El 'dios' de la tierra
Nadal gana en 108 minutos su cuarto Roland Garros seguido y le mete a Federer el primer 6-0 desde 1999
Abran paso en el club, que llega el exterminador. Rafael Nadal gan¨® ayer su cuarto Roland Garros consecutivo ante el suizo Roger Federer, el n¨²mero uno del mundo (6-1, 6-3 y 6-0). Fue un repaso en toda regla. La tarde grande de un tenista transformado en destructor y el mejor homenaje a la decena de jugadores m¨ªticos que calent¨® el partido. La final se abri¨® con 17 campeones, "los se?ores de la tierra que dominaron Par¨ªs", posando sobre la arcilla de la pista central. Bram¨® el p¨²blico cuando apareci¨® Bj?rn Borg. Y s¨®lo 108 minutos despu¨¦s los mitos se rindieron a la evidencia. Abran paso, se?ores, que llega el destructor. Nadal ya mira a los ojos de Borg, el dios de la arcilla, el ¨²nico hombre, con ¨¦l, capaz de ganar cuatro t¨ªtulos seguidos sobre la tierra batida de Par¨ªs.
La final de Roland Garros minuto a minuto |
Los minutos que precedieron al partido estuvieron llenos de augurios. Tron¨® el cielo y lo cruzaron seis bombarderos llenando el aire con los colores de Francia. Salieron los tenistas y onde¨® una bandera pirata entre los trap¨ªos rojigualdos. Grit¨® el p¨²blico en apoyo de Federer. Y Nadal, el tenista terrible, mand¨® callar con su tenis de ancla y desgaste, los pies parados un metro m¨¢s arriba que nunca, el juego dirigido por su derecha de rompe y rasga. El espa?ol fue bombardero, pirata y silencio de martirio. Un tenista irreverente y un hombre con objetivo: mandar en el juego contra el mejor del mundo. Y en el primer juego cerr¨® el partido.
Sali¨® Federer temblando y Nadal como perdido. Entre los dos se repartieron cinco errores no forzados cuando nac¨ªa el partido. Serv¨ªa el suizo y ara?aba el espa?ol. Del juego corto de Nadal naci¨® un Federer desconocido, lento, perdido y hundido, tan penosa fue su tarde y tan maldita su derecha: cometi¨® 35 errores no forzados por siete su rival. El suizo encontr¨® en la red a una amante peligrosa. Y, al buscar remedio, encontr¨® el vac¨ªo, largos sus golpes perdidos por los pasillos. El n¨²mero uno se dej¨® el servicio. Y se acab¨® todo.
Desde ese punto hasta el desenlace, s¨¢lvese el breve par¨¦ntesis de carga y suicidio de Federer a comienzos del segundo set, el espa?ol domin¨®. Por una vez, el mallorqu¨ªn no apost¨® por cargar contra el rev¨¦s del suizo para abrir la pista. Nadal se enfrent¨® al reto a pecho descubierto. Y reparti¨® tanto el juego, una a la derecha, la siguiente a la izquierda, que acab¨® convirtiendo la tarde de su rival en un suplicio. Lo expres¨® el silencio del p¨²blico y sus amagos de abucheo. Lo celebraron los espa?oles: "?Vaya paliza!". Y lo confirm¨® una larga ristra de datos que hablan de un emperador rendido.
Fue la final de Roland Garros m¨¢s corta desde 1980. La de menos juegos desde 1977. Y la derrota m¨¢s cruel de un n¨²mero uno en t¨¦rminos de juegos perdidos en una final de un torneo grande. Nadal no tuvo piedad. El espa?ol tuvo bola de break en todos los juegos al servicio de Federer menos en uno. Rompi¨® su saque en ocho ocasiones. Gan¨® el torneo sin perder un set. Cedi¨® s¨®lo un punto al servicio entre su segundo juego al saque y la segunda manga. Y dej¨® al suizo chillando -"damn it!" ("?maldita sea!"-, a su agente revisando e-mails mientras segu¨ªa el partido y a su padre hundido. Normal. Federer no sufr¨ªa un 6-0 desde 1999 y nunca lo hab¨ªa hecho en un grande.
Nadal arroll¨® al n¨²mero uno del mundo. Un exterminador pas¨® por Par¨ªs y pidi¨® a los m¨¢s grandes que le abran pasillo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.