15 ni?as en pago por un burro
Dos clanes de Pakist¨¢n resuelven con matrimonios forzados ocho a?os de disputas
Pakist¨¢n, pese a ser uno de los pocos pa¨ªses del mundo capaz de fabricar armas nucleares, sigue socialmente anclado en el feudalismo m¨¢s arcaico. Muchas de sus tribus valoran m¨¢s a los animales dom¨¦sticos que a las mujeres, como ha puesto de manifiesto la decisi¨®n adoptada por un consejo de notables locales (yirga) de la provincia de Baluchist¨¢n de saldar una vieja disputa entre clanes con la entrega de 15 v¨ªrgenes de entre tres y 10 a?os de edad.
El enfrentamiento lo desat¨® hace ocho a?os un perro del clan de los qalandari, que mordi¨® a un burro de los chakrani. El can deb¨ªa de tener rabia y el asno muri¨®. Desde entonces, estos dos clanes se han enzarzado en una pelea sin sentido que ha costado la vida a 13 personas: 11 qalandaris y un hombre y una mujer chakranis. La yirga pretend¨ªa con su intervenci¨®n acabar con el derramamiento de sangre para lo que recurri¨® a su m¨¢s ancestral sentencia: el ofrecimiento de imp¨²beres en matrimonio sin tener en cuenta la edad de los hombres con los que se desposar¨¢n.
Cada d¨ªa la sociedad paquistan¨ª est¨¢ m¨¢s en contra de esta barbarie
El trato las convierte en esclavas, situaci¨®n que viven muchas mujeres paquistan¨ªes
La pelea entre los dos clanes ha costado la vida a 13 personas
Los dos clanes pertenecen a la tribu bugti, una de las 130 tribus que pueblan el ind¨®mito territorio baluchistano, donde cinco grupos armados se disputan con el Ej¨¦rcito de Pakist¨¢n el control de las enormes reservas de gas de esta provincia, la mayor del pa¨ªs (347.190 kil¨®metros cuadrados), la menos poblada (10 millones de habitantes) y la m¨¢s atrasada.
El veredicto de la yirga se ajusta al dictado en 2002 por el entonces jefe de la tribu Nawab Akbar Jan Bugti, quien para apagar el desenfreno de muertes organizado por los chakrani tras el fallecimiento de su burro, mult¨® a ¨¦stos con el pago de cuatro millones de rupias (unos 40.000 euros) y la "entrega en matrimonio de una ni?a por mes". Los qalandari, como due?os del perro rabioso, deb¨ªan pagar una multa de 12.000 euros. Los chakrani no aceptaron.
El asesinato por los servicios secretos paquistan¨ªes de Nawab Akbar Jan Bugti, en agosto de 2006, puso a la tribu, a la que pertenecen unas 200.000 personas, en mayores dificultades. La necesidad de pacificar a sus clanes para tener una estrategia com¨²n ante las negociaciones con el nuevo Gobierno democr¨¢tico paquistan¨ª, llev¨® a la yirga a reunirse para buscar una soluci¨®n definitiva al conflicto. De acuerdo con la tradici¨®n, opt¨® porque las ni?as pagaran la deuda de sangre y sellaran con su sacrificio la reconciliaci¨®n entre chakranis y qalandaris.
La brutal sentencia, sin embargo, ha levantado ampollas en los sectores m¨¢s progresistas de Pakist¨¢n. El diario Dawn, que se publica en Karachi, la capital financiera del pa¨ªs, fue el que desvel¨® la noticia, el pasado 31 de mayo. Seg¨²n Dawn, las ni?as deb¨ªan desposarse en su mayor¨ªa con hombres mayores de 50 a?os. En realidad, el trato las convierte en esclavas de los maridos, una situaci¨®n que viven muchas mujeres paquistan¨ªes, tanto de las zonas tribales como de las zonas rurales de las cuatro provincias del pa¨ªs. Mujeres y ni?as forzadas por sus familias a casarse con desconocidos.
Este prestigioso peri¨®dico es el medio paquistan¨ª que m¨¢s lucha contra el feudalismo de la sociedad, a trav¨¦s de la publicaci¨®n de noticias sobre el pago de deudas de sangre, el tr¨¢fico, el maltrato, el secuestro y el asesinato de mujeres y de ni?os.
