El petr¨®leo a¨²pa el arte isl¨¢mico
Los pa¨ªses del Golfo refuerzan sus colecciones en las subastas de las capitales occidentales
La escalada del precio del petr¨®leo no cesa. Casi cada semana, el barril de crudo bate nuevos r¨¦cords y descalabra en su ascensi¨®n la econom¨ªa de pa¨ªses que asisten impotentes al encarecimiento de su producci¨®n, por ejemplo de alimentos. Los vasos comunicantes de la econom¨ªa hacen sin embargo que mientras unos pierden, otros ganan. El crudo ha llenado de petrod¨®lares los bolsillos de nuevos y antiguos millonarios en los pa¨ªses del Golfo, que inyectan ingentes cantidades de dinero en mercados casi inexplorados hasta hace bien poco como el del arte isl¨¢mico.
Las grandes fortunas del mundo ¨¢rabe han salido a la palestra londinense de las casas de subastas, dispuestos a pagar sumas desorbitadas para llevarse a casa preciados objetos de arte isl¨¢mico, iconos de su cultura y su religi¨®n. Junto a los coleccionistas privados, Gobiernos como los de Qatar, Kuwait, o los Emiratos ?rabes se han sumado a la fiebre art¨ªstica abriendo museos y galer¨ªas dedicadas a ensalzar la identidad cultural del mundo ¨¢rabe. Tras incrementar su peso econ¨®mico en el tablero mundial, las nuevas fortunas, ahora, con autoestima renovada, quieren aumentar tambi¨¦n su presencia cultural en el planeta. Si se trata de una moda pasajera o de si copar¨¢ de forma definitiva nuevos espacios art¨ªsticos, s¨®lo el tiempo lo dir¨¢.
Las nuevas fortunas quieren incrementar su presencia cultural
Las casas de subastas se benefician del renacido inter¨¦s
Los Gobiernos de Qatar y Kuwait se han sumado a la fiebre art¨ªstica
"Los precios subir¨¢n m¨¢s. Es el principio del 'boom", advierte un coleccionista
Donde antes hab¨ªa cinco compradores por objeto, ahora hay 500
La pasada primavera, Christie's gan¨® 25 millones de euros
La demanda de piezas de colecci¨®n supera la oferta existente
La fiebre art¨ªstica engloba p¨¢ginas del Cor¨¢n, manuscritos, cer¨¢micas y joyer¨ªa
La opini¨®n de los expertos, como casi siempre, est¨¢ dividida. "Ahora mismo hay una cantidad incre¨ªble de dinero en el mundo ¨¢rabe. Los pa¨ªses del Golfo ya cumplieron su sue?o de occidentalizarse y lograron convertirse en un importante polo tur¨ªstico; pero ahora se han dado cuenta de que no ser¨¢n un actor relevante en la comunidad internacional si no invierten en cultura y establecen un centro cultural como el de Dubai". Nasser David Khalili sabe bien de lo que habla. Es uno de los hombres m¨¢s ricos del Reino Unido y el mayor coleccionista de arte isl¨¢mico del mundo. Asiste fascinado al crecimiento de un mercado relativamente reducido hasta hace bien poco y que hoy mueve miles de millones.
Algunas de sus piezas de arte han multiplicado por 15 y hasta por 20 su valor desde los a?os noventa. "Y esto es s¨®lo la punta del iceberg. Este arte est¨¢ subestimado, los precios seguir¨¢n subiendo en los pr¨®ximos a?os. Este es s¨®lo el principio del boom", advierte este iran¨ª, que posee adem¨¢s importantes colecciones de arte japon¨¦s y espa?ol.
Cuenta Khalili en conversaci¨®n telef¨®nica desde Londres que donde antes hab¨ªa cinco compradores para un objeto, hoy se cuentan hasta 500; que la demanda de piezas de arte isl¨¢mico supera la oferta existente, a pesar de que los elevados precios han animado a propietarios de objetos de arte a sacarlos a la venta. Se trata de todo tipo de objetos "que tengan un significado especial para los musulmanes, que les hable de su pasado, de su identidad". P¨¢ginas del Cor¨¢n, manuscritos, cer¨¢micas, piezas de metal y de madera y joyer¨ªa forman parte de la cultura y la historia que los ¨¢rabes pugnan ahora por poseer.
Las grandes casas de subastas apenas dan cr¨¦dito de la transformaci¨®n que ha experimentado el paisaje humano en los ¨²ltimos dos a?os, en los que las t¨²nicas y hattas -pa?uelo con los que los hombres cubren sus cabezas- han proliferado como champi?ones en las sesiones londinenses. Casas como Christie's, Sotheby's o Bonhams han multiplicado sus beneficios en los ¨²ltimos dos a?os, gracias al desembarco masivo de petrod¨®lares. Hace a?os, algunas de las primeras fortunas petroleras, ignorantes sobre el mercado del arte, perdieron mucho dinero al confiar en intermediarios para adquirir sus obras de arte. Hoy, la mayor¨ªa de los nuevos compradores acuden a las casas de subastas, donde trabajan los expertos que valoran las obras de arte y donde salvo equivocaci¨®n, se evita el fraude.
