La gallina vieja

Billy Wilder muri¨® a los 95 a?os, sin dirigir pel¨ªcula alguna durante los ¨²ltimos 20, aunque ¨¦l s¨ª hubiera querido hacerlas. Se lamentaba de que se lo imped¨ªan las pu?eteras compa?¨ªas de seguros, temerosas de su muerte repentina o de dolencias que le dejaran varado, y como los estudios cinematogr¨¢ficos quieren siempre garant¨ªas econ¨®micas, dejaron al genio sin trabajar, y a nosotros sin sus obras. Arthur Penn, otro director extraordinario, 86 a?os en la actualidad, no dirige para el cine desde hace otros 20. Sus ¨²ltimos trabajos han sido para televisi¨®n o teatro, aburrido de no encontrar productores para sus proyectos.

Recordemos a Juan Antonio Bardem, que al recibir el Goya honor¨ªfico por toda su carrera pregunt¨® si en la sala hab¨ªa alg¨²n productor dispuesto a tirarse al ruedo con ¨¦l. O a Berlanga, 87 a?os desde ayer, retirado voluntariamente del cine desde hace diez. O a Bu?uel, que decidi¨® apartarse igualmente del cine a la misma edad, pero que no baj¨® la guardia en sus ¨²ltimos filmes.

Lumet, Monicelli...

No todo han sido retiradas a destiempo. John Huston, George Cukor o John Ford, por ejemplo, dirigieron algunas de sus mejores pel¨ªculas cuando hab¨ªan cumplido los 80 a?os. Dublineses, Ricas y famosas y Siete mujeres, sus respectivas ¨²ltimas obras, son a¨²n motivo de admiraci¨®n en ciclos y filmotecas. Ahora mismo en las pantallas espa?olas podemos disfrutar de Antes que el diablo sepa que has muerto, la ¨²ltima pel¨ªcula de Sidney Lumet, una de las m¨¢s j¨®venes y sabias de la cartelera, que ha rodado con 83 a?os. Y el italiano Mario Monicelli, 93 a?os, de quien se ofrecer¨¢ una retrospectiva en el pr¨®ximo Festival de San Sebasti¨¢n, ha dirigido su ¨²ltima pel¨ªcula s¨®lo hace dos. Por no hablar del m¨¢s veterano, el portugu¨¦s Manoel de Oliveira, de 99 a?os, que rueda en este momento su siguiente pel¨ªcula.

Sin embargo, el mayor esfuerzo oficial se centra en los cineastas j¨®venes o simplemente nuevos. Las ayudas oficiales de distinta procedencia se vuelcan exclusivamente en ellos, especialmente en Espa?a, donde la moda de lo joven va a acabar tambi¨¦n saturando el cine. Naturalmente que no todas las pel¨ªculas de los veteranos son por definici¨®n grandes obras. Tampoco las de los j¨®venes. Pero a fin de cuentas, una gallina vieja hace buen caldo.