Rafael del Pino, una de las mayores fortunas de Espa?a

Un accidente en el oc¨¦ano ?ndico mientras hac¨ªa la vuelta al mundo en barco en 2004 impidi¨® a Rafael del Pino Moreno continuar en la brecha. Es verdad que hab¨ªa dejado unos a?os antes (en 2000) a su hijo del mismo nombre la presidencia de Ferrovial, empresa que fundara en 1952, pero este hombre era de los de vocaci¨®n hasta la muerte. Y as¨ª ha sido. Ha estado imposibilitado tras aquel fat¨ªdico episodio, aunque consciente de las idas y venidas empresariales y, seguramente, penando por no estar en la pomada. Ten¨ªa 87 a?os y muri¨® la pasada noche en Madrid, apenas un mes despu¨¦s que su cu?ado, Leopoldo Calvo-Sotelo, con quien manten¨ªa una estrecha amistad.

Fue considerado el patriarca de la denominada 'beautiful people'

Ingeniero de Caminos, naci¨® en la capital en 1920. Comenz¨® en V¨ªas y Construcciones, que dej¨® para fundar Ferrovial, que se centr¨®, como su nombre indica, en la renovaci¨®n de v¨ªas ferroviarias. Se instal¨® en un desv¨¢n junto a la iglesia de los Jer¨®nimos y, desde tan inviolable lugar, inici¨® la construcci¨®n de un imperio empresarial que le convirti¨® en habitual en la lista de Forbes de las personas m¨¢s ricas del mundo, con una fortuna familiar de m¨¢s de 4.000 millones de euros.

La actividad privada no le impidi¨® ejercer durante alg¨²n tiempo en la empresa p¨²blica franquista. En 1972, su primo Jos¨¦ Mar¨ªa L¨®pez de Letona, a la saz¨®n ministro de Industria, le hizo presidente de Enagas. Del Pino se llev¨® como directores a Mariano Rubio y Carlos Bustelo (habitual como ¨¦l y Calvo-Sotelo de los veraneos de Ribadeo). A?os m¨¢s tarde, con el bolsillo bien repleto, entr¨® en las finanzas. Destin¨® parte de sus ahorros al antiguo Hispano, que presid¨ªa su amigo Claudio Boada, y se convirti¨® en uno de los principales accionistas. Tras la fusi¨®n del Central Hispano con el Santander, Del Pino prefiri¨® meterse de lleno en su grupo y preparar la salida a Bolsa.

Aunque era una persona de dif¨ªcil catalogaci¨®n, se caracteriz¨® por liderar el asociacionismo empresarial. Presidi¨® Seopan, que agrupa a las principales constructoras, y fue uno de los impulsores del C¨ªrculo de Empresarios, de la Asociaci¨®n para Progreso de la Direcci¨®n (APD) y, ya mucho m¨¢s recientemente, del Instituto de Empresa Familiar, que tambi¨¦n presidi¨®. Le gustaba fomentar la imagen de hombre opaco; pero no se perd¨ªa ni uno de los frecuentes actos p¨²blicos. Se le consider¨® el padre de la conocida beautiful people, aquel grupo de empresarios y ejecutivos de ¨¦lite que mantuvo una estrecha relaci¨®n con el Gobierno socialista de Felipe Gonz¨¢lez. "Eso es un invento, a m¨ª me gusta rodearme de gente inteligente e ingeniosa", se defend¨ªa.

La verdad es que Del Pino tuvo siempre muy buenas relaciones. Aprovech¨® el desarrollismo de los a?os sesenta para pasar de las v¨ªas a la construcci¨®n de carreteras y otras infraestructuras. Despu¨¦s llegar¨ªan las concesiones (Europistas y Eurov¨ªas), la promoci¨®n inmobiliaria, los servicios urbanos y el salto al exterior, sobre todo en la gesti¨®n de aeropuertos.

Ferrovial ha estado siempre a la cabeza del sector. No faltaron, sin embargo, los contratiempos y alg¨²n que otro navajeo. En la carrera por ser los mejores, Del Pino protagoniz¨® una de las batallas empresariales m¨¢s apasionantes que se recuerdan, sobre todo porque enfrente tuvo a otro de los gigantes del sector, la familia Entrecanales, cercana tambi¨¦n a la beautiful (precisamente, su patriarca, Jos¨¦ Mar¨ªa Entrecanales, tuvo un accidente de caballo que le dej¨® paral¨ªtico en las mismas fechas que a Del Pino el del barco). Corr¨ªa 1990 y Del Pino y los Entrecanales -recuperar¨ªan la amistad- pujaron por Cubiertas y MZOV, constructora de la familia Messa. Sali¨® derrotado, pero gan¨®: el 25,7% del capital que hab¨ªa agrupado lo vendi¨® por 17.000 millones de pesetas (102 millones de euros), 5.000 de plusval¨ªas.

Un pelotazo que le sirvi¨® para, cinco a?os despu¨¦s, adquirir por 2.000 millones una de las empresas m¨¢s emblem¨¢ticas, Agroman, en el baratillo de Banesto tras la quiebra. Logr¨® que su grupo se pusiese el tercero de un sector en el que, junto a familias tradicionales como las Koplowitz o Entrecanales, se iban colocando nuevas figuras como Florentino P¨¦rez, Villar Mir, o sus antiguos empleados Luis del Rivero, Manuel Manrique y Jos¨¦ Manuel Loureda, que dejaron Ferrovial para crear Sacyr.

Cuando compr¨® Agroman, Del Pino reposaba en el Ruber Internacional operado de una peritonitis. Ten¨ªa 75 a?os y le quedaba cuerda para rato, pero desde entonces dej¨® m¨¢s tiempo para el ocio, navegar en solitario, que le apasionaba, las tertulias y las actividades filantr¨®picas. Cre¨® la Fundaci¨®n Rafael del Pino, que ocupa uno de los pocos palacetes que quedan en la Castellana madrile?a, y guarda antiguas traviesas como s¨ªmbolo del origen de un grupo que est¨¢ presente en 40 pa¨ªses, tiene m¨¢s de 110.000 empleados y una cotizaci¨®n burs¨¢til de m¨¢s de 6.000 millones de euros.

Pose¨ªa la gran cruz de la Orden del M¨¦rito Civil, la medalla de oro al M¨¦rito en el Trabajo, de la Real Academia de la Historia y la placa de oro de la Real Academia Espa?ola.