Paradojas del odio
El atentado contra los talleres de El Correo -el diario con mayor tirada en el Pa¨ªs Vasco- perpetrado el pasado domingo por ETA se sald¨® sin v¨ªctimas personales, pese a los da?os materiales causados. As¨ª pues, la organizaci¨®n terrorista vuelve a dirigir sus armas contra uno de sus blancos predilectos (varios periodistas han sido asesinados o gravemente heridos a lo largo de las ¨²ltimas d¨¦cadas) y a orientar su maniaca inquina hacia los profesionales y empresarios que se limitan a cumplir con el deber constitucional de informar verazmente a sus lectores y de servir de cauce a la libertad de expresi¨®n.
Aunque los terroristas no hab¨ªan avisado previamente de la colocaci¨®n de la bomba adosada al muro exterior de la rotativa, la advertencia gen¨¦rica estaba ya dada. El comunicado del 26 de mayo de ETA, tras condenar con su rudimentaria ret¨®rica "la cara realmente asquerosa" de la opresi¨®n impuesta "por el hambre de dinero y poder", y despu¨¦s de jactarse del atentado de Legutiano y del asesinato del guardia civil Juan Manuel Pi?uel, se refer¨ªa amenazadoramente a los medios de comunicaci¨®n que respaldan la tarea cumplida por los cuerpos de seguridad del Estado y de la Ertzaintza -"los mercenarios de aqu¨ª y de all¨ª"- para aplicar las leyes y defender las libertades de los ciudadanos.
La bomba de ETA en un edificio del diario 'El Correo' reactiva la ofensiva terrorista contra la prensa
La paradoja de que ETA exija -seg¨²n el comunicado- "un marco democr¨¢tico que garantice todos los derechos fundamentales" y a la vez contribuya a la libertad de prensa con el asesinato de periodistas y los atentados contra talleres gr¨¢ficos no es s¨®lo una incongruencia l¨®gica. Esa contradicci¨®n revela sobre todo el significado opuesto de los contenidos atribuidos al vocabulario pol¨ªtico por los adversarios y los defensores de los terroristas.
El impresionante reportaje de Pablo Ordaz -Otro parque tem¨¢tico de ETA- publicado hace una semana en EL PA?S sobre la vida cotidiana de Pasaia, municipio gobernado por ANV como segunda marca funcional de Batasuna, describe los usos y los abusos del t¨¦rmino libertad de expresi¨®n tal y como es aplicado por los militantes del brazo pol¨ªtico de la organizaci¨®n terrorista all¨ª donde son mayoritarios y logran imponer la espiral de silencio al resto de la poblaci¨®n. Otro magn¨ªfico art¨ªculo de Pablo Ordaz sobre el municipio en que fue asesinado el socialista Isa¨ªas Carrasco -El miedo anda suelto por Mondrag¨®n, EL PA?S, 20 de abril de 2008- hab¨ªa mostrado con id¨¦ntica eficacia el car¨¢cter intransitivo de cualquier derecho que el nacionalismo radical considere suyo.
Los constitucionalistas americanos y la jurisprudencia de su Tribunal Supremo se han ocupado de las implicaciones operativas y de los mensajes ocultos del lenguaje del odio (hate speech) en el marco de la libertad de expresi¨®n. Seguramente Zapatero hubiese debido cortar las conversaciones con los terroristas -sin aguardar a la ruptura de la tregua- nada m¨¢s advertir la presencia de tal s¨ªntoma en los comunicados de ETA y los juicios en la Audiencia. -
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
