"La santer¨ªa est¨¢ en nuestro ADN cubano"
Llega cargada de collares de colores que representan otros tantos orishas (santos) del pante¨®n afrocubano. Lo primero es preguntar:
-?Hay croquetas?
Natalia Bol¨ªvar Ar¨®stegui naci¨® en La Habana en 1934 y no ha olvidado las croquetas que le hac¨ªa Isabel Cantero, Chicha, la criada negra de la familia. "No eran croqueticas, como las de ac¨¢; eran croquetones grandes y sabrosos".
El ma?tre Cristhian le responde: no hay croquetas en la carta. Pero Cristhian est¨¢ casado con una cubana. Le ofrece "las que hacemos para los empleados". Son de puchero. Se ilumina su rostro.
Nacida en el seno de una familia de la alta burgues¨ªa, descendiente de Sim¨®n Bol¨ªvar, Natalia iba para pintora. Estudi¨® en La Habana y Nueva York. La lucha contra Batista en los a?os cincuenta, en la que particip¨® activamente, trunc¨® su carrera. Con el triunfo de la revoluci¨®n, fue nombrada directora del Museo de Bellas Artes. Seis a?os despu¨¦s, en 1966, fue cesada y enviada a la agricultura. Pudo haberse exiliado, pero prefiri¨® seguir en su pa¨ªs y dedicarse a su otra gran pasi¨®n: el estudio de los cultos afrocubanos. Surgidos del sincretismo entre el catolicismo de los conquistadores y las creencias de los esclavos africanos. La Regla de Ocha o santer¨ªa es la m¨¢s extendida. Cuarenta a?os despu¨¦s, Bol¨ªvar ha publicado decenas de libros en su pa¨ªs. Estos d¨ªas lanza el ¨²ltimo editado aqu¨ª, Orishas del pante¨®n afrocubano.
La escritora es descendiente de Bol¨ªvar y experta en los cultos de su pa¨ªs
Autora de Mitos y leyendas de la comida afrocubana, la pregunta es obligada: ?qu¨¦ com¨ªan los esclavos en Cuba? "Hac¨ªan una comida al d¨ªa, una especie de olla podrida con boniato, papas, ma¨ªz, tasajo (carne seca de res) o alguna penca de bacalao. Con suerte, algo de puerco o gallina que criaban en sus canucos (huertos)". Los cultos afrocubanos son de origen animista: todos los objetos de la naturaleza tienen vida an¨ªmica. Por ello, hay que darles de comer a los orishas. "Se les ofrece la sangre de los animales sacrificados". Muchos cubanos se relacionan con estos cultos porque "representan la b¨²squeda de nuestra identidad; es nuestro ADN". ?Incluidos los comunistas, te¨®ricamente ateos? "Usted lo ha dicho: te¨®ricamente". Y Bol¨ªvar ataca una merluza.
Comer y escribir en Cuba no es f¨¢cil. Con lo que le dan a un cubano "por la libreta" no llega "a m¨¢s de dos semanas y eso llevando una contabilidad exacta, y haciendo una sola comida al d¨ªa". ?Qu¨¦ comen el resto del mes? Natalia afirma que "lo inventamos en el aire, con la imaginaci¨®n f¨¦rtil del cubano, mezclada con gotas de espa?ol y africano". ?Puede concretar? No. No se puede. "Digamos que utilizamos distintos mecanismos no publicables...". Una de las posibilidades de aumentar la pensi¨®n de 340 pesos cubanos al mes (9,74 euros) que cobra Bol¨ªvar es publicar. El Instituto Cubano del Libro le remiti¨® a Natalia un cheque de seis euros por los derechos de la versi¨®n inglesa de Mitos y leyendas... correspondientes a 2007. El libro se vend¨ªa en Cuba a 22 d¨®lares (14,30 euros). Poco despu¨¦s, el ministro de Cultura, Abel Prieto, coment¨® que hab¨ªa devuelto ese cheque por considerarlo rid¨ªculo. "Yo le contest¨¦ que no lo hab¨ªa devuelto, ?que lo hab¨ªa donado para que se comprara unos clips!".
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