licenciando miles de nuevos m¨¦dicos al a?o se van cerrando las puertas para los profesionales extranjeros