Pedroso estrena al fin su velatorio
Los vecinos construyeron en 2005 una casa de duelos con la renta de los montes
En la aldea de Pedroso hab¨ªa muchos candidatos. Los unos miraban a los otros, desafiantes, y de puertas adentro, en la cocina, a veces comentaban que el primero, al final, ser¨ªa ¨¦ste o aquel otro. Incluso hubo quien sugiri¨® la posibilidad de hacer una porra, pero la idea no prosper¨®. En Pedroso, un lugar del municipio orensano de Ri¨®s, la mejor construcci¨®n del pueblo es la casa de duelos que los propios vecinos promovieron. Las obras concluyeron hace dos a?os, y aunque algunos quisieron hacer una fiesta de inauguraci¨®n, la mayor¨ªa vot¨® por la sobriedad y el respeto a la muerte. En el "magn¨ªfico chal¨¦ de piedra" de los difuntos no habr¨ªa m¨¢s pompas que las pompas f¨²nebres. Pedroso esperar¨ªa a que muriese el primer comunero para estrenar su velorio.
A Manuel Prieto vino el coche f¨²nebre a buscarlo dos veces en vida
La mancomunidad ten¨ªa que votar por unos columpios o por un tanatorio
Y ocurri¨® que, aunque "los jovencitos, aqu¨ª, ya pasan de 65 a?os" y hay unos cuantos lugare?os que rondan el siglo, desde que finiquitaron las obras hasta ahora, en Pedroso y sus contornos no daba muerto nadie. La existencia de un velatorio ("que no tanatorio", porque no cuenta con sala de autopsias y tanatopraxia) parec¨ªa haber espantado la guada?a. Sin embargo, hace un mes se rompi¨® el hechizo.
"Ya est¨¢. Empez¨® la cadena. Ten¨ªa que ser, porque en este mundo estamos todos de paso", comenta resignado el presidente de la comunidad de montes, Ricardo, que se apellida Prieto, como tantos por aqu¨ª. Este hombre que ejerce de alcalde ped¨¢neo y se encarga de actualizar el "libro de los fallecimientos", un registro local de ¨®bitos, habla as¨ª porque en los ¨²ltimos d¨ªas, en Pedroso, ya han ca¨ªdo tres personas.
Habr¨ªa que haber imaginado que el primero en sucumbir iba a ser Manuel, de 84 a?os. Desde que se hizo el velatorio, Manuel, que tambi¨¦n se apellida Prieto, abri¨® la puerta de casa en dos ocasiones encontr¨¢ndose con un ata¨²d. "Como en Ri¨®s hay varios que se llaman igual, los de la empresa funeraria, confundidos, se le plantaban en la puerta preguntando si la caja era para ¨¦l", aclara el portavoz. Pero, al final result¨® que los del coche f¨²nebre no erraban. S¨®lo se adelantaban a los acontecimientos, porque Manuel tuvo el desgraciado honor de estrenar el velatorio de Pedroso, y en dos semanas tambi¨¦n falleci¨® de pena su mujer. El tercer vecino, otras dos semanas m¨¢s tarde, acaba de emprender el ¨²ltimo viaje.
Dos a?os despu¨¦s, la aldea est¨¢ de luto y sigue habiendo candidatos, pero no cunde la psicosis porque la relaci¨®n con la muerte, en esta esquina de Ourense tan pr¨®xima a Portugal, es de lo m¨¢s familiar. En el municipio de Ri¨®s hay tres casas de duelos, y aunque una de ellas fue montada por una empresa f¨²nebre, las otras dos son propiedad de los vecinos. Tanto en Pedroso como en Navallo, dos localidades al norte de la A-52, la autov¨ªa que va a Madrid, las mancomunidades acordaron destinar los beneficios de la explotaci¨®n del monte a la construcci¨®n de velatorios y hoy, cada vez que toca a difunto, son los propios comuneros los que se encargan de todo el proceso, desde el amortajamiento hasta la sepultura.
El caso de Pedroso fue m¨¢s sonado porque el periodista de TVE Rafael Cid, nacido en estas tierras, hizo de ¨¦l un documental que luego estren¨® en Santiago, en el festival Cineuropa. "En Pedroso hay 50 personas, dos vacas, algunos perros y tres chavales", dec¨ªa entonces el reportero. Hoy, all¨ª, s¨®lo quedan dos chicos: un ni?o de 10 a?os y su hermana de 15. Seg¨²n Cid, "los viejos mandan", y con los algo m¨¢s de 19 millones que ganaron de la venta de unos pinos y otras rentas obtenidas de los bosques, la junta vecinal decidi¨® hacerle aposentos a la dama p¨¢lida.
Hubo una votaci¨®n. Se debat¨ªa si instalar columpios para los ni?os y alg¨²n recinto deportivo para los vecinos a¨²n en forma o construir el consabido velatorio que estren¨® Manuel. El resultado fue tan aplastante como macabro. Se har¨ªa la bonita casa del sue?o eterno en el mejor lugar de la aldea. "Era lo que necesit¨¢bamos", justifica Ricardo. O viene "gente nueva" con los parques e¨®licos que "est¨¢n pendientes" o la aldea de Pedroso se muere.
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