La forja del rebelde Jos¨¦ Tom¨¢s
Un recorrido por la vida del diestro, desde las novilladas a su apote¨®sica reaparici¨®n en Las Ventas
Para hablar con propiedad de Jos¨¦ Tom¨¢s hay que remontarse a finales de los ochenta. Con apenas doce a?os su abuelo Celestino se empe?aba en bajar los domingos a Las Ventas desde Galapagar para que su nieto presenciara corridas y novilladas. Para saber si el chiquillo ten¨ªa lo que hay que tener, el abuelo le llev¨® a un tentadero. Fue capaz de ponerse delante de una becerra. Con envidiable quietud y una gran facilidad para lancear a pies juntos.
Primer tercio
La ruta hacia la cumbre
Entonces a¨²n le tiraba m¨¢s el f¨²tbol, y sobre todo su Atleti. Fue en casa de su familiar Victorino Mart¨ªn cuando se atrevi¨® a torear un toro cinque?o de la ganader¨ªa, vestido con una sencilla camisa a cuadros y de un valor tan puro como su concepto taurino.
Debut¨® en una novillada de la feria de Valdemorillo de 1991 en la que Jos¨¦ Tom¨¢s deslumbr¨® a los espectadores. Desde ese d¨ªa y con muchas dificultades, su ruta hacia la cumbre tuvo un primer escal¨®n marcado por la negativa familiar a que para torear tuviera que pagar, pr¨¢ctica tan frecuente como inmoral y sustentada en la poca ¨¦tica de quienes se hacen llamar empresarios.
M¨¢s tarde le ofrecieron ir a M¨¦xico a curtirse como novillero, y, como acompa?ante, se puso un banderillero avezado y genial de nombre Antonio Corbacho, que iba a moldear al torero a su imagen y semejanza. Forjar¨¢ a un rebelde, esculpir¨¢ la materia p¨¦trea de todo un hombre en las plazas de M¨¦xico, que iba andando hasta los cercados, volv¨ªa a pie de los tentaderos y sab¨ªa lo qu¨¦ es no tener ni para comer una quesadilla.
Fue en la bonita plaza de Aguascalientes donde un novillo mexicano le produjo el bautismo de sangre, pocas semanas antes de su debut en la plaza M¨¦xico. Regres¨® a Espa?a para torear dos novilladas en Valencia y Barcelona. El 24 de septiembre de 1995 sali¨® a hombros de Las Ventas. Para agradecer la generosidad de M¨¦xico, Jos¨¦ Tom¨¢s acept¨® el ofrecimiento de la Monumental y fue all¨ª donde el 10 de diciembre de 1995 Jorge Guti¨¦rrez le concedi¨® el rango de matador de toros, en presencia de Manolo Mej¨ªa.
En 1996 sufri¨®, reci¨¦n ascendido de categor¨ªa, la m¨¢s grave cornada de su vida profesional: un toro de Bego?a le parti¨® la femoral en la plaza mexicana de Autl¨¢n de la Grana. En la enfermer¨ªa se vivieron momentos de intenso dramatismo. Recuperado, confirm¨® su alternativa en Las Ventas de mano de Ortega Cano y con Jesul¨ªn de testigo.
Primera temporada triunfal. Segunda temporada de ratificaci¨®n de cuanto se preve¨ªa. Se hizo hueco en el cartel con los mejores. Se sucedieron hasta 1999 los triunfos. En este ¨²ltimo a?o, Ponce consigui¨® aliarse con el novel El Juli para juntos formar pareja y parar el vendaval Tom¨¢s. Fue entonces cuando prescindi¨® de sus apoderados y rechaz¨® la oferta que el poder taurino por excelencia le formul¨®: los Hermanos Lozano le ofrec¨ªan el oro y el moro pero Jos¨¦ Tom¨¢s prefiri¨® la independencia y la rebeld¨ªa para seguir su camino, sin plegarse a la conveniencia de los grandes.
Desde ese d¨ªa, y pese a que Jos¨¦ Tom¨¢s sigui¨® cosechando clamorosos ¨¦xitos en plazas decisivas como Las Ventas de Madrid y La Maestranza de Sevilla, se inici¨® tanto un cierto declive en su ambici¨®n como cierta revisi¨®n de su concepto taurino. Y en septiembre de 2002, cuando en su ¨¢nimo hab¨ªan pesado tambi¨¦n las batallas y las heridas de los despachos, Jos¨¦ Tom¨¢s se retir¨®.