La pasada primavera, Christie's se embols¨® 25 millones de euros con las ventas de este tipo de objetos, "una cantidad que los departamentos de arte europeo estar¨ªan orgullosos de obtener", explica William Robinson, director de arte isl¨¢mico de Christie's. Robinson dice que una nueva ola de compradores ha desembarcado recientemente en el mercado internacional, cuyas colecciones junto con las de los museos ampliar¨¢n la presencia del arte isl¨¢mico en el mundo.
Tal vez uno de ellos -que a¨²n no ha salido del anonimato- fue el que se hizo con la llave de la Kaaba, el gran santuario musulm¨¢n situado en La Meca que Sotheby's subast¨® hace poco m¨¢s de un mes y que hizo saltar todas las alarmas del mercado del arte al alcanzar un precio r¨¦cord de 18,1 millones de d¨®lares (11,5 millones de euros, 18 veces m¨¢s que la estimaci¨®n de la casa de subastas). Se trata de una de las 58 llaves de hierro de la Kaaba, datada en el siglo doce, y una de las poqu¨ªsimas que permanecen en manos privadas. Las otras 54 descansan en el palacio de Topkapi en Estambul. En total, la gran subasta de arte isl¨¢mico que se celebra cada a?o en Londres bati¨® en esta edici¨®n todas las marcas del mercado.
Kristina Sanne, especialista en objetos religiosos musulmanes en Bonhams apunta que "el arte isl¨¢mico ha salido del ¨¢mbito acad¨¦mico y ha pasado a manos de gente normal. Gente con m¨¢s dinero y m¨¢s libertad que los compradores tradicionales. Son compradores con una energ¨ªa excepcional, muy entusiastas y competitivos". Una puja mejora la anterior en cientos de miles de d¨®lares y las sesiones se alargan mucho m¨¢s de lo habitual, hasta que una engordada cartera -presente en la sala o al otro lado del hilo del tel¨¦fono m¨®vil de los enviados especiales a la subasta-, se hace con el ansiado bot¨ªn. La algarab¨ªa de voces que se confunden de los nuevos compradores -hombres en su inmensa mayor¨ªa- han llenado de color las frecuentemente sobrias sesiones londinenses.
A los coleccionistas privados se les suman los especuladores, tanto de Oriente como de Occidente, que conscientes del boom del arte isl¨¢mico retiran del mercado piezas para venderlas m¨¢s tarde, a precios a¨²n m¨¢s desorbitados.
Asegura Sanne que la m¨ªtica Bonhams ha triplicado en los ¨²ltimos dos a?os sus ventas en este campo. Dice que la crisis financiera no ha afectado a los bienes de lujo como el arte, pero teme que la inflaci¨®n que atraviesa el arte isl¨¢mico acabe por ralentizar el mercado. Por eso, cree que se trata de aprovechar la coyuntura, ante la llegada de posibles vaivenes financieros.
De momento, Bonhams, como otras casas de subastas abri¨® una sucursal en Dubai el pasado mes de marzo, desde donde pretenden hacerse con los nuevos clientes. Siguen la estela de Christie's, tambi¨¦n asentada en la zona y en cuya sede de Dubai se vendieron s¨®lo el mes pasado objetos por valor de 100 millones de d¨®lares (65,5 millones de euros). Considera Robinson que a pesar del nuevo protagonismo de Dubai como centro del arte mundial, Londres continuar¨¢ siendo el epicentro del mundo de las subastas "al menos durante cierto tiempo".
El asentamiento de las casas de subastas occidentales coincide con la proliferaci¨®n de iniciativas de los Gobiernos del Golfo, dispuestos a hacer del arte su nueva bandera. En Doha, la capital de Qatar, se ultiman los preparativos para la apertura el pr¨®ximo noviembre del imponente museo de arte isl¨¢mico, concebido por Ieoh Ming Pei, el arquitecto de la famosa pir¨¢mide del Louvre. Cuenta con m¨¢s de 5.000 metros cuadrados destinados a la exposici¨®n de obras, que pretenden ensalzar y divulgar el arte y la cultura isl¨¢mica. "Para nosotros, el islam no es s¨®lo una religi¨®n; es tambi¨¦n una civilizaci¨®n. Es algo muy bello, distinto de la imagen del islam que dibuja la prensa", explica desde Doha un responsable del museo que no quiere revelar su identidad. La misi¨®n del museo es divulgar entre las nuevas generaciones esa identidad.
La fiebre del coleccionismo isl¨¢mico se ha contagiado adem¨¢s al arte contempor¨¢neo que tambi¨¦n cotiza al alza en los foros internacionales. "Los grandes coleccionistas y los millonarios del Golfo comienzan ahora a comprar tambi¨¦n arte contempor¨¢neo, porque lo empiezan a conocer", dice desde Nueva York Savita Apte, directora de Art Dubai, la gran feria de arte contempor¨¢neo de la regi¨®n.
Iniciativas como la suya o como la bienal del emirato de Sharjah, la apertura de nuevas galer¨ªas y el lanzamiento de revistas especializadas han contribuido a que los compradores tengan acceso a las obras de los j¨®venes creadores del mundo ¨¢rabe sin tener que desplazarse como hasta ahora a Europa o Estados Unidos.
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