"Casi perfecto"
Nadal y Federer se citan por tercer a?o consecutivo en la final tras una exhibici¨®n del espa?ol ante Djokovic
Fue una advertencia voceada con raqueta. Rafael Nadal jugar¨¢ ma?ana contra Roger Federer la final de Roland Garros. El espa?ol, tricampe¨®n invicto, protagonizar¨¢ por tercer a?o consecutivo el partido decisivo con el suizo. Su semifinal de ayer, sin embargo, fue mucho m¨¢s que una parada en el camino. Nadal se reivindic¨® como tenista de tardes grandes y mantuvo su condici¨®n de n¨²mero dos del mundo frente a Novak Djokovic (6-4, 6-2 y 7-6 (3)). Fue un aviso. Federer llega mordiendo. "Estoy convencido de que este es mi a?o", dijo. Y Nadal, avisando: s¨®lo ¨¦l fue capaz de describir con exactitud su tarde de carga, rodillo y conquista sobre el n¨²mero tres.
"Us¨® mis errores como un sabio", dijo el serbio cabizbajo. "Jug¨® su mejor partido de siempre en Par¨ªs", resumi¨® Toni Nadal, su t¨¦cnico. "Estuvo impresionante", opin¨® Borg, el campe¨®n de leyenda. Nada de eso, sin embargo, fotografi¨® con precisi¨®n los dos primeros sets del mallorqu¨ªn ante las sillas vac¨ªas de la Philippe Chatrier. Fueron como un cataclismo. Nadal pis¨® la roja arena, adelant¨® su l¨ªnea de juego unos metros y domin¨® desde dentro con br¨ªo y resabios de maestro. El espa?ol convirti¨® la pista en una posibilidad: mezcl¨® su implacable drive con un rev¨¦s cruzado endemoniado. Maniat¨® a Djokovic, que no propuso nada. Y vol¨® a lomos de su ritmo alt¨ªsimo de juego. Fue un tenista tremendo. Nadal y Borg en uno. Un campe¨®n que jug¨®, en sus propias palabras, "casi perfecto".
La victoria dej¨® al mallorqu¨ªn en la final, que jugar¨¢ ante Federer, vencedor de Monfils (6-2, 5-7, 6-3 y 7-5), y asegur¨® su puesto de n¨²mero dos hasta Wimbledon. Sus dos primeros sets merecen un homenaje. Sus problemas al cierre del partido, una reflexi¨®n. "Hacerlo mejor es dif¨ªcil", explic¨®. Ese casi, dos juegos mal resueltos al servicio en la tercera manga, estuvo a punto de meterle en un berenjenal: pas¨® de dominar 3-0 a enfrentarse a un punto de set y lograr la victoria en la muerte s¨²bita.
Lo que pudo ser un problema acab¨® en motivo de amistosa broma. Ocurri¨® nada m¨¢s acabar el encuentro. Se acerc¨® un se?or con gorra a Toni Nadal, le estrech¨® la mano y comenz¨® a hablar a trompicones mientras sus espesas cejas se mov¨ªan al ritmo de sus labios: "Tie break! Tie break!", repet¨ªa sobre el final del encuentro. "Tie break!, pero felicitaciones". El se?or se march¨® entre risas, arrastrado por la marabunta de invitados que encabezaba El Cordob¨¦s. Federer calentaba con Monfils. Y su padre, el orondo se?or de la gorra, quer¨ªa escuchar el rugido de la pista, a Francia con Monfils, al nuevo Noah reban¨¢ndole un set a su chico, aunque ya barruntara una nueva final entre los dos mejores del mundo.
"He estado meses esperando esto", dijo Federer. "Siento que tengo la t¨¢ctica, el juego y el f¨ªsico necesarios para ganar". Antes de la final, la advertencia de Toni Nadal. "Rafa ha jugado incre¨ªble hasta el 3-0 del tercer set, fallando muy poco y tirando muy bien de los dos lados", analiz¨® su t¨¦cnico; "estuvo muy bien estrat¨¦gicamente. Constantemente, hacia la derecha o la izquierda, tiraba un golpe ganador. Estaba ganando muy f¨¢cil a un jugador incre¨ªble". "Luego se par¨® un poco", reconoci¨®; "al final, hemos pasado apuros, una bola de set en contra... Se complic¨®. Tuvimos un poco de suerte".
Nadal busca los cuatro t¨ªtulos seguidos de Borg. Federer, coronarse como campe¨®n de los cuatro grandes. Para empezar, un adelanto: Vivi Ruano y Anabel Medina ganaron ayer el t¨ªtulo de dobles ante Delacqua y Schiavone (2-6, 7-5 y 6-4).
Borg se rinde al campe¨®n
Aparece Bj?rn Borg, el dictador del tenis, y se detienen todas las estrellas. Pasa Boris Becker, el altivo ex campe¨®n de Wimbledon, e interrumpe su zancada para saludar al hombre que gan¨® seis t¨ªtulos de Roland Garros. Viene el amable Sergi Bruguera, tres veces coronado en Par¨ªs, y se funde en un abrazo con el tenista imparable que conquist¨® Wimbledon cinco a?os seguidos. Borg es el patr¨®n de los grandes ex jugadores. Y cuando ¨¦l habla, se detienen los campeones. "Para m¨ª, Nadal est¨¢ jugando incre¨ªblemente bien", reflexionaba ayer el tit¨¢n sueco; "es muy consistente, no comete fallos, y eso es muy duro para sus rivales, porque saben que realmente deben ganar cada punto, que Rafa no se los va a dar gratis. Est¨¢ muy fuerte. Para ganarle, yo tendr¨ªa que dar lo mejor de m¨ª".
La comparaci¨®n entre Nadal y Borg, el hombre de hielo, es inevitable. Borg gan¨® cuatro Roland Garros seguidos, seis a lo largo de toda su carrera. Y Nadal, el chico que s¨®lo le ha visto jugar en v¨ªdeo, el ogro de la arcilla que le asocia a la televisi¨®n y a los parones por la lluvia en Wimbledon, puede igualar ma?ana su marca de t¨ªtulos consecutivos. Cuatro.
"Me impresiona cada vez que le veo jugar", confiesa el sueco. "Est¨¢ jugando al m¨¢ximo. En el partido contra Djokovic, se pod¨ªa ver cuant¨ªsima confianza tiene en s¨ª mismo y en su manera de jugar. A veces siento que ¨¦l piensa que puede hacer cualquier cosa. ?Es tan grande y fuerte en la pista!". ?Se ve reflejado? "S¨ª", contesta. "Tiene buenos golpes, se mueve bien, es f¨ªsica y mentalmente fuerte, y puede estar ah¨ª fuera durante mucho tiempo. No regala nada... Va a ganar muchas m¨¢s veces Roland Garros. Tiene una muy buena posibilidad de ganarlo m¨¢s veces que yo, porque es muy joven. Si tiene la motivaci¨®n y se mantiene lejos de las lesiones...".
El sueco se marcha con su dorada cabellera encanecida. No se escandaliza ante el paralelismo. Bj?rn Borg tiene heredero. Y su delf¨ªn, admirador de leyenda. "Nunca vi a Nadal jugar mal sobre arcilla".
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