Segundo tercio
El silencio de un matador
Es su reencuentro con la vida. La amistad con intelectuales como Boadella, Arcadi Espada, Vicente Amigo o Joaqu¨ªn Sabina forja una nueva persona y fragua un misterio. Su soledad en la casa malague?a de Estepona se palia con el ejercicio del f¨²tbol sala, del esparcimiento soleado, con el placer del anonimato y con la delicia de no ser quien es. Son cinco a?os de muchos viajes a M¨¦xico -como Manolete- para encontrar all¨ª el sentido de la amistad, la lejan¨ªa del mezquino ambiente taurino espa?ol, y el placer de compartir con su amor un nuevo hogar en el campo cercano a Aguascalientes.
Pasan los a?os y en su ausencia se consolida el conservadurismo en el negocio, se hace pol¨ªticamente correcto el poder¨ªo sin clase, el pellizco sin valor, la casta sin arte, y las empresas gozan de aquellos beneficios at¨ªpicos surgidos de los derechos de televisi¨®n administrados con sigilo.
T¨¦rcer tercio
La victoria comprometida
Tom¨¢s anuncia su regreso en la primavera de 2007, apoderado por un periodista y m¨²sico, y para acreditar su compromiso con la sociedad, con la fiesta amenazada, decide hacerlo en la Monumental de Barcelona, v¨ªctima propiciatoria de la lenta agon¨ªa del toreo en Catalu?a.
Jos¨¦ Tom¨¢s reaparece en Barcelona el 17 de junio de 2007 y lo hace para devolver al toreo unos principios de calidad y verdad frente a cantidad y mixtificaci¨®n. El clamor unific¨® a partidarios y a simples espectadores y Jos¨¦ Tom¨¢s tom¨® una bandera. Asumi¨® el eterno compromiso de los valientes y los privilegiados. Y como era de esperar desde ese d¨ªa tuvo enfrente a los suyos. Empresarios, periodistas y ciertos compa?eros de la mediocridad se dedicaron a difundir mentiras, a socavar su prestigio taurino y social, a tildarle de todo con tal de que su pujanza, pureza y verdad no arrasara a sus mediocres clientes, acampados en las trincheras del acuerdo y la mesa compartida.
Fueron s¨®lo diecis¨¦is corridas de toros, bautizadas burlonamente en los medios como la tourn¨¦e como si de una vedette se tratara. Y Jos¨¦ Tom¨¢s arras¨®, devolvi¨® la emoci¨®n a los ruedos, la sensaci¨®n de riesgo perdida, la trascendencia de una generosidad corporal s¨®lo al alcance de los de valor aut¨¦ntico. Decidi¨® regresar sin acceder a hablar con los medios y de nuevo a impedir que con su sangre y sus cicatrices se lucraran los mercaderes del templo.
En 2008 el objetivo era conquistar Madrid para la causa del sincero entusiasmo, devolver a los aficionados el placer de viajar detr¨¢s de un torero y a quienes se hab¨ªan alejado de las plazas hartos de tanta figura de la geometr¨ªa euclidiana y de la regla y el cartab¨®n -eso s¨ª, a prudente distancia del toro para que ¨¦ste no tuviera la ocurrencia de pasar cerca de la taleguilla del artista-.
Y as¨ª sedujo a las plazas de Castell¨®n y Valencia en febrero y marzo, a Jerez, Granada y C¨®rdoba en mayo, y por fin Jos¨¦ Tom¨¢s reconquist¨® el Madrid de su infancia. El jueves, 5 de junio de 2008, devolvi¨® a la afici¨®n la unanimidad perdida en torno a la verdad. Y el pr¨®ximo d¨ªa 15, otra vez en Las Ventas, el clamor ser¨¢ de nuevo la esperanza de que el toreo ha encontrado un valedor ante tanto incr¨¦dulo, un aut¨¦ntico creador capaz de comprometerse con su misma entra?a y un hombre sencillo, ajeno a la hoguera de la vanidad, que hoy disfruta de su bien ganada soledad en las finas arenas de la playa.
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