Con la comida no se juega

El intenso e inesperado aumento de los precios internacionales de alimentos b¨¢sicos: trigo, ma¨ªz, arroz, az¨²car, etc¨¦tera, est¨¢ provocando unas expectativas angustiosas para la alimentaci¨®n de la poblaci¨®n m¨¢s pobre de extensas zonas geogr¨¢ficas del planeta. La preocupaci¨®n general por la escasez de alimentos y la desmesurada elevaci¨®n de los precios han llevado al an¨¢lisis del problema en la Cumbre de Roma, en el marco de la FAO. Aunque parecen existir algunas coincidencias en el diagn¨®stico de las causas no ocurre lo mismo al aportar y acordar soluciones.

La mayor parte de las causas analizadas pueden agruparse en aumentos de la demanda por encima de la oferta, dentro de lo que es el an¨¢lisis cl¨¢sico de la formaci¨®n de los precios: como consecuencia del crecimiento de la poblaci¨®n (China e India), desarrollo de zonas subdesarrolladas que elevan moderadamente sus rentas, la nueva demanda de cereales generada por la industria de producci¨®n de energ¨ªa con biocombustibles que han elevado la demanda de productos que se dedicaban exclusivamente a la alimentaci¨®n humana. Un ejemplo es el ma¨ªz, del que se dedica ahora a la obtenci¨®n de etanol el 12% de la producci¨®n mundial, y lo que es m¨¢s importante, m¨¢s del 50% del aumento de la demanda en el ¨²ltimo a?o ha sido absorbido por este sector. Por ¨²ltimo, las malas cosechas de los ¨²ltimos a?os (2006 y 2007) en zonas como Australia, debido a la climatolog¨ªa y que algunos achacan al cambio clim¨¢tico, ha reducido la oferta.

Es responsabilidad de los Gobiernos y las autoridades internacionales regular los mercados de alimentos

Otras causas est¨¢n m¨¢s relacionadas con los desajustes de los mercados, que impiden lo que se considerar¨ªa una fijaci¨®n libre de los precios al no existir mercados perfectos, libremente competitivos. En este grupo estar¨ªan todos los an¨¢lisis relativos a las pol¨ªticas subvencionistas de los pa¨ªses desarrollados que, en opini¨®n de muchos, impiden que la producci¨®n de alimentos en las zonas subdesarrolladas sea m¨¢s competitiva.

Por ¨²ltimo, en algunos productos, como cereales y arroz, est¨¢n las distorsiones generadas en los precios por la presi¨®n de los mercados de futuros. En la Uni¨®n Europea, a pesar de que la Directiva de Mercados de Instrumentos Financieros (MiFID), que es un instrumento para el Plan de Acci¨®n de Servicios Financieros (iniciado en 1999) con el objetivo de regular estos mercados y conseguir un alto grado de armonizaci¨®n en su funcionamiento evitando la aplicaci¨®n de reglas nacionales. Entre estos mercados se encuentran los de futuros de las comodities: materias primas ya sean petr¨®leo o cereales. En este art¨ªculo nos centramos en los mercados a futuros de los cereales y otras materias primas alimenticias.

Pues bien, en Espa?a, a pesar de que en 2007 la CNMV instal¨® un Plan de adaptaci¨®n a los requisitos de la MiFID, todav¨ªa no est¨¢n regulados los mercados de futuros de materias primas alimentarias (trigo, arroz, ma¨ªz...) y, por lo tanto, los especuladores de estos mercados a futuros act¨²an libremente y sin ning¨²n tipo de control o regulaci¨®n. En otras palabras, basta con que se tengan expectativas de que los precios de los alimentos est¨¢n en tendencia alcista para que los mercados a futuro presionen todav¨ªa m¨¢s al alza este tipo de precios, generando una espiral dif¨ªcil de contener.

Los ¨²ltimos datos del ¨ªndice de precios al consumo del mes de mayo con un crecimiento mensual del 0,7% e intertrimestral (un a?o) del 4,6% refleja claramente el mayor crecimiento de los precios de los alimentos. Con tasa anual del 6,7%, el efecto de este fen¨®meno internacional se agrava para los consumidores espa?oles. Art¨ªculos de primera necesidad con elevaciones de los precios como: cereales (9,7%), pan (10,9%), leche (24,8%), huevos, (13%) frutas (11,8%), etc¨¦tera, afectan m¨¢s intensamente a las econom¨ªas de los m¨¢s desfavorecidos.

Mundialmente nos encontramos con dos problemas diferentes aunque relacionados entre s¨ª: solucionar el problema del hambre en el mundo, consiguiendo que el abastecimiento de alimentos alcance a todos los seres humanos, y otro evitar que el alza actual de los precios de los alimentos agrave el problema haciendo inaccesible la oferta de alimentos en aquellas zonas de la poblaci¨®n en las que hasta ahora no exist¨ªa un problema tan acuciante.

Ante el primer problema, la reacci¨®n de los diferentes pa¨ªses en la Cumbre no ha sido muy positiva. Algunos han acusado a los pa¨ªses m¨¢s desarrollados por sus pol¨ªticas proteccionistas sin observar sus propios problemas ni ofrecer soluciones, otros han concretado m¨¢s, con referencias a las deficiencias del sistema de distribuci¨®n. Quiz¨¢s la postura m¨¢s esperanzadora proviene de aquellos que han tomado la iniciativa de coordinar la pol¨ªtica agraria mundial y promover inversiones para estimular la producci¨®n de alimentos con procedimientos m¨¢s productivos pero respetuosos con el medio ambiente. Como en toda crisis, existe una oportunidad para reorganizar la producci¨®n y distribuci¨®n de alimentos ayudando al desarrollo de los pa¨ªses m¨¢s pobres.

En el segundo aspecto, la escalada de los precios de los alimentos, teniendo en cuenta que es un fen¨®meno que se ha agravado intensamente en el ¨²ltimo a?o (seg¨²n la FAO, 26% alimentos y 41% cereales, en 2007) no parece razonable achacarlo al aumento de la demanda de alimentos de algunos pa¨ªses como China e India ya que esta tendencia se ha producido en un periodo m¨¢s largo de tiempo a la vez que su demanda, como consecuencia de su aumento de renta, se diversifica en otro tipo de alimentos.

S¨ª parece que ha tenido un efecto importante la incidencia de la demanda para los biocombustibles, a pesar de tener menos peso en el conjunto, la mayor utilizaci¨®n del aumento de la oferta ha impedido que se dedique a la satisfacci¨®n de la alimentaci¨®n humana. Al mismo tiempo, su efecto sobre el alza de los precios ha sido importante, sobre todo en el precio del ma¨ªz. Pero lo que parece menos justificable es la utilizaci¨®n especulativa de los mercados de alimentos. Incluso si se considera en aras de la libertad de mercado, al menos es responsabilidad de los Gobiernos y las autoridades internacionales regularlos e impedir que tengan un efecto devastador sobre el derecho a la alimentaci¨®n que deber¨ªa estar por encima de los dem¨¢s. Hay un dicho conocido por todos "con los alimentos no se juega". Yo a?adir¨ªa: no se especula.

Carmen Alcaide es economista y ex presidenta del INE.