La baja de la ministra Chac¨®n

En una carta, aparecida en este mismo espacio, del pasado domingo 8 de junio, una madre reprochaba a la ministra Chac¨®n que s¨®lo utilizara dos meses de maternidad de los cuatro a los que tiene derecho, y consideraba que esto es un paso atr¨¢s en los derechos de la mujer. Desde mi punto de vista, es todo lo contrario, puesto que lo que hace es compartir los otros dos meses del permiso con el padre. Mal vamos si somos las mujeres las primeras en ponernos palos en las ruedas.

La mujer es la que pare, y eso, de momento, no hay quien lo cambie, lo que s¨ª puede cambiar es la forma de administrar la maternidad. El hombre, por ley, deber¨ªa disfrutar de la mitad del permiso, con lo que conseguir¨ªamos dos objetivos: primero, que el padre estableciera unos v¨ªnculos emocionales y dom¨¦sticos m¨¢s profundos con su hijo, y segundo, que el hecho de estar embarazada, y la posterior ausencia por permiso maternal, no fueran impedimento para que las empresas, los partidos pol¨ªticos, los bancos o las multinacionales decidieran apostar, para puestos relevantes, por una mujer, y que el ¨²nico obst¨¢culo fuera su val¨ªa profesional, porque su presencia y productividad se ver¨¢ alterada en la misma medida que la del padre.

Que el hecho de ser ingeniero jefe, director de banco o reponedor de supermercado no impida compartir el largo peregrinar de visitas al pediatra, fiebres repentinas y un sinf¨ªn de problemas infantiles que, hasta ahora, corren exclusivamente por cuenta del absentismo laboral de la madre. Un hijo es cosa de dos con todas sus consecuencias. Para que exista verdadera igualdad, la maternidad no debe ser un lastre en la vida profesional de la mujer.