Una vez hecho p¨²blico el veredicto del consejo de notables, la Comisi¨®n de Derechos Humanos de Pakist¨¢n ha pedido no s¨®lo la anulaci¨®n de la decisi¨®n, sino tambi¨¦n el "inmediato encarcelamiento de todos los que participaron en la yirga y de todos los que estuvieron de acuerdo en pagar con ni?as menores por la soluci¨®n de una deuda tribal".
Tanto la ley religiosa isl¨¢mica como la ley civil paquistan¨ª proh¨ªben los matrimonios infantiles, tan arraigados en la tradici¨®n feudal del pa¨ªs. Seg¨²n la ley isl¨¢mica (shar¨ªa), las mujeres s¨®lo pueden casarse despu¨¦s de la pubertad, y las de tres a 10 a?os son imp¨²beres. En cuanto a la ley civil, no permite el matrimonio a menores de 16 a?os.
Antonia Paradela, portavoz de Unicef en Pakist¨¢n, comenta por tel¨¦fono desde Islamabad que, desde 2004, esta organizaci¨®n de Naciones Unidas para la infancia, asesora al Gobierno paquistan¨ª en cuestiones legales y que una vez que existen las leyes colabora para que se pongan en pr¨¢ctica. Seg¨²n Paradela, "lo m¨¢s positivo" que se desprende del horror de este caso es "la concienciaci¨®n cada d¨ªa mayor de la sociedad paquistan¨ª" contra esta barbarie, contra la que en la actualidad luchan numerosas ONG del pa¨ªs, apoyadas por Unicef y otras ONG internacionales de ayuda a la infancia.
En una entrevista mantenida recientemente en Karachi con Musarrat Perveen, coordinadora de Madadgaar -una de las ONG paquistan¨ªes m¨¢s importantes en cuanto a la defensa de las mujeres y los ni?os-, indic¨® que uno de los mayores problemas que enfrentan es el secuestro de menores para venderlas, casarlas o prostituirlas tanto dentro como fuera del pa¨ªs. "Nosotros tenemos registrados 6.886 casos desde el a?o 2000 pero ¨¦stos son los que han trascendido p¨²blicamente, lo que supone multiplicar al menos por 10 para saber el alcance real del problema", se?al¨®.
Esa cifra incluye tambi¨¦n a los ni?os, muchos de los cuales son secuestrados para ser vendidos por cantidades que oscilan entre los 300 euros y los 4.000, para ser esclavos en las ricas monarqu¨ªas y emiratos del golfo P¨¦rsico y, sobre todo, como jinetes de camellos. "Los raptan incluso a la edad de cuatro a?os, para someterles a un dur¨ªsimo entrenamiento con el objetivo de que participen en las carreras de camellos. Les dan la m¨ªnima dieta alimentaria posible porque cuanto menos pese el jinete y m¨¢s llore, m¨¢s corre el camello", indic¨® Parveen.
El despacho que Syed Sarim Burney tiene en la sede en Karachi de la Fundaci¨®n Ansar Burney, de la que es su vicepresidente, est¨¢ repleto de fotos horrendas de mujeres deformadas por la brutalidad de los maridos, los padres o los hermanos. "Una de las pr¨¢cticas casi habituales en casos de celos", indic¨® mostrando una fotograf¨ªa colocada bajo el cristal de la mesa, "es cortarles de un navajazo la nariz para que nadie vuelva a mirarlas".
Burney, especializado en la defensa legal de mujeres maltratadas o encarceladas por delitos cometidos por los varones de la familia, tiene documentados cientos de casos de mujeres asesinadas, quemadas o sometidas a una m¨²ltiple violaci¨®n para, entre otros motivos, pagar por la infidelidad de sus hermanos. Pero pese al horror descrito, al igual que Parveen entonces y Paradela ayer, Burney sostiene que estas pr¨¢cticas at¨¢vicas son cada d¨ªa peor vistas por la sociedad paquistan¨ª, que exige a sus gobernantes mano dura contra ellas.